La Palabra

En busca de... Zulema Alcayaga

LP -¿Cómo surge Margarito Tereré?

Z.A. - Margarito nació porque Waldo amaba la música del litoral y nosotros viajábamos muchísimo al litoral. Amábamos la provincia de Corrientes y teníamos un queridísimo amigo poeta, maravilloso, Osvaldo Sosa Cordero, que nos mostró el litoral, nos enseñó el paisaje, y nos enseñó también la fantástica mitología guaraní.

El era un experto. Yendo a Corrientes, una vez fuimos hasta los Esteros del Iberá que entonces era una aventura impresionante. Ahora ya es casi lugar turístico.

Era Argentina secreta, pero un lugar mágico. Entonces Waldo siempre decía cuando veíamos a nuestros hijos -bueno, más o menos como lo que pasa ahora- miraban televisión y veían El zorro, Batman, todas cosas que estarían muy bien hechas, no lo niego, pero no eran nuestras. Y Waldo decía: “¡Pero mirá estos chicos no saben nada de lo que le corresponde por su raíz, es nuestra obligación hacer algo por esto!”.

Ya habíamos empezado con las canciones para niños. Y así buscando un prototipo que sea bien criollo, lleno de buenas cualidades, dueño de un paisaje interesante, ahí nació Margarito. Y todos sus amigos, porque su primera pandilla era toda del litoral. Y luego se fue aumentando con el burro de Córdoba, la lechuza Misia Pataca de La Pampa, el pingüino Fortunato del sur y así todos los otros personajes que fueron más de veinte.

LP - ¿Se fueron a filmar la película al litoral?

Z.A. - Cuando hicimos el largometraje filmamos en la zona de Capilla del Señor la parte pampeana, y lo de los esteros en el Delta.

LP - ¿Margarito nació en teatro?

Z.A. - Margarito nació en festivales, en realidad en un disco, el primero que fue un relato que lo hizo Hernán Figueroa Reyes.

LP - ¿Quién es la voz de Margarito en la película?

Z.A. - Waldo. El tema de la voz de Margarito era una cosa muy extraordinaria. Porque cuando teníamos que ponerle voz al personaje hablamos con todos los actores posibles y siempre les faltaba algo. Waldo decía esto tiene que ser así y no perder el personaje.

Le dije: pero hacelo vos. Y hacelo vos. Y Waldo lo hizo (risas). Ese dato no trascendía, ahora después de los años te lo cuento porque era un placer. Y cuando seguimos haciendo alguna cosa en ausencia de Waldo, la voz es de Waldo hijo, tiene la misma garganta del padre.

Es increíble. Waldo padre también era médico y Waldo hijo es más médico que músico, pero también es muy buen guitarrista. Puede hacer miles de voces y entre ellas a Margarito.

LP - ¿Y se sumó a la obra familiar el hijo?

Z.A. - No. Los chicos -Waldo y María- en vida de Waldo estudiaban, viajaban. María es musical pero es psicóloga y psicopedagoga, madre de cuatro hijos divinos -trillizas entre ellos- y Waldo tiene dos hijos.

El sí estuvo involucrado después que murió su padre y por su iniciativa yo seguí trabajando. Waldo falleció a los cincuenta años cuando su hijo tenía dieciocho. Mi hijo es buen autor, hizo la música de toda una zaga que hice después con la segunda Frutillitas y Ositos cariñosos. Todas esas comedias musicales son musicalizadas por Waldo hijo.

LP - ¿Dónde están los muñecos de Margarito?

Z.A. - Acá en mi casa. Muy bien guardados en bolsas en una baulera enorme que tengo por suerte. Así que los personajes principales están impecables.

LP - ¿Cuánto hace que no se usan?

Z.A. - No hace mucho que no se usan porque mucha gente me pide: “queremos ver a Margarito”, “traé a Margarito”. El año pasado me nombraron ciudadana ilustre de Florencio Varela porque hay un colegio de allí que se llama María Elena Walsh y que tiene una gran orientación hacia las artes. Durante todo el año trabajaron con los chicos de la primaria sobre mis personajes, y para el mes de noviembre me invitaron para que viera lo que habían hecho. Maravilloso el trabajo. Y me pidieron que lleve a Margarito.

Yo llevo siempre al mismo bailarín, gente maravillosa. Hicieron un escenario en la calle, cortaron el tránsito, una cosa tan increíble, importantísima. Y en eso oímos una sirena. Me lo traían a Margarito en la autobomba con los bomberos como los campeones. Margarito está impecable, parece que salió de las manos de la doctora Aslan, todo el mundo me lo decía inclusive cuando presentamos el disco.

Mi hijo me decía “Margarito merece que le hagamos un disco en homenaje para que los chicos de hoy lo conozcan y la gente que tiene tan buen recuerdo pueda tener algo”. Así que hicimos una selección de canciones y grabamos, donde los personajes cantan sus propias canciones y las otras las cantan amigos queridos como Julia Zenko, Yamila Cafrune, Topa que es un admirador de Margarito. Y Waldo hijo es la voz de Margarito.

LP - ¿Cómo superó la partida inesperada de Waldo para poder estar hoy hablando de esta trayectoria?

Z.A. - Está en mí, sin esfuerzo. Con Waldo fue la primera Frutillitas porque él murió el día antes del estreno. Teníamos a Margarito en el Teatro Astral y debutábamos en el Maipo con Frutillitas, veníamos del ensayo general conformes porque era un cuentito, de manera que no había la ansiedad de que había que ajustar esto o aquello. Estaba todo en orden para el estreno del día siguiente. Y esa noche murió Waldo, así que no vio las dos obras juntas.

LP - ¿Y Canciones para Argentinitos cuándo nacen?  

Z.A. - Las Canciones para Argentinitos ya estaban escritas, la música es de Waldo, pero también fue idea de mi hijo que es el motor, digamos. Porque siempre los maestros pedían el material de esos temas. No estaba disponible la grabación y había que dar la posibilidad que estas canciones siguieran.

LP - ¿Algo previsto para este año?

Z.A. - Ya estoy grande. Les digo a mis hijos que estoy para el homenaje (risas). Este año fue lindísimo este homenaje de Cosquín, muy emocionante. Fue gracioso porque estando en mi casa de Valle Hermoso me avisan que el intendente me quería recibir para reafirmar el homenaje del festival. Me nombraron ciudadana ilustre también de esa localidad, me regalaron el decreto envuelto en cinta argentina.

A los días me llama la funcionaria de Cultura para decirme que al estar por terminar la temporada de verano querían hacer algo para chicos y demuestra su interés para hacer Margarito. Le dije que era difícil. Me dijo que ellos se animaban, vinieron a casa, les di alguna orientación para el traje. Lo hicieron todo ellos: Margarito, el pato, el mono y el cartero.

Los hicieron bailar, en un escenario precioso, en la plaza del pueblo, impresionante. Lindísimo. Les agradecí el esfuerzo y los elogié muchísimo porque correspondía. Y prometieron usarlo para otros eventos. Esas cosas lindas que me pasan ahora con el paso de los años.

LP - ¿Cómo era Waldo?

Z.A. - Era un hombre que vivía respirando música. Eso era. Y amaba la gente. Todo el mundo lo quería. Muy padre. Era una gran persona.

LP - ¿Qué reflexión puede dejarnos de lo vivido?

Z.A. - No me quejo. Me ha dado golpes pero a esta altura entiendo que sigo con las mismas ganas de hacer, que los chicos argentinos conozcan su propia música, su propio país, sus propias costumbres, que falta, eso falta. Hay mucho por hacer, ojalá alguien tome la posta.

LP - Un tema que elija entre los que compartió con Waldo.

Z.A. - Hay un tema que yo amo que se llama Es temprano todavía, que lo cantó en una grabación maravillosa Ginamaría Hidalgo. Es una canción que escribí para mi hija cuando ella era pequeña, yo la veía dormir y decía ¡qué suerte que es temprano todavía!

por Raúl Vigini

raulvigini@yahoo.com.ar

Autor: Raúl Vigini
En busca de...

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web