b/n Nos quedamos con una comparación que hizo el músico León Gieco, diciendo que "para América latina, Galeano es en palabras lo que Mercedes (Sosa) es en voz".
Eduardo Germán María Hughes Galeano murió el lunes último en Montevideo, la capital del Uruguay, luego de padecer un cáncer pulmonar, en la misma ciudad donde había nacido hace 74 años.
Fue autor de "Las venas abiertas de América Latina" sobre la explotación del continente que fue traducido a más de 20 idiomas y un referente de la literatura comprometida con la izquierda latinoamericana de los años 1970.
"El tiempo comprendido entre ambas fechas se puede llenar con exilios, libros, nombres de amigos y de enemigos, numerosos premios, doctorados Honoris Causa, campañas de descrédito, en suma, la habitual construcción, a partir de un cúmulo de datos varios, del perfil con el que enciclopedias y estudios de todo tipo guardarán su figura para la posteridad", resumieron sus editores, siendo su editorial en España, Siglo XXI Editores.
Ya mayor, sabiendo de la enfermedad que lo aquejaba, no dejó de escribir, pero sobre todo, no dejó de expresar aquello que sentía como un deber: la crítica social. En una de sus últimas y más celebradas apariciones públicas,
Galeano reclamó su "derecho al delirio" y lanzó un mensaje de deseo a la humanidad.
"Qué tal si deliramos por un ratito (...) para adivinar otro mundo posible. El aire estaría limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; la gente no será manejada por el automóvil ni programada por el ordenador, ni comprada por el supermercado ni mirada por el televisor", dijo.
El escritor, que estudió hasta primer año de Secundaria, afirmaba haber aprendido el arte de narrar en los viejos cafés de Montevideo. Justamente, uno de los más emblemáticos fue el Brasilero, al decir de muchos su segunda casa, ubicado en la “ciudad vieja” de Montevideo, fundado en 1887.
Aprovechando el cuadrangular de fútbol que jugó Atlético de Rafaela en enero de 2015 en Montevideo, el enviado especial de LA OPINION Gonzalo Rodríguez fue tras las huellas del citado bar, donde por años Galeano se sentó a tomar y se inspiró en sus futuras producciones literarias.
"Galeano no apareció. Y quizás haya sido lo mejor, pues no tenemos recorrido para alcanzarlo. Nos impregnamos del aire de fantástico lugar y nos fuimos, al fin y al cabo no se nos ocurrió nada. Como diría Eduardo, volvimos al ´mundo violento y mentiroso´, pero con la ´esperanza y el entusiasmo por cambiarlo´. Es que ´no se puede ser optimista full time´, y que, como nosotros, afirma que ´los hinchas furiosos no disfrutan del fútbol´”, escribió el citado cronista del diario en la crónica publicada el 17 de enero pasado.
Con la llegada de la dictadura en 1973 a Uruguay, Galeano -vinculado a corrientes marxistas- se exilió en Argentina y en España, para volver a Uruguay en 1985, con el retorno de la democracia.
Obtuvo el premio Casa de las Américas en dos ocasiones (1975 y 1978) y su trilogía "Memoria del Fuego" recibió en 1989 el American Book Award, distinción que otorga la Universidad de Washington.
A su obra se sumará pronto una compilación titulada "Mujeres" que se publicará en breve en España, según señala la editorial Siglo XXI en su página web.
Entre tantos personajes que opinaron sobre la figura del escritor uruguayo por distintos formatos tradicionales de los medios de comunicación y en las redes sociales, rescatamos a la de un amigo argentino: Santiago Kovadloff, expresando en su columna "Un gran amigo, más allá de las diferencias" publicado ayer en el diario La Nación que "creo que Eduardo, en política, propendía a la polarización entre buenos y malos, entre víctimas y verdugos. Si hubiera matizado su pensamiento en este orden, creo que no habría encantado jamás con su libro al ex presidente Chávez".
Compartieron juntos la redacción de la revista Crisis que dirigía el propio Galeano. "Galeano logró hacer de la revista Crisis una propuesta cultural equivalente en calidad a la revista Sur con una orientación de centroizquierda", agregó el filósofo y ensayista argentino.
Finalmente, nos quedamos con una comparación que hizo el músico León Gieco, diciendo que "para América latina, Galeano es en palabras lo que Mercedes (Sosa) es en voz".
A decir verdad, Uruguay y América latina pierden a uno de los escritores más emblemáticos de la literatura, la política, el deporte y la vida amorosa, que supo retratar en diferentes libros, los que serán un mojón para las nuevas generaciones, más allá de su postura ideológica.