Suplemento Economía

En medio de la crisis política, volvió la tensión con el dólar

Por Guillermo

Malisani

(Especial para NA)


Mientras la escena política y económica permanece

condicionada por el cada vez más enrevesado caso Nisman, el

mercado financiero volvió esta semana a encender señales de

preocupación, con el foco puesto en el dólar.

En la semana, el Banco Central tuvo que restringir al máximo la

venta de divisas a bancos e importadores porque la liquidación de

dólares bajó abruptamente. 

La entidad que dirige Alejandro Vanoli salió rápidamente a

aclarar que no había tomado medidas restrictivas pero admitió que

por la falta de dólares tuvo que limitar las ventas.

De los 70 millones de dólares que en promedio venían ingresando

al mercado vía los exportadores, ahora sólo se liquidan apenas 40

millones y eso no alcanza para cumplir con las obligaciones

diarias que tiene el Central. 

Cada jornada, la entidad embolsa cifras variables de dólares

para pagar vencimientos de deuda con organismos internacionales y

cubrir importaciones, fundamentalmente para equilibrar el déficit

energético.

Pese a que miércoles y jueves la autoridad monetaria cerró

completamente el grifo de dólares, las reservas terminarán con una

caída cercana a los 180 millones de dólares, en torno a los 31.277

millones. 

Si bien la medida afecta directamente a importadores, lo cierto

es que termina condicionando toda la actividad industrial porque

además de bienes de consumo, al exterior se compran repuestos y

máquinas indispensables para la actividad.

Según cálculos de las terminales cordobesas, los galpones de

las fábricas ubicadas en esa provincia tienen más de 12 mil

vehículos sin terminar por la ausencia de autopartes. 

De un total de 5.500 millones de dólares que el Central le debe

a importadores -por compras ya efectuadas- la mitad corresponden a

la industria automotriz y el 90% pertenecen a autopartistas

brasileños.

"El Gobierno está buscando patear la pelota para adelante",

sostuvo economista del Frente Renovador Martín Redrado y dijo que

las medidas del Central tienen como objetivo "planchar el dólar y

tener una inflación del 30%". 

La fuga de divisas no sólo se produce por vía mayorista, sino

que el goteo de dólares se efectúa también a través del sistema

implementado por la AFIP, que se inició hace un año para suavizar

el cepo cambiario.

A lo largo de esta semana, se efectivizaron ventas por más de

200 millones de dólares, cuando en enero treparon al récord de 456

millones, lo que plantea un fuerte interrogante en el corto plazo.

Desde la plaza financiera aseguran que el Central prefiere

dejar abierto el goteo de las ventas de ahorro para pequeños

inversores y recortar las ventas a importadores.

Los operadores advierten que de cerrarse el sistema de

dólar-ahorro, se disparará el valor del billete en el mercado

paralelo y terminar impactando en los precios. 

El frente externo, ese otro dolor de cabeza.

Sujeto a la política oficial de minidevaluaciones, el dólar que

se vende en casas de cambio y bancos cerró la semana en 8,67

pesos, mientras que el blue lo hizo a 13,20, con una caída de casi

40 centavos en la semana.

A diferencia de lo que ocurre a nivel local, en la región los

gobiernos están optando por depreciar sus monedas para alentar

exportaciones. 

El principal socio argentino, Brasil, volvió a devaluar el real

esta semana y cayó en torno a los 2,7420 unidades por dólar, el

nivel más bajo en 10 años.

Además, en esos países la inflación es más baja que en la

Argentina, por lo que los costos internos tardan más tiempo en

compensar esa devaluación. 

Esta situación impacta directamente en la balanza comercial,

que durante el 2014 dio muestras de fuerte debilidad, al registrar

el superávit más bajo desde 2001.

El resultado de la balanza es vital para sostener el nivel de

las reservas del Banco Central y, consecuentemente, continuar sin

sobresaltos cubriendo las obligaciones externas. 

A lo largo del año, entre vencimientos y pagos a organismos, la

Argentina debe desembolsar alrededor de 12 mil millones de

dólares, sin contar lo que reclaman los fondos buitres.

El panorama es complejo, más aún si se tiene en cuenta que es

un año electoral y el último de la gestión de Cristina Kirchner.

Autor: REDACCION

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