LP - Contános de tu vida.
D.V. - Soy Demián Ventura, soy artista plástico, restaurador y museólogo, nací en Lanús, trabajo en la ciudad de Buenos Aires. Soy docente en una escuela, por las noches doy clases de restauración y conservación y durante el día restauro obras de arte en un taller.
LP - Es decir que el museo no es tu trabajo, pero sí una prolongación de lo que a uno le gustaría tener como actividad laboral…
D.V. - Lo que digo siempre es que mi primera carrera fueron las artes visuales, continué estudiando conservación y restauración, hice el broche con la museología. Eso fue como que fundió mi coleccionismo con mi parte artística, y el museo es como una fusión de toda mi vida.
LP - ¿Qué origen tienen las figuras de tamaño humano?
D.V. - En realidad las fabrico yo mismo, hay piezas que las hago porque al ser artista plástico puedo obtenerlas. Aunque la máscara de Darth Vader sí es original de Universal Studios.
LP - ¿Y la historia de la máscara de Chewbacca?
D.V. - Es una historia que te la voy a contar, aunque no lo creas. Es la primera cara que se hizo de Chewbacca en Universal Studios para decir: éste va a ser. Es el primer diseño del personaje. Tiene una placa que cuando vean en internet el video donde está la fabricación de los muñecos se van a encontrar con esta cabeza con esta base que la están mostrando. Por suerte este prototipo por las movidas entre coleccionistas llegó a la Argentina y hoy la tenemos en el museo.
LP - Hay un juego de mesa que se llama Operación…
D.V. - Es como si los niños fuesen médicos. Tiene un paciente dibujado con una nariz con una chichara que se prende si el niño no saca correctamente el órgano que tiene que extraer. Si toca las paredes por ejemplo donde está el hueso, suena y prende una luz por el error.
LP - ¿Qué cantidad de piezas hay en el museo?
D.V. - Alrededor de seiscientas piezas entre los juguetes y ochocientas de Superman. Un total de mil cuatrocientas. Muchas en exhibición y otras guardadas para ir rotando. Esa es la idea. Y uno sigue buscando. Tuvimos una donación de un caballo de carrusel que estará en restauración y después lo incorporamos a la muestra.
LP - ¿Qué te queda por realizar, aunque esta pasión nunca se termina?
D.V. - El museo me hace sentir realizado, pero también lo que quiero -como esto es un espacio sin fines de lucro- y me gustaría es que si es posible haya un acompañamiento del gobierno de la ciudad para poder mantenerlo abierto. Y como esto es para todo el mundo y no cobramos entrada, nos gustaría que seamos tenidos en cuenta.
LP - A pocos días de la inauguración la información fue muy importante…
D.V. - Fue increíble la cantidad de medios de comunicación que vinieron y no teníamos idea que iba a ser así. Por eso estamos muy agradecidos.
LP - ¿Piezas del patrimonio que tengas intenciones e incorporar?
D.V. - Siempre hay cosas que faltan. De las colecciones que tenemos ir completando las piezas que no están. Eso es lo primordial. Y siempre uno se va sorprendiendo, porque va encontrando otras cosas que tiene intenciones de incorporar.
LP - ¿Qué tienen organizado para el trabajo del año?
D.V. - Abrimos los sábados de catorce a dieciocho. Tenemos un correo electrónico y un teléfono para organizar visitas programadas con las escuelas. Las redes y los distintos medios lo van publicando. El correo es museobatuque@gmail.com, el Facebook es SuperBatuque Museo, en Instagram @superbatuque.
LP - ¿Cómo viviste este momento trascendente?
D.V. - Para mí mucha felicidad porque quizás la expectativa que tenía no era tan grande como lo que realmente sucedió. Y eso me pone muy feliz. La inauguración pensé que iba a ser para íntimos y terminamos teniendo una gran inauguración. Ya vinimos el primer sábado y tuvimos más de cien personas. Hoy abrimos y fue rotando mucha gente también.
LP - ¿Quiénes te acompañan en este proyecto?
D.V. - Me acompaña mi familia y muchos amigos. Tengo amigos coleccionistas que han donado muchas piezas, un gran colaborador que decimos que es el padrino del museo que se llama Adrián Cellone que es el dueño de un local de juguetes antiguos en San Telmo -Los juguetes de Tati- que es uno de los colaboradores más importantes porque guarda piezas para el museo y dona muchas, y favoreció mucho para que esto se haga realidad. Y la organización Crece desde el pie que nos ha hecho una buena promoción y nos ha ayudado un montón con la radio abierta para difundir en el barrio. Y la Liga de Superhéroes y Villanos que fueron muy colaboradores para la apertura que hacen un trabajo muy importante y desinteresado visitando a los niños en los hospitales repartiendo juguetes con sus disfraces.
LP - Contános de tu profesión.
D.V. - Trabajo en restauración de obras de arte, específicamente pinturas de caballete. En un emprendimiento privado, pero para todos los museos, para las galerías de arte de la ciudad y muchos coleccionistas privados también. Ahí se ve mucha obra de Berni, Spilimbergo, Quinquela. Por las noches doy clases en la Escuela de Bellas Artes y enseño conservación y restauración a los alumnos que están allí. Hemos hecho trabajos en conjunto. Por ejemplo, restauramos la pintura famosa de Manuel Belgrano -que es el nombre de la escuela- y lo hicimos con los alumnos. Es una de las cincuenta reproducciones de diversos artistas de ese cuadro que hay. Este año tenemos pensado restaurar una pintura del artista argentino Venier que tenemos en la escuela. De museología lo que tengo es el museo, no me dedico a esa profesión.
LP - Para finalizar: El juguete es una cosa seria.
D.V. - Para mí es algo serio. El juguete marca una época, una sociedad, una clase social, el juguete es historia. El juguete mismo te redacta la historia en la época y en el espacio donde se ubica.
por Raúl Vigini
raulvigini@yahoo.com.ar