Las cuentas en rojo le pusieron un límite al Gobierno, y las consecuencias la sufrirán los jubilados y asalariados.

Este año no habrá bono navideño, según lo confirmó el viernes último el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich: “Nosotros no tenemos en perspectiva la instrumentación de ese tipo de iniciativas”, afirmó Capitanich en declaraciones formuladas en Casa de Gobierno, según publicó el matutino Clarín.

Los jubilados habían recibido bonos en 2009 y 2010. En 2012 el beneficio vino por el lado del impuesto a las Ganancias. El pago del medio aguinaldo quedó exento de ese impuesto. Así, Capitanich, tuvo que dar la primera mala noticia desde que asumió como jefe de Gabinete del Gobierno.

En las últimas semanas, tanto el sindicalismo opositor como referentes de la CGT cercana al oficialismo -en este caso de manera reservada-, se pronunciaron a favor de un pago extra o “plus salarial” a jubilados y trabajadores para las fiestas de fin de año, en compensación por la inflación.

La negativa al pago extra se confirma justamente cuando hay señales claras de aceleración en la suba de precios, pese a la negativa del ministro de Economía Axel Kicillof a admitirla.

De hecho, se habla de que noviembre y diciembre podrían marcar subas de precios del 3% en cada mes, según las estimaciones privadas. Esto posiblemente lleve a los gremios a redoblar su presión por la compensación.

El bono de fin de año es la manera alternativa que encontraron los sindicatos al reclamo de reabrir paritarias que planteó, por ejemplo, Hugo Moyano. Un pedido en el que por ahora no lo acompaña Antonio Caló. La negativa del Gobierno nacional al pago del bono finalmente habla a las claras de que las necesidades de caja hoy dominan el escenario.