Lamentablemente, la investigación realizada hace unos días termina mostrando lo que se viene palpando en los últimos meses con la grave situación coyuntural argentina.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Pontificia Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) estimó en 33,6% el índice de pobreza y en 6,1% el de indigencia para el tercer trimestre de este año. La cantidad de pobres en la Argentina pasó de 11,4 millones a 13,6 millones, y la de indigentes, de 2,3 millones a 2,47 millones.
Para el caso de los hogares el análisis arrojó 25,6% de pobreza, también en alza en comparación con el 20,9% del tercer trimestre del 2017, y 4,2%, de indigencia, desde 4,1%.
A partir de estas cifras, y teniendo en cuenta que para el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) la población urbana de la Argentina alcanza a 40,5 millones, son 2,2 millones las personas que ingresaron a la pobreza y 170.000 a la indigencia en un año.
La cantidad de pobres en Argentina pasó de 11,4 millones a 13,6 millones, y la de indigentes, de 2,3 millones a 2,47 millones. El informe de la UCA aclaró que "en 2018 cerca de la mitad de los hogares declararon que sus ingresos no fueron suficientes para cubrir sus gastos". Puso de relieve que "esta tendencia negativa se observa con niveles diferenciados para todos los grupos sociales, destacándose la amplia incidencia registrada en el estrato de trabajadores marginales".
También puntualizó que las cifras de indigencia de 4,2% de los hogares y de 6,1% de las personas resultan "los valores relativamente más altos registrados por la Encuesta desde 2010 a la fecha". En ese sentido subrayó que "la indigencia afecta con más intensidad a los segmentos sociales de la clase trabajadora marginal y a los hogares del conurbano bonaerense".
"En ambos casos es donde la indigencia se incrementó de manera significativa a partir de 2014, alcanzando en el tercer trimestre de 2018 a 19,6% y 8,9%, respectivamente". También indicó que "afecta más fuertemente a los niños, adolescentes y jóvenes de 18 a 29 años, y en menor medida a la población de 60 años y más".
En el caso de los niños hasta 17 años, la pobreza alcanza al 51,7%, cifra superior al 44,7% de un año atrás. Así, hay 6,3 millones de niños pobres, frente a los 5,4 millones de un año atrás, es decir, casi un millón más en 12 meses. Esto significa que el 46,3% de los pobres en la Argentina son niños.
"Vemos una situación de pobreza estructural que no se modifica", dijo el director del ODSA-UCA, Agustín Salvia, en la conferencia de prensa. El investigador aseguró que "la llegada de inversiones no es condición suficiente para resolver la pobreza estructural y el desequilibrio cada vez mayor".
Salvia afirmó que "la pobreza estructural sólo se puede reducir con políticas de redistribución del ingreso, un modelo económico con eje en las pymes, más empleo y mejores salarios". Asimismo, advirtió que "en tanto se mantenga el actual escenario recesivo, sólo cabe esperar un aumento del desempleo, los trabajos de subsistencia y de la precariedad laboral y, por lo tanto, de las desigualdades estructurales que afectan al mercado de trabajo, con efectos directos sobre la pobreza".
Sobre esta situación, había vaticinado el obispo diocesano Luis Fernández a LA OPINION (18/11/18): "Estamos preocupados con otro momento difícil del país, que hay más pobres, se empiezan a aumentar la cantidad gente que va a los comedores, hay personas que no llegan a fin de mes, gente que pierde su trabajo. Esto preocupa a la Iglesia y un momento difícil que resolver entre todos, sumado a la violencia, la desesperanza en la juventud porque hay universitarios que no pueden seguir estudiando, los que pierden su trabajo y cómo hacen para alimentar a sus hijos".
Conviene destacar que en el segundo semestre de 2017 se registró una baja de 4,6 por ciento, al situarse en el 25,7 por ciento de las personas de los 31 aglomerados urbanos del país. El informe del INDEC consignaba que en el segundo semestre de 2016 la pobreza trepaba al 30,3 por ciento de las personas y que en la primera mitad de 2017 se había situado en 28,6 por ciento.
Durante los gobiernos kirchneristas trataron de tapar la pobreza debajo del alfombro para vivir en un mundo de fantasías. Cristina Fernández dijo ante la FAO el 8 de junio de 2015: “Hoy el índice de pobreza se ubica por debajo del 5 por ciento, y el índice de indigencia en 1,27 por ciento, lo que ha convertido a la Argentina en uno de los países más igualitarios”.
El problema estructural de los pobres es muy complejo, está muy ligado a la situación económica y a la espiral inflacionaria, pero constituye un verdadero escándalo social que en una tierra bendita pródiga en recursos naturales tengamos que hablar de esta terrible realidad, siendo una materia pendiente en estos 35 años de democracia.