Editorial

Esas estadísticas dolorosas

Hace 30 años, en noviembre de 1989, los dirigentes mundiales suscribieron un compromiso histórico con todos los niños del mundo al aprobar la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, una ley internacional que se ha convertido en el acuerdo de derechos humanos más ampliamente ratificado de la historia y ha contribuido a transformar la vida de niños de todo el mundo, según destaca Unicef. Sin embargo, todavía no se ha logrado que todos los niños disfruten de una infancia plena; todavía muchas infancias terminan antes de tiempo de acuerdo a las estadísticas que causan dolor y angustia por lo que reflejan, aunque en el fondo ofrecen una luz de esperanza porque están con una tendencia a la baja.

Así, en 2017, 6,3 millones de niños menores de 15 años murieron por causas en su mayoría prevenibles como la diarrea o la neumonía, según las nuevas estimaciones de mortalidad publicadas este martes por Unicef, la Organización Mundial de la Salud, la División de Población de las Naciones Unidas y el Grupo del Banco Mundial. Ese dato significa que un niño fallece cada cinco segundos en todo el mundo.

A partir de estos registros, se puede inferir que a pesar de los enormes progresos logrados desde 1990, más de 56 millones de menores de cinco años se enfrentan a la muerte de aquí a 2030, la mitad de ellos recién nacidos. Indudablemente son estimaciones incómodas pero ante todo deberían ser disparadores para la acción, para planificar y llevar a la práctica contramedidas para evitar que esa cantidad de niños terminen sus vidas antes de tiempo.

El estudio advierte que la mortalidad infantil sigue la tendencia a la baja.: mientras que en 1990 fallecieron 12,6 millones de niños antes de cumplir los cinco años, en 2017 fueron menos de la mitad: 5,4 millones. De este modo, el número de muertos entre cinco y 14 años se redujo de 1,7 millones a menos de un millón en el mismo periodo. No obstante, está claro que nacer en algunos países puede significar enfrentarse a un riesgo hasta 60 veces mayor de no alcanzar los cinco años en comparación con otros lugares del mundo. Es en esta franja de edad en la que se concentra la gran mayoría de los fallecimientos (5,4 millones), especialmente en los países comprendidos en la Africa subsahariana. En esta región, uno de cada 13 niños no supera el primer lustro de vida, mientras que en los países de altos ingresos, son uno de cada 185, un contraste sorprendente.

Según los expertos, es posible evitar o tratar las principales causas de las muertes, como complicaciones durante el parto, neumonía, diarrea, sepsis neonatal y paludismo. Estos factores también se podrían limitar en parte con un mejor acceso a agua, saneamiento, una nutrición adecuada o servicios básicos de salud.

El informe presentado por Unicef junto a la OMS y el Banco Mundial sostiene que el primer mes de vida representa el período más arriesgado y es, de hecho, la franja de edad en la que la reducción de la mortalidad es más lenta. En 2017, 2,5 millones de recién nacidos murieron a lo largo de los primeros 30 días de vida. En Africa subsahariana o en Asia meridional, la probabilidad de morir en esta época es nueve veces mayor que en un país de altos ingresos.

En tanto, entre los cinco a los 14 años, las lesiones constituyen la principal causa de muerte entre las 900.000 víctimas, especialmente ahogamientos y accidentes de tráfico. Una vez más, Africa subsahariana encabeza la clasificación de los sitios más peligrosos. En este caso, el riesgo de muerte es 15 veces mayor en comparación con Europa.

Desde Unicef advierten que es responsabilidad de nuestra generación exigir a los dirigentes de gobiernos, empresas y comunidades que cumplan sus compromisos y actúen de una vez por todas en favor de los derechos de los niños. La organización insiste en que los gobiernos deben comprometerse a garantizar que cada niño disfrute de todos sus derechos. 

Si bien se han registrado avances para destacar, como el hecho de que las muertes de niños menores de 5 años se han reducido en más de un 50% desde 1990 de acuerdo a los datos precedentes o el porcentaje de niños desnutridos se ha reducido a casi la mitad desde 1990, millones siguen excluidos y el concepto de infancia está cambiando rápidamente. Unos 262 millones de niños y jóvenes no van a la escuela, 650 millones de niñas y mujeres se casaron antes de cumplir 18 años mientras que para 2040, 1 de cada 4 niños vivirá en zonas con recursos hídricos muy limitados. Como se observa, más allá de los Derechos consagrados, en la práctica queda una enorme tarea por hacer para transformar este mundo en el que vivimos en un mundo mejor. 




Autor: REDACCION

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