La Palabra

En busca de… Suna Rocha, música

LP - Tu paisaje de la infancia. Sabores, aromas, sonidos en tu memoria.

S.R. - Nací en un agreste lugar. Las Arrias, norte de Córdoba, lindando con Santiago del Estero. Uno es el resultado cultural de donde nació y lo que uno hace, tiene que ver con ese lugar, en mi caso allí es donde escuché a los viejos cantores de vidalas, que me influenciaron en mi vida, y los primeros cantores fueron los pájaros.

LP - El arte de la actuación. ¿Cómo lo concebís?

S.R. - En principio tenés que tener una marcada vocación, y a partir de allí es el oficio el que te va marcando, una personalidad propia, una manera de expresión donde uno adquiere una forma de llegar a la gente, al público. Y es desde aquí que le vas dando un marco a tu persona, a tus maneras de transmitir, de llegar al otro. 

LP - Los estudios logrados. ¿Qué elegiste? ¿En qué te formaste? ¿Cómo resultó la experiencia?

S.R. - Hice primaria, secundaria y un nivel terciario en periodismo en Ciencias de la Información, asunto que me fue muy útil para desenvolverme en una conversación... 

LP - La formación para el canto. ¿Cómo resolviste ese tema?

S.R. - Estudié canto, por años, con una exintegrante de Buenos Aires 8 que es Magdalena León, y después otros años con una fonoaudióloga excelente. Eso me sirvió mucho para manejar mi respiración, y aprender a emitir la voz. 

LP - La música como vocación. ¿Desde cuándo te interesó?

S.R. - Desde siempre, mis padres me contaron que no sabía casi hablar y me atraía la música. Yo me considero una cantora de gran vocación. 

LP - La danza en tu vida. ¿Qué lugar ocupó y ocupa?

S.R. - Siempre me gustó bailar, y lo hago en mis actuaciones, es algo nato en mí. Mi padre bailaba muy bien, siempre lo hacía en las fiestas patronales, en el baile la gente comenzaba a aplaudir y decir: “Que baile Lalo, que baile Lalo”. Ese era mi padre y generalmente la sacaba a mi hermana más grande, porque yo era más petisa... jajajajaja. 

LP - Cómo elegir el repertorio. Una cuestión primordial.

S.R. - Al repertorio, lo elijo con temas que me acercan en los festivales -que son los menos- pero busco los que me mandan las editoriales, o los que escucho en las redes. 

LP - Etapas de tu camino profesional. ¿Cuáles se fueron dando?

S.R. - Bueno, hay etapas sí, pero a las etapas te las marca el trabajo paulatino, en este momento estoy en una etapa de la madurez y ya tengo un largo camino recorrido, que te suman experiencias, oficio, conocimiento y muchas cosas que has ido adquiriendo en una larga trayectoria. Cuando te dicen “Maestra” es que debo pensar que ya estoy en un lugar donde he sorteado y vivido muchas cosas.

LP - La presencia de la figura de Atahualpa Yupanqui. ¿Cómo llegó y cómo te llegó?

S.R. - A Don Atahualpa yo lo conocía desde pequeña, cuando nuestros padres iban al Cerro Colorado para las fiestas de fin de año, pero fue en el año 1991 cuando me lo encontré en Córdoba, internado en un sanatorio muy conocido, lo fui a ver, me dio su teléfono de capital y de allí lo acompañé siempre que venía y estaba en nuestro país. Te aclaro que no fui la Kodama yupanquiana, me movió mi admiración y mi respeto hacia él. Lo acompañé cuando más lo necesitaba, en su vejez, su soledad y su enfermedad. Me honró con su amistad. 

LP - Otros referentes en tu oficio. Gente del arte en general que te marcó.

S.R. - Bueno, conocí a gente del tango, ya que hice los tres años de la Academia del Tango, con Horacio Ferrer, su director -también amigo de Yupanqui- y allí conocí a Raúl Garello, al maestro Carlitos García y tantos otros del tango. Estuve muy cerca de Mercedes Sosa, que fue quién nos invitó a mí y a Raúl Carnota a cantar con ella, al Luna Park y eso está en youtube. 

LP - La obra propia. ¿Tuvo lugar en tu trabajo cultural escribir poesía y música?

S.R. - Muy poco, será porque me gusta mucho la buena poesía… 

LP - El respeto por la propuesta y los destinatarios. Como si fuera la razón de existir del artista.

S.R. - Hay gente que graba cosas trascendentes, y esos me parecen los necesarios, los que no buscan el efecto más inmediato sino la buena poesía acompañada de la buena música, que es el camino más difícil, al otro, aquel que plantea solo la fiesta arriba del escenario, “a ver esas palmas” pensando que el público no sabe escuchar... bueno esos son los más, los que no tienen una propuesta con compromiso, sino una propuesta más comercial. 

LP - La importancia del mensaje a transmitir.

S.R. - Somos “cantores populares” y tal cual lo dice la palabra, los artistas del pueblo, pues bien, deberemos entregar algo importante para ellos, algo que los haga reflexionar, pensar, digamos, proponer algo que les sirva, para desarrollar “la idea” que de esto se trata. Una reflexión, un pensamiento y si es profundo mucho mejor. 

LP - Una anécdota entre tantas de tu trayectoria.

S.R. - Yo tengo unas coplas populares que son muy lindas y ocurrentes. Y una de ellas 

dice: “No se case compañero,/ goce de su mocedad,/ deje casarse a los tontos,/ ya va a ver cómo les va”. Y se la canté a un cura... jajajajajajjajaja. 

LP - El nuevo trabajo discográfico. ¿Cómo lo concebiste? 

S.R. - Conocí a una arregladora, llamada Marian Pellegrino que vive en Córdoba y es una música impresionante. A ella busqué para la producción y los arreglos. Y  salió Veinteveinte, un trabajo que me tiene muy contenta. Ternado para los premios Gardel 2021. 

LP - ¿Qué expectativas tenés con esa producción?

S.R. - Las expectativas son como todo premio... una suerte, de no ser así me alegra haber llegado allí. Nunca gané premios Gardel ni ninguno, porque siempre tuve que competir con Mercedes Sosa. 

por Raúl Vigini

raulvigini@yahoo.com.ar

Autor: Raúl Vigini

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web