Una aventurada idea se fue plasmando en realidad. La sugerencia de algunos lectores de que el entrevistador hoy sea el entrevistado, se concreta en esta misma página, donde algunos de quienes fueron interrogados por él esta vez se permiten plantearle su pregunta personal. Simbólicamente, entre todos, representan a los que fueron convocados en estas dos superadas décadas que pasaron en la vida de LA PALABRA.
Pedro Patzer, guionista Radio Nacional - Después de tantos viajes y tantas entrevistas por todo el país, ¿sentís que predomina una mirada unitaria de la cultura, es decir, que la industria de la cultura se cocina básicamente en Buenos Aires?
R.V. - Si hablamos de “cocina” como determinante de que algo se concrete, tal vez. Pero si usamos el término como armado, fabricación, gestión, alimentación, no dudamos de que cada bastión federal tiene su propio movimiento -con más o menos posibilidades de salir de su espacio- pero con valiosos gestores y elementos que lo hacen diferente, original, profundo, testimonial, auténtico en cada caso. A veces las distancias no permiten los traslados necesarios y los intercambios esperados.
René Vargas Vera, crítico musical- LA PALABRA ¿la has creado con el fin de difundir y dar impulso a la actividad cultural de Rafaela y también del país?
R.V. - La iniciamos como inquietud para dar a conocer lo que menos se difunde en los medios. Al comienzo con material local y aquél obtenido en nuestros viajes a Cosquin. Con el tiempo eso se fue agotando y consideramos que hay mucho para ofrecerle al rafaelino de lo que sucede en otros lugares distantes o ajenos a tu cotidianeidad. Allí comenzamos a hacer una producción más importante y logramos todo el contenido que venimos ofreciendo sobre acontecimientos nacionales y en casos extranjeros que permiten conocer otras realidades. De esta manera sumamos muchísimos lectores en el mundo virtual que nos siguen.
Carlos López Puccio, integrante de Les Luthiers y director coral - ¿Cómo llegaste a editar este magnífico suplemento cultural? ¿Qué preparación tenías, qué camino habías hecho cuando empezaste y qué sentido te propusiste darle a la empresa? ¿Sentís haberlo cumplido?
R.V. - Agradezco tu concepto sobre lo que ofrecemos. La edición literaria del diario La Opinión que dirigía la querida escritora Elda Masoni ya no se publicaba. En algún momento se nos había ocurrido diseñar el esbozo de un suplemento cultural. Fue un día inesperado que vino a hablar el director del diario Miguel Buffelli para ofrecer la coordinación de un suplemento cultural. –“¿Cuándo?” –“¡Ya! Te doy una semana”- me dijo. Y así fue que con material de archivo que veníamos reuniendo por largo tiempo, con Ana María -madre de mis hijos- nos lanzamos en este proyecto. De ella es la idea del nombre “La Palabra” y fue corresponsable de esto los primeros doce años. Veníamos de cubrir periodísticamente muchas ediciones del Congreso Nacional del Hombre Argentino en el Cosquin cultural, de años de docencia con miradas especialmente destinadas a la cultura popular, de hacer programas de radio con música de raíz folklórica y temas ambientales. Queríamos dar a conocer lo menos difundido en los medios, y creo que lo logramos en parte.
Hugo Bistolfi, tecladista, ex Rata Blanca - ¿Cuál es la misión que vos sentís que tenés al hacer este suplementos cultural, tanto para los demás que lo reciben como para ti mismo?
R.V. - Con el paso del tiempo sentimos que se fueron cumpliendo las expectativas, en muchos casos superadas ampliamente. Que el lector se interesa por lo que le ofrecemos cada sábado, que descubre temas desconocidos hasta ese momento, que conoce personas nuevas con aportes sociales importantes, que lo que lee ahí difícilmente lo pueda encontrar en muchos lugares. Con eso estamos satisfechos porque a la vez estamos comprometidos con la propuesta, y disfrutamos cada paso que dimos en este aspecto. Y la misión es verla cumplida hasta hoy, pero renovarla a partir de mañana.
Elena Zambonini, artesana gráfica y psicóloga - ¿Qué pregunta orienta ahora tu búsqueda y a quién se la formularías? Has vivido veintinún años preguntando y preguntando, seguramente buscabas alguna respuesta fundamental y ahora la tendrás más clara... ¿Cuál era esa PALABRA?
R.V. - Bueno… no es sencillo responderte… Hay gente que no pudimos encontrar porque partió a la eternidad antes de nuestra llegada y lo lamentamos mucho, eso siempre estará pendiente. Con tantas ediciones la lista de buena fe se acorta pero a la vez siempre alguien nuevo aparece para incorporarse. En general “la” palabra que fue más bienvenida en cada entrevista fue “la niñez” de esa persona, lo que nos permitió conocerla a fondo. Y por ahí seguiremos rumbeando. Y al lector le preguntaríamos: ¿Y… qué te pareció LA PALABRA hasta ahora?
Fernando Signorini, preparador físico, ex Selección Nacional de Fútbol - En virtud de los visibles cambios culturales verificados desde la salida del suplemento LA PALABRA hasta el presente ¿cuál fue la estrategia que utilizaste para adaptarte a ellos? Sobre todo a la hora de pensar en el modo de llegar a los jóvenes.
R.V. - Sinceramente nunca nos planteamos -al menos desde lo consciente- ese tema. Sí estamos atentos a incorporar temas actuales, lo que se genera en presente, la presencia joven en los movimientos culturales, y más aun en estos tiempos la militancia social de generaciones que va asomando a la vida con participación activa. Creemos que con ser cotidianos en el relato cultural como amplia manifestación humana, ya nos sentimos inmersos en lo demás aunque hablemos del pasado o del futuro.
Mirtha Presas, alfarera y docente - Tenemos algo en común, que fue muy importante para nuestras vidas. Vos como el periodista infaltable y yo como Coordinadora del Congreso Nacional del Hombre Argentino y su Cultura de Cosquin. Y la pregunta es: ¿vos sentís que este proyecto de tanto contacto con la Argentina profunda fue para todos nosotros un espacio invaluable de aprendizaje, de dar y recibir, y de respeto por las diversidades, único?
R.V. - Nos alegra que recuerdes ese tiempo compartido porque nos permitió a todos crecer de una manera muy particular siendo testigos de un movimiento incipiente que fue creciendo y nos fue alimentando en forma permanente con cada aporte erudito, así como tantos testimonios de gente sabia. Hubo un hito muy importante con el Cosquin cultural en todos nosotros. Y ése fue el disparador para que años después -como contamos en otra respuesta- nos hayamos sentido capaces -o audaces, ja- para encarar LA PALABRA con esos contenidos y con estos resultados.
José Pellucchi, médico psiquiatra, director artístico-académico y fundador de Payamédicos - Cuando seas un famoso conductor televisivo del programa periodístico más top, porque así lo merecés, ¿me harías una nota estando ambos montados en una bicicleta de esas gigantes que vos tenés guardada?
R.V. - Sí, por supuesto. Porque les tenemos tanto respeto a las bicicletas especiales fabricadas por Pancho Rigoni que fueron delicia de los corsos rafaelinos, como a vos por el trabajo digno que hacés con los Payas. Y nos merecemos esa foto en el estrado del aula magna de la Facultad de Medicina durante un Congreso de Payamédicos.
Roxana Bavaro, licenciada en Comunicación Periodística - ¿Cuál fue tu mayor orgullo personal desde que llevás adelante el suplemento?
R.V. - No haber tenido que mostrar nunca una credencial ni identificarnos para lograr el objetivo. Con contar lo que veníamos haciendo, dar a conocer un ejemplar de LA PALABRA y compartir temas comunes con el interlocutor fue siempre suficiente. Y la anécdota se dio cuando llamé a la casa del poeta León Benarós y me atendió su acompañante terapéutica Eli sin saber quién era yo y me dijo: “Puede venir a visitar a León, voy a confiar en su voz que me dice que es una buena persona”. Así fue que pudimos conversar con él siendo la última entrevista que le hicieron porque ya estaba en cama con su salud comprometida.
Angélica de los Santos, laica consagrada Fraternidad MisioneraNuestra Señora de América- Sorprende -a mí me sorprende mucho- la diversidad de temas que mi querido amigo Raúl aborda en la entrevista de su “milenario” Suplemento LA PALABRA. También me llama la atención la profundidad de las preguntas con que “asedia” al entrevistado. Siempre son exigentes. El resumen de la entrevista que va en el recuadro con el título Editorial es preciso e iluminador. Teniendo en cuenta lo que apunto, me brota espontáneamente la pregunta que se hacían los paisanos de Jesús: ¿De dónde le viene a éste tanta sabiduría?...
R.V. - Tu apreciación es muy generosa Hermana, y la agradecemos. En el trabajo cotidiano y desde nuestro lugar no nos damos cuenta de esos detalles que mencionás. Sí, ponemos todo el esfuerzo y dedicación en cada abordaje porque lo concebimos con mucho respeto al entrevistado y al tema. Por algo fueron elegidos para estar en alguna edición del suplemento cultural. Y los enfoques y análisis que tratamos de darles son consecuencia de conocer muchas personas casi desconocidas u olvidadas, de escuchar muchas historias importantes para dar a luz, que se capitalizan y te alimentan profundamente. Eso nos cultiva interiormente y lo importante es saber y poder transmitirlo a los lectores para hacerlo visible.
Beatriz Morales, docente y lectora - ¿Cómo es que vos siendo profesor de Ciencias Económicas te dedicaste al periodismo cultural y cómo hacés para lograr entrevistas con personas que se dedican o no a la cultura y muchos de ellos no son conocidos por el gran público?
R.V. - Siempre tuvimos interés por la cultura popular, de chico con la música, después con la literatura, con los pueblos originarios, estudiamos economía pero más por lo docente, enfoque que seguimos desempeñando aun fuera de las aulas con estos emprendimientos autogestionados gráficos y radiales. En otras respuestas damos cuenta del nacimiento de esta propuesta que no está demasiado desarrollada en el ámbito periodístico por lo que vemos a diario. Por lo demás, muchas veces nos encontramos con la persona a entrevistar y no recordamos cómo llegamos a ella. Entonces empezamos a recorrer posibilidades y algunas son información que llega por correo electrónico, temas que vemos en internet, allegados que nos lo anuncian, entrevistados que nos recomiendan a alguien o gente que conocemos por motivos diversos. Casi siempre el contacto lo iniciamos nosotros sin intermediarios en lo posible, y eso es un orgullo personal que destacamos especialmente porque en muchos casos supone un trabajo paciente y minucioso para llegar al destinatario.
Vicente Dómina, librero y lector - En un planeta en el cual medio mundo carece del acceso a la satisfacción de las necesidades elementales, que nunca habló por teléfono, que hasta el agua potable le resulta distante, que bajo esas circunstancias ni por asomo conoce los clásicos de la literatura, los magos del color que enriquecieron las artes plásticas, los músicos que hilvanaron sonidos sorprendentes, los científicos que obstinadamente asedian la verdad, en un mundo así ¿sirve la acción cultural? ¿se justifica que esa acción se circunscriba a una apretada minoría que parece ciega y sorda al penar de tanta gente?
R.V. - Cuando se formó la Comisión para la Promoción de la Cultura en Rafaela, el intendente Ricardo Peirone expresó que “no empecemos con comparar lo que podemos hacer con este fondo económico en otras áreas. Hagamos otros fondos para otras áreas pero éste está destinado a fomentar la cultura en el ámbito local”. Con esa misma idea podemos responder que claro que también nos la hemos planteado tantas veces esa cuestión. Pero consideramos que los movimientos culturales casi siempre son motivo de modificaciones sociales o son consecuencia de fuertes transformaciones de la humanidad. Creo que los que se involucran en la acción cultural genuinamente -no me refiero a los presupuestos oficiales destinados a cultura- hacen -directa o indirectamente- más por quienes tienen necesidades insatisfechas que aquellos que tienen la obligación moral de mejorarles su situación con políticas de gobierno que los contengan. El de la cultura es mucho más solidario que otros sectores de la sociedad. No dudo de que sin la acción cultural -especialmente la autogestionada- todos estaríamos peor.
María Angélica Amongero, artista plástica y lectora - En tantos años de entrevistas y entrevistados, ¿quién te llamó más la atención por humildad, o por generosidad?
R.V. - Fueron muchos los que sorprendieron para bien más allá de lo que uno esperaba de ellos. Pero creo que la figura de Margarita Barrientos es aglutinadora de las dos condiciones humanas que vos destacás en la pregunta. Ella es siempre como la conocemos, aunque rigurosa en su labor diaria y exigente con ella misma y con los demás de su equipo. Y no debemos dejar de reconocerles ese gesto también a muchos que vimos trabajar desde el anonimato y el silencio en las entidades de bien público dando tanto a los demás.
Oscar Vico, Asociación Cultural Otras Voces - ¿Cuales son "las palabras" que más te quedaron resonando después de mil entrevistas?... ¿cuáles son las expectativas a futuro?...
R.V. - Muchísimas palabras… y todas siempre importantes porque los entrevistados fueron muy bien elegidos en cada ocasión. Solidaridad, generosidad, militancia, compromiso, contención, entrega, dedicación, inclusión, inspiración, talento, bohemia, y tantas más que ahora no tenemos presentes. En cuanto al futuro, seguir este emprendimiento que sabemos ocupa un espacio importante para los lectores que así lo manifiestan y les debemos ese respeto ya que leen un material que elegimos desde nuestra perspectiva personal pero es bien recibido desde el primer día.
María Inés Carena, docente y lectora - ¿Qué es lo más lindo que te dejó/deja este trabajo?¿Qué entrevista de las realizadas es la que más te emocionó?
R.V. - Lo más lindo es seguir viendo a muchos entrevistados -hasta ese momento desconocidos- que hoy son amigos o muy allegados, que puedo contar con ellos para todo. Las más emotivas: a Ernesto Cardenal, sabio, revolucionario, pícaro, iluminado contando su infancia. La de Pelusa Suero por lo tierno de su mensaje, lo apasionado de su relato, y estar frente a esas voces inolvidables de los personajes de García Ferré de nuestra infancia. Y por supuesto la de Nequi Galotti, como lo cuento en la anécdota. Debe haber muchas más…
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