CARACAS, 16 (AFP-NA). - La oposición venezolana ultimaba
los detalles del plebiscito simbólico que realizará este domingo
contra el presidente Nicolás Maduro y su proyecto de Asamblea
Constituyente, al cumplirse tres meses y medio de violentas
protestas contra el mandatario.
"Ya está todo listo. El domingo el país no solo rechazará la
Constituyente, dará un mandato que es exigir el cambio de régimen,
la salida de la dictadura y el inicio de la transición con un
gobierno de unión nacional", dijo este sábado a la AFP la
dirigente María Corina Machado.
Los opositores confían en que la consulta "mostrará al mundo"
que la mayoría se opone a la iniciativa de Maduro para reformar la
Constitución y la considera un "fraude" para amarrarlo al poder.
Según la encuestadora Datanálisis, 70% de los venezolanos
rechaza la Constituyente.
"Se espera un 62% de participación para el domingo, podemos
llegar a 11 millones de personas", afirmó el líder opositor
Henrique Capriles, citando cifras de Datanálisis.
Maduro considera ilegal el plebiscito, alegando que solo el
Consejo Nacional Electoral (CNE) -acusado de servir al gobierno-
puede realizar procesos de este tipo.
En paralelo a la consulta, el CNE realizará el domingo un
simulacro de la votación de la Constituyente, cuyos 545
asambleístas serán elegidos el 30 de julio. Los opositores lo
consideran un acto de "provocación".
"Ese día se define el destino de Venezuela. Vamos a la
Constituyente para salvar a la patria", afirmó Maduro, cuya
gestión rechazan siete de cada diez venezolanos en medio de la
devastación económica.
El plebiscito se realizará en medio de una ola de protestas
opositoras que este sábado completa tres meses y medio, y deja 95
muertos.
Las manifestaciones exigen la salida de Maduro del poder
mediante elecciones generales y rechazan la Constituyente, que
según el mandatario socialista es la "única vía" para restablecer
la paz y reactivar la economía, que hilvana tres años de fuerte
contracción.
Maduro se dice víctima de un intento de golpe de Estado apoyado
por Washington y de una guerra económica que induce la escasez de
bienes básicos y la voraz inflación.