La Palabra

En busca de… Pablo Picyk, dibujante

Con una experiencia vasta en los ámbitos de la gráfica, lleva miles de kilómetros de rasgos impresos en tinta o lápiz para descubrir los personajes de un libro infantil, o trabajos personalizados para lectores en general. Inspirado por fotos que revelaban una parte de la historia rafaelina, le dio forma a una producción exclusivamente con imágenes de su propia autoría. De lo que aconteció en su recorrido por el arte nos relata en esta charla con LA PALABRA.

 

LP - ¿Desde cuándo tenés contacto con Rafaela?

P.P. - Empecé a ir a Rafaela por una amiga de la facultad que es Leonor Barreiro, y ahí entro en contacto con la ciudad. La fui a visitar a su familia, y con el tiempo conozco a Paula Previderé en Buenos Aires, y después empiezo a ir por ella.

LP - ¿Desde dónde viene tu afición por el dibujo?

P.P. - Nací en Buenos Aires y eso viene de chico, dibujaba y ésa era la herramienta con la que yo venía. No por mi entorno, porque mi viejo laburaba en Olivetti, mi vieja contadora, era algo que yo tenía, me encantaba dibujar, me la pasaba dibujando, era lo que más me gustaba hacer. Y dibujé mucho tiempo, en el colegio también, en los bancos, las hojas. Y de grande lo retomé porque hubo un tiempo que me quedó al margen, y lo terminé transformando en oficio, en laburo, y en un momento dije quiero laburar de esto.

LP - ¿Lo estudiaste?

P.P.- Estudié diseño gráfico como profesional de universidad, después hice talleres de dibujo o de color, diferentes cosas, y de a poco fui metiéndome, investigando, por dónde, viendo, probando,  haciendo pruebas y mandando a revistas. Empecé haciendo dibujos para revistas, trabajé haciendo dibujos para Clarín, después pasé a La Nación, dejé los diarios, y empecé a hacer libros.

LP - ¿Siempre orientado a algún tipo de dibujo determinado?

P.P. - No. Lo que inventé o creé fue una especie estilo propio que tenía unos límites medio borrosos donde iba cambiando o mutando. Pero fui haciendo muchas cosas con el dibujo. Hice trabajos para algunas empresas, televisión, para productos, para algunos proyectos sociales. Y en el último tiempo me fui enfocando más a los libros que es lo que más me gusta hacer, donde encuentro alguna fibra más interesante, donde puedo explayar más mi ser, donde tengo más para hacer, para decir como dibujante, como autor también.

LP - ¿Y con qupé materiales?

P.P. - Depende, pero trabajo dibujando con lápiz o tinta, también con collage bastante, me gusta. Color, con acrílico, con lápices. Voy probando e investigando, viendo.

LP - ¿A qué referentes venís observando?

P.P. - Hay muchos. Grandes pintores como Picasso, Miró, me apasionaron cuando vi las cosas que hacían. Dibujantes también.

LP - ¿Hay argentinos?

P.P. - Bueno, Fontanarrosa un genio total, como esos autores integrales que pueden dibujar, que pueden escribir, y tiene fibra para escribir. Quino, de chico y no tan chico. Con los años fui encontrando en sus mismos textos otras reflexiones. Fabuloso eso también.

LP - Y los libros…

P.P. - En mi búsqueda de dibujante empecé a hacer unos manuales para chicos. Me fui metiendo en los libros para chicos y descubrí ahí la potencia que tienen. Me di cuenta que me encontraba muy a gusto ahí y que había algo muy fuerte para explorar en mí que tenía como para dibujar. Son procesos largos donde me puedo explayar y me gusta  mucho, y hay una profundidad para contar muy interesante. Yo ilustraba textos de otros e hice dos o tres libros haciendo también el texto. También fue una experiencia nueva porque no había escrito. Eran textos muy cortos, frases, siempre me gustó jugar con el lenguaje y exploré un poco esas cosas que se me presentaban una forma diferente que era dibujar y escribir o primero escribir y después dibujar sobre lo escrito.

LP - ¿Cómo abordaste el tema de la producción y la distribución de tus obras?

P.P. - Tuvo diferentes formas, a veces me convocaban desde alguna editorial para ilustrar un libro determinado, otras creaba un libro con algún amigo escritor o alguien que me interesaba como escritor. Inventamos una propuesta y lo llevábamos a una editorial que nos interesaba que nos edite. Y ahora estoy probando autoeditarme. Ya hice un libro que es el de Rafaela, y tengo otro con un compañero que edita libros. Estoy investigando y probando el mundo de la autoedición. Es bastante complejo. Una cosa es editar y otra la distribución. Y esa es lo que te asegure que el libro circule y llegue al lector. Y eso limita mucho el trabajo del artista porque le resta tiempo para su trabajo.

LP - ¿Qué es lo que viene en tu producción?

P.P. - Otro libro que se está terminando de imprimir con la misma lógica. Son dibujos, una edición parecida. La autoedición aspira a algo económico desde el costo de producción y apunto a algo más accesible, me interesa que lleguen mis dibujos, que lleguen y se muevan.

LP - ¿Te dedicás a otras actividades además?

P.P. - Alguna que otra revista. Básicamente cuando viene algún trabajo de dibujo evalúo varias cosas: recursos, si me interesa, para quién es. Lo de rutina es hacer libros y algún trabajo de dibujo o de diseño. Con Julieta Medina hacemos cerámicas -utilitarios de animales, cuencos, tazas, platos- en tiradas chicas. Vamos a ferias y mucho por contactos directos.

LP - ¿Qué futuro esperás en lo inmediato?

P.P. - Me veo un tiempo más dedicándome a los libros, indagando por ahí, Me dan ganas de escribir también que es algo que está apareciendo, ganas de contar desde ese lado. Y siento que estoy abierto a lo que vaya surgiendo. Lo de la cerámica fue un descubrimiento y me di cuenta que quería dedicarle más tiempo. Me gustaría tener más libertad para dar mi voz. Explorar otras formas. Sorprenderme. Intentar ser libre para crear.

por Raúl Vigini - raulvigini@yahoo.com.ar

Autor: Raúl Vigini

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