Editorial

Espíritu navideño

b/n “No teman porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor (…) encontrarán a un niño recién envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc. 2, 9-10).


En el marco del espíritu navideño que vivimos se puede caer en la tentación que nos propone la sociedad del consumo de quedarnos anclados en los regalos solamente, compartir con familiares y amigos y comer y tomar más que otras veces.

Pero es solamente eso o hay algo más profundo en el sentido de esta Navidad en la que el hijo de Dios se hace hombre en una familia de Nazareth hace más de dos milenios. Es la presencia de Dios que viene a iluminar las realidades más dolorosas y oscuras de nuestras vidas.

Por eso el ángel del Señor les dijo a los pastores en el texto bíblico: “No teman porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor (…) encontrarán a un niño recién envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc. 2, 9-10).

Hay que dejarse iluminar con la estrella que nace en Belén para que la solidaridad y el amor nos hagan diferentes. Justamente, celebrar la Navidad es creer que la vida siempre tiene sentido y la muerte ha sido vencida con la luz de una nueva esperanza.

La Navidad debe ser una oportunidad para cuestionarnos sobre el sentido de la vida que está tan amenazada en nuestra sociedad de hoy con la niñez en riesgo desde el mismo momento de la concepción con varios proyectos a favor de la legalización del aborto en el Congreso, el abandono de las personas mayores que nos dieron la vida, la falta de ayuda a los jóvenes y desorientados, la necesidad de crear puestos estables de trabajo en lugar de planes y subsidios permanentes del Estado nacional, provinciales y municipales.

"¿Se vive el tiempo de Adviento como una oportunidad para renovarnos, para cambiar y reorientar nuestras vidas, para encarnar el mensaje evangélico?Estamos viviendo nuevamente el tiempo de Adviento, tiempo penitencial en el cual a los cristianos se nos invita a prepararnos para la celebración de la Navidad. Podemos preguntarnos sobre el sentido de los ritos. ¿Por qué el ser humano frecuenta año tras año la misma acción? Un rito es un acto repetido, acostumbrado, tal como se suceden las estaciones del año. Es una celebración también de carácter simbólico pero que modifica nuestra vida", postula la revista Criterio, de Buenos Aires, en su columna editorial Nº 2410 de diciembre 2014.

El pesebre de Belén nos puede iluminar a discernir los interrogantes sobre el futuro, el sentido en definitiva de la vida eterna que solamente se encuentra en Dios. ¿Habrá un antes y después en nuestras vidas a partir de esta Navidad?

La Conferencia Episcopal Argentina se pronunció a favor de "construir juntos una Patria más fraterna" y condenó el narcotráfico, el odio y la corrupción, al difundir su mensaje de Navidad.

"La paz siempre es un desafío y una tarea para todo hombre y mujer de buena voluntad. Queremos compartir la alegría de este anuncio para construir juntos una Patria más fraterna. Navidad es, en la persona de Jesús, el comienzo de lo nuevo", señalaron los obispos argentinos.

En este sentido, el obispo diocesano Luis Fernández señaló en una entrevista a LA OPINION (22/12/14) que "la Navidad es un mensaje tan propio de Dios, lo amable, la cordialidad, la mansedumbre; el Dios que se hace frágil y niño le está diciendo al hombre de hoy que no son los fanatismos ni aún religiosos, lo que domina al mundo es el narcotráfico, los mercaderes de la muerte, la trata...".

Parafraseando al padre rafaelino Hernán Pérez Etchepare SSP (fallecido el 30/1/12), "Navidad es la presencia/ de Dios hecho hombre/ para que contemplemos/ una nueva creación. Navidad es saber que hay algo más/ y que lo esencial está aquí/ cuestionándonos nuestras fronteras. Navidad es asociamos con los pastores/ en una solidaridad nueva".

Vivimos un alocado mundo del consumo desenfrenado, el egoísmo y la indiferencia frente a tantos hermanos necesitados, enfrentamientos sociales, guerras sin sentido y el secularismo que le da la espalda al Dios creador, quien envió a su hijo Jesús, nació en un pesebre de Belén y todavía hoy nos sigue invitando a seguir convirtiéndonos de un corazón egoísta abierto a las necesidades del prójimo...

Autor: REDACCION

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