Una multitud de fieles (formada por familias de las ocho parroquias de nuestra ciudad) participó anoche del tradicional via crucis alrededor de la plaza 25 de Mayo para contemplar y meditar las 14 estaciones con oraciones y cánticos, en el que se recuerda la pasión y muerte de Jesús.
Al término del mismo dirigió unas palabras el obispo diocesano Luis Fernández: "Las comunidades se reúnen el Viernes Santo para hacer este camino de la cruz, la de cada día y en el mundo, donde pareciera que es la muerte, la tristeza; la muerte más horrorosa y que no quería sufrir nadie, que el Hijo de Dios haya venido a nuestra historia y asumir él lo que nadie quería asumir".
Y agregó: "Ese momento tan negro de la historia, como cuentan los mismos evangelios, que se oscureció ese mediodía hasta las tres de la tarde porque la misma naturaleza parecía como diciendo 'esto no puede ser'... cuánto más para nosotros con nuestra inteligencia y ciencias, qué podemos decir ante la muerte y este abajamiento de Cristo para dar la vida, porque a El no se la quitaron sino que El la dio y la entregó".
En otra parte de su mensaje delante del templo mayor de la diócesis de Rafaela, dijo que "el pueblo empezó a preguntar 'este que era el profeta y había hecho tantos milagros no va a estar aquí a la fiesta de la pascua', pero Jesús escucha el clamor del pueblo y late con el corazón de la gente, sube a Jerusalén para entregar la vida...".
"Que bueno que hoy -continuó- nos hayamos convocado en Rafaela, otra vez detrás de la cruz, pero no es una cruz de derrota y de muerte sino de vida. Por eso caminamos detrás de la cruz; donde sabemos que esta muerte es vencida por la vida. Cristo entregó la vida para que pudiéramos vivir más como hermanos, en la cruz logró que el amor sea más que el odio, que no sea la mentira y la corrupción las que triunfan sino la justicia y el diálogo; siente la alegría de tantos niños que hoy también acompañan".
Ya en los tramos finales, Fernández destacó que "miremos con esperanza este domingo de Pascua que ya se acerca para poder una vez más afrontar la familia, vivir en el hogar, en la fidelidad, en el diálogo, en el respeto, en el sabernos querer perdonar; que podamos afrontar este domingo pascual para que este país y el mundo no sean misiles, muros, no sean desencuentros, tristezas, bajar los brazos, sino que esta Pascua de Cristo nos ayude en el buen tiempo, en la naturaleza, como país y mundo a poder caminar en la justicia y en la paz".