Suplemento Economía

Es la economía, Presi

FOTO ARCHIVO MACRI. De repente pasó de pelear una elección a una derrota categórica que espantó a los mercados.

Luego del resultado electoral del domingo, se lo vio a nuestro Presidente, sorprendido por lo ocurrido. Probablemente el contratar asesores extranjeros y confiar en demasía en algunos que ya lo hicieron fracasar en términos económicos antes, como el llamado el 28D, sea el problema. Pero al verlo tan desconcertado, daba ganas de gritarle una frase que fue el latiguillo de campaña del Partido Demócrata de EE.UU., en las elecciones donde finalmente se impuso Bill Clinton sobre George Bush (Padre). La frase fue, “the economy, stupid”, la que traduciríamos suavizándola como, “es la economía, gato”.

Bush llegaba a esa elección considerando imbatible por los analistas políticos y su popularidad estaba en el 90% de aceptación, siendo esto un récord histórico, pero el asesor de campaña del contrincante, Bill Clinton, señaló que la estrategia de campaña debía enfocarse en cuestiones más domésticas, ya que la popularidad del adversario se basaba en asuntos externos, el fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo. Este asesor, James Carville, pegó un cartel en las oficinas de campaña que decía, cambio vs más de lo mismo; la economía, estúpido; y no olvidar el sistema de salud. La frase del medio se convirtió en un slogan de campaña y fue decisivo para el triunfo del célebre acosador Bill.

Parecería que alguien a mitad de la semana le avisó a nuestro Presi y comenzó a tomar medidas, cambiar su cara de sorpresa y desazón, por cara de manos a la obra. También se vieron gestos entre los dos candidatos más votados, es muy valorable que hayan conversado y que esto muestre madurez en los procesos democráticos que nos faltaron en otros tiempos, donde hubo mandatos sin terminar, adelanto en la entrega de mando o faltas en el traspaso de los atributos.

Acerca de las medidas tomadas, veremos con el transcurso de los días su éxito o no, pero desde ya festejamos todas aquellas que se correspondan con la baja de impuestos.

Pero, antes que nada, es necesario que el valor del dólar se estabilice, ya que este es más que una referencia, al moverse de cotización, es la señal de que muchas cosas cambian en la economía. Cuando la economía está en equilibrio, todas las variables lo están, al producirse algún evento que la afecte, como lo fue un resultado electoral no esperado por el mercado, los primeros en variar son los activos financieros y, entre ellos, las monedas, dado que los activos reales se comercializan de manera menos sencilla y sus mercados son menos elásticos.

Con esto queremos decir que, una vez estabilizado el tipo de cambio, todas las variables de la economía copiarán lo ocurrido, volviendo a un nuevo equilibrio, solo que esto lleva tiempo. Por este motivo es que consideramos que todas las devaluaciones de la moneda, realizadas de manera no espontánea, carecen de sentido. Si alguien está pensando en que se licuó parte del gasto público, sepan que la mayor parte de éste se encuentra indexado, salarios, jubilaciones, asignaciones, entre otros. A quien manifiesta que ayuda a los productos exportables, les cuento que los insumos también suben en dicha moneda, que los bienes de capital, nacionales o importados, están dolarizados y, los que no lo están, subirán vía inflación buscando el nuevo equilibrio de la economía. Los únicos que no están protegidos frente a las devaluaciones, son los más vulnerables de nuestra sociedad. Aquellos tenedores de dólares o bienes de capital que obtengan algún beneficio inicial, a mediano plazo perderán, vía inflación, en otros bienes y servicios.

A quien gane en octubre o en el ballotage, sea quien sea, le quedará un país donde el abuelo se gastó los ahorros, el hijo se endeudó todo lo que pudo y ahora indefectiblemente deberá venir la etapa del trabajo. Es la economía, Presi.


#BuenaSaludFinanciera

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 @ElcontadorB

Autor: Guillermo Briggiler

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