Esta semana se celebró en Davos la cuarta de una serie de reuniones en las que participaron funcionarios de varias decenas de países, pero no Rusia.

En un comentario publicado en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso se afirmaba que la reunión había puesto de manifiesto las diferencias entre los participantes y no había producido ningún aumento del apoyo a las propuestas.

"Cada vez se comprende mejor que no se puede lograr una paz global, justa y sostenible centrándose en el ultimátum de la fórmula Zelenski", expresa el comentario.

"Todas estas reuniones... incluida la de Davos y las que le seguirán, son inútiles y perjudiciales para resolver la crisis ucraniana", agregó.

Rusia no fue invitada a las reuniones centradas en el plan de paz de Zelenski, quien exige la retirada de todas las tropas rusas de Ucrania, el reconocimiento de sus fronteras postsoviéticas de 1991 y un mecanismo para que Moscú rinda cuentas.

Zelenski descartó las conversaciones con Moscú mientras las tropas rusas permanezcan en el país. En su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, instó a Occidente a endurecer las sanciones contra Moscú y a aumentar el apoyo a Kiev.

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que la condición de Estado de Ucrania podría sufrir un "golpe irreparable" si continuaba la tónica de la guerra, y que Rusia nunca se vería obligada a abandonar los logros alcanzados en su campaña militar.