Suplemento Economía

"En el mundo en que estamos, nadie tiene ni idea de lo que va a pasar"

"Anticipando 2019 con el idioma de los mercados" fue el tópico de la disertación que brindó el martes pasado el reconocido economista Claudio Zuchovicki en el auditorio del Parque Biblioteca de la Constitución Nacional de la ciudad capital de la Provincia, en el marco de un evento organizado por la Bolsa de Comercio de Santa Fe y la empresa Integrar SA. Ante más de 300 dirigentes de distintas entidades, profesionales y empresarios, el experto coincidió con la tesis de que el principal problema de la Argentina es su déficit fiscal a la vez que consideró que la devaluación había “licuado el gasto”, lo que había permitido equilibrar las cuentas públicas. “La devaluación cambió los términos del intercambio”, aseveró para decir a continuación, que quien asuma en 2019 el gobierno de la Nación, “va a tener resuelta la macroeconomía porque el trabajo sucio, ya está hecho”.

En tanto enfatizó que el país debe encarar reformas en el plano previsional y laboral al tiempo que negó la posibilidad de que se produzca un default de la deuda soberana. 

Antes de la disertación,  Zuchoviski conversó con medios de prensa de Santa Fe, de Paraná y de Rafaela. A continuación, algunas de sus respuestas: 

-¿Cómo considera que se comportarán las variables y los mercados en 2019?

-Voy a parafrasear a un gran economista y amigo, el doctor Juan Carlos de Pablo. La verdad es que en el mundo en que estamos, nadie tiene ni idea de lo que va a pasar. Lo importante es saber qué va a hacer cada uno sabiendo que ninguno sabe lo que ocurrirá. Lo que termina pasando es lo que mayoría quiere que pase. Si todo el mundo cree que esto va a venir mal, es probable que retraiga consumo y como se retrae, se demandan menos bienes y cuando se produce menos, se despide gente y cuando se despide gente, se consume menos. En tanto, si mucha gente cree que esto va a arrancar un poquito, va a consumir un poco más y se van a producir más bienes. Los círculos dependen más del estado de ánimo. Y esto es lo que vamos a tratar de ver, en un mundo que está muy complicado, no sólo la Argentina; el mundo está muy complicado política y económicamente. Si se hace una revisión política por los principales países, todos tienen problemas; en ese contexto nos va a tocar movernos. El punto es que tengo una mirada relativamente positiva: veo el vaso medio lleno y creo que estamos suficientemente preparados y exageradamente preparados, para un contexto negativo y creo que eso, va a terminar siendo positivo.

-A principios de este año, se hablaba de una pauta inflacionaria, de un nivel de dólar, y luego, se vino todo abajo y se dispararon las variables.

-Y de golpe.

-Se erraron todo en los diagnósticos.

-El problema es que fue repentino, no esperado. Argentina venía creciendo con una inversión del 18% anual; el país venía creciendo a un 3,5%.

-¿Lo que ocurrió este año, fue un problema de falta de experiencia?

-Creo que en parte se lo previó porque salieron a los mercados antes, en enero. Seguramente, hoy con el diario del lunes es más fácil decir que hubo mala praxis o que hubo muchas cosas que en el fondo aceleraron esa caída. Hay una frase que repito mucho y que no es mía y dice que cuando baja la marea, te das cuenta de quién se bañaba desnudo, y la marea bajó en el mundo y Argentina estaba un poco desnuda. Es muy vulnerable a los contextos internacionales porque tiene un déficit fiscal grande que necesita mucho del financiamiento externo. Argentina no logró tener ahorro interno. Creo que uno de los errores grandes fue la penalización del ahorro interno, gravándolo, etc. Me parece justo decir que hay cosas que no dependen de ningún gobierno ni del anterior ni de éste: tuvimos la peor sequía en mucho tiempo y eso afectó uno de los ingresos más importantes y, además, con muy malos precios, cosa que para lo que estudiamos economía es una paradoja: cuando se tiene menos cantidad sube el precio.

-En este escenario que describió, la Argentina aparece como productor de alimentos y en el G20.

-El presidente Macri coincidió que era el momento del comercio internacional. Pero existe una tensión comercial entre las principales potencias y muchas naciones con cierto sesgo proteccionista.

-¿Qué posición debería tener Argentina y cómo analiza esa guerra comercial?

-Todos los países del mundo sobre todo los principales, viven bajo un déficit fiscal enorme. Va a haber un momento en que no lo van a poder seguir financiando con deuda o emitiendo y, en el fondo, la guerra no es comercial sino fiscal: dónde se gravan los impuestos, adónde quiero que sea el centro del lugar. Algunas empresas hoy son más grandes que los Estados; producen en varios Estados y resulta difícil ver la nacionalidad. De qué nacionalidad es Apple o Google; producen en un lugar, quedan en la nube; no quedan en el país… Y esas preguntas para las automotrices de que si contaminan o no, con cuestiones hasta arbitrarias en algunos lados, porque tienen multas para las empresas extranjeras pero no las locales y comparten el mismo lugar; con lo cual las relaciones, cuando todos tienen deuda, es como la de un matrimonio: cuando las cosas económicamente andan bien, es probable que se lleven bien, y cuando está mal en la economía, empiezan las discusiones. Creo que en el mundo existe un tema fiscal importante. En cuanto a la Argentina, lamentablemente no puede decir “vivir con lo nuestro” porque produce una cantidad de alimentos muy grande para sus pocos habitantes y necesitamos al mundo venderle esa producción primaria. Por lo tanto, el país necesita mucho que el resto del mundo consuma nuestra producción. 

-En el contexto de una de las peores sequías en décadas, ¿qué aporte considera puede dar el sector agroindustrial agropecuario de cara al 2019? Y qué opina de las presiones fiscales impuestas al sector de parte del gobierno.

-El economista Ricardo Arriazu tiene un gráfico que demuestra que cada 8-9 años hay una gran sequía y que los dos años posteriores a la sequía, siempre tuvieron record de producción, con lo cual lleva a presuponer que eso que jugó muy en contra, va a jugar muy a favor. Argentina perdió mucha competitividad por la suba de costos. La rentabilidad del productor cayó mucho y en ese esquema de mayor presión fiscal atenta contra la rentabilidad y ello significa  atentar contra la inversión. Nadie invierte sino gana plata. Nadie invierte si gana plata pero no considera que va a ser suya

porque en cualquier momento, alguien puede poner un nuevo impuesto o apropiarse de una renta. Sin inversión es muy difícil crecer. Desde el punto de vista del contexto, el campo y la agroindustria va a jugar muy a favor. Ya el último mes se lo vio: el petróleo bajó bastante y las materias primas se mantuvieron e incluso el trigo, cotizó un poco para arriba.Del lado de la seguridad jurídica, esos toqueteos sobre la renta, por ejemplo gravar la renta financiera luego del blanqueo cuando se dijo que no se lo iba a hacer; aplicar nuevamente el Impuesto a los Bienes Personales o las retenciones a todas las exportaciones, genera una incertidumbre que resulta más cara que lo que se termina recaudando.

-Se dijo que la Argentina iba a tener muchas inversiones externas y no las hubo; los pocos que invirtieron fueron argentinos. ¿Qué recomendaría para el año que viene para alguien que tenga capital?

-Fui uno de los que se equivocó también porque pensé que iban a venir más inversores de los que vinieron. En cuanto a los motivos, es por lo que acabo de decir. El que invierte quiere ganar y si no gana, no hará el esfuerzo. En la Argentina ocurrió que la inversión dejó de tener una renta en la economía real que valiera la pena la inversión, por la carga impositiva impuesta, por el costo de la infraestructura. En este punto debo decir que la infraestructura mejoró muchos y desde gobiernos de distintos colores políticos se puso énfasis en mejorarla. Actualmente, llevar un producto al puerto es más barato que antes, porque hay una mejor infraestructura. No es sólo un tipo de cambio lo que le da la competitividad a una industria, sino también la logística y la infraestructura que le das. Para hacer una importación o concretar una exportación, ¿en cuánto tiempo se la habilita? Todo eso hace que esos costos no hayan sido atractivos para la inversión.

-¿Cuáles serán los sectores más dinámicos en 2019?

-Argentina mejoró mucho sus números macro, no porque lo planificó, sino porque los hizo el mercado: la gran devaluación va a mejorar su balanza de pagos. Qué sectores van a ganar: energía (Vaca Muerta será el principal exportador y le ganará a las soja en cuando a la generación de dólares); la minería, el turismo; la tecnología y el campo. Al mercado interno le faltará pero mejorará un poco y esto no es opinión sino que lo puedo sacar de datos económicos. Este año, la inflación estará entre el 45 y 48% y nuestro salario habrá subido un 20-25%; siendo esto la causa de la pobreza y la recesión actual. En el primer trimestre del año que viene, ese 50% que cobra del Estado va a tener un ajuste del 11 y pico por ciento por la inflación atrasada, y la inflación, en el primer trimestre, estará entre 5 y 6,5%. Esto quiere decir que no se va recuperar lo que se perdió este año, pero se estará un poco mejor de lo que este trimestre, y como hay 

consumo postergado, puede darse un impulso en el mercado local.

Autor: REDACCION

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