EDIMBURGO, 20 (AFP-NA). - Escocia rechazó la
independencia por un margen amplio y optó por seguir en el Reino
Unido, lo que llevó al primer ministro escocés, Alex Salmond, a
anunciar este viernes su dimisión, a pesar de la promesa del
gobierno de Westminster de conceder más competencias.
El "no" logró en Escocia casi 400.000 votos más -2.001.926 de
votos versus 1.617.989-, con una tasa récord de participación del
84,59% de los 4,3 millones de electores registrados.
El resultado supone una decepción para Alex Salmond, que doce
horas después de la proclamación de los resultados anunció que
dejará su cargo de primer ministro de Escocia, que ocupa desde
2007, y de líder del Partido Nacional Escocés (SNP) en noviembre.
"He comunicado al secretario nacional del SNP que no me volveré
a presentar como líder del partido en la conferencia anual", que
se celebra del 13 al 15 de noviembre en Perth, "y que dimitiré de
mi puesto de primer ministro", dijo Salmond en rueda de prensa en
Edimburgo.
"Creo que al partido, al parlamento y al país les vendrá bien
un nuevo liderazgo", dijo.
Su anuncio pilló a muchos escoceses por sorpresa, ya que
Salmond logró que el apoyo al independentismo alcanzara unos
niveles (44,7%) hasta hace poco inimaginables, y que los partidos
de Westminster le prometieran un mayor nivel de autogobierno a
Escocia ante el temor de que triunfara el "Sí".
La reina Isabel, la monarca de todos los británicos, pidió en
un mensaje especial que regrese la concordia al Reino Unido.
"Conociendo como conozco al pueblo de Escocia, no tengo dudas
de que los escoceses, como muchos otros en el Reino Unido, son
capaces de expresar opiniones claras antes de volver a unirse en
un espíritu de respeto y apoyo mutuo", indicó.
"Estoy decepcionado, pero las cosas seguirán como estaban, así
que tampoco va a cambiar mi vida", dijo a la AFP Danny Trench, de
23 años, camino al trabajo en Edimburgo, tras conocer el resultado
del referéndum.
Se trata de una diferencia superior a la que auguraban la
mayoría de los sondeos, un extremo que confirma la tesis de "la
mayoría silenciosa" contra la independencia que esgrimían los
unionistas frente al fervor de la campaña independentista.
La decepción de Salmond contrastaba con el alivio del primer
ministro del gobierno central, el conservador David Cameron, y de
líderes europeos y de otras partes del mundo.
"Ha llegado la hora para nuestro Reino Unido de unirse e ir
hacia adelante", dijo Cameron en un discurso a la nación ante su
residencia de Downing Street. "El debate ha quedado zanjado, por una generación y quizás,
como dijo Alex Salmond, para toda la vida", agregó.
MAS COMPETENCIAS,
PERO PARA TODOS
El debate sobre poner punto final a 307 años de historia común
entre Inglaterra y Escocia ha levantado pasiones.
El temor al impacto económico de la separación, alimentado por
el traslado a Londres del domicilio social de bancos como Royal
Bank of Scotland en vísperas del referéndum o la posibilidad de no
poder seguir usando la libra, acabó frenando la opción
independentista.
En vísperas del referéndum, Cameron, su aliado gubernamental
liberal demócrata, Nick Clegg; y el líder de la oposición
laborista, Ed Miliband, se comprometieron por escrito a iniciar el
proceso de ampliación de competencias este mismo viernes.
"Vamos a honrar ese compromiso", dijo Cameron este viernes, que
anunció sin embargo que cualquier "trato nuevo y justo para
Escocia" se ampliará a Irlanda del Norte y Gales, pero también a
Inglaterra, la única de las cuatro regiones constituyentes del
Reino Unido sin parlamento ni gobierno autónomo propio.
Los escoceses "lograrán la mayoría de las cosas de un Estado
independiente, sin los riesgos", pronosticó Tony Travers, profesor
del departamento de gobernanza de la London School of Economics.