Un asado se convirtió en foco de conflicto entre los obreros de una obra en construcción y una vecina el lugar, en la Ciudad de Buenos Aires.
Como suele resultar una rutina costumbrista, un día a la semana en las obras en construcción de la Ciudad se cumple son el ritual del asado.
Claro que no todos soportan el olorcito que produce dicha acción, y una vecina lindera a una obra interrumpió la comida de los albañiles, de una manera insólita.
Y en muchos casos, dicha actitud provocó indignación por la maniobra llevada a cabo por dicha mujer, que molesta por la humareda decidió apagar el fuego, y arruinar la comida, usando una potente hidrolavadora desde su balcón.