La Palabra

En busca de… Luciana Arias, comunicadora

LP - Tuviste la posibilidad de trabajar detrás y frente a las cámaras. Y en lo que significa la imagen de televisión en espacios diversos. ¿Encontraste en estos lugares alguno que te guste más?

L.A. - Dentro de los géneros el que más placer me da es el social. Todo lo que sean informes sociales, que puedan dar cuenta a partir de historias de vida. La combinación del estudio de televisión y el móvil para mí es lo ideal. Cuando hacía más piso me gustaba hacer informes especiales, y además los guiono, me siento en la isla de edición. Me parece que está bueno que el periodista tenga el contacto con la calle porque es el pulso de lo que pasa y si perdés ese contacto perdés mucho. Y me siguen pasando cosas con mi profesión. Me sigue emocionando una persona que cuenta algo y que se abre para un relato, o un médico que descubre algo.

LP - Hace mucho tiempo que estás en la comunicación. ¿Te dedicaste a la docencia?

L.A. - Siempre me gustó la docencia. De niña jugaba a ser maestra. Y respeto mucho el rol del docente. Estoy dando clases en varios lugares: en la Universidad Metropolitana sobre medios, y en la Universidad del Cine desde una mirada más práctica, y dando cursos en el ciclo Hablar en público.

LP - ¿Qué podés contarnos de ese curso?

L.A. - Esa propuesta consiste en encontrar herramientas que puedan servir para transmitir conceptos. Una cosa es lo que sabemos y lo que tenemos en la cabeza, y otra lo que podemos transmitir. Hay técnicas que pueden ayudarte a ser más efectivo a la hora de transmitir en público. Y eso te aporta confianza a la hora de tener que enfrentar esa situación en público. No es lo mismo una charla mano a mano que tener que hablar ante un auditorio.Un auditorio que tengas ganas de escucharte, un auditorio hostil, pequeño o grande y las implicancias que tenga para cada uno. Y tratar de dar herramientas a la hora de escriturar un discurso donde se tenga que presentar alguna idea u objetivo. Es una forma de manejar recursos históricos desde los griegos que pensaron en la idea de la retórica y de la oratoria, el convencer y el conmover que desde entonces se usan actualizadas, técnicas de storytelling. Todos aprendemos a partir de algo que ya conocemos y vivenciamos un goce cuando escuchamos algo que ya conocemos. Cómo podemos transmitir mejor eso que queremos. Encontrar técnicas para fortalecer esas herramientas y también tener esa confianza de que esto me puede servir.

LP - ¿Qué te propusiste cuando te recibiste?

L.A. - Lo primero fue recibirme porque ya trabajaba. Vivimos en un país donde el periodismo no es algo colegiado. Adrede no tenemos colegio de periodistas como tienen otros países como Colombia que tiene un nivel de periodismo realmente muy elevado, ni hablar de García Márquez y de revistas como Gatopardo. Una herencia de la crónica periodística muy importante. En nuestro país el periodismo es un oficio, por eso para mí fue una meta poder recibirme porque estaba trabajando con muchos compañeros que trabajaban de periodistas porque lo habían aprendido en el medio mismo, sin un papel que los respalde como tales.

LP - ¿Cuál fue tu tesis?

L.A. - Tenía que ver con el primer caso que se comprobó judicialmente en situación de picana eléctrica en democracia. Fue en una cárcel de La Plata, una de las que más presos políticos tuvo, donde estuvo entre otros detenidos Adolfo Pérez Esquivel, que fue mi tutor de tesis. Hice un trabajo audiovisual, y para ese momento no era tan usual estar en los medios, fue una nota que propuse en el noticiero, con un caso concreto de un joven prototípico preso de la Argentina. Una persona de bajos recursos que me dijo haber aprendido a leer y escribir en la cárcel porque entró desde muy joven. La gente del Comité contra la tortura de la provincia de Buenos Aires me habilitó el material que habían grabado apenas pudieron acceder a este caso. Lo que me llamó la atención fue que cuando hay paso de corriente eléctrica -que es el nombre técnico de la picana eléctrica- eso dura en el cuerpo humano un tiempo determinado en días, y para comprobarlo hay que hacerle una extracción, enviarlo para la biopsia, pero si durante ese transcurso de tiempo no se hace la extracción, no quedan rastros en el cuerpo y no se puede comprobar. Sucedía que a estos presos torturados los encerraban en salas de aislamiento para que no puedan tener acceso los del Comité que los iban a periciar. Y yo trabajé con lo de Michel Foucault respecto de lo visible y lo invisible, esos dos regímenes. A este chico lo encontré cuando salió del penal y pude entrevistarlo. Fue un trabajo que disfruté mucho.

LP - ¿Y el futuro?

L.A. - El futuro de los medios está difícil, no solamente acá, porque hay una reconversión tecnológica que está rompiendo con el paradigma de los medios tradicionales. Hay un cambio enorme con lo que tiene que ver con los consumos culturales respecto del tiempo libre, por ejemplo. El tiempo de ocio, ¿se informa o no se informa? ¿qué es informarse hoy? ¿cuáles son los medios? ¿se construye ciudadanía como objetivo de nuestro trabajo? Tratar de hacer una sociedad más democrática para tener capacidad de elección a la hora de tomar decisiones, desde ir a comprar el pan o a quién votar. Todas esas cuestiones se están repensando como la mirada un poco ilustrada del periodismo que todavía tenemos. Los medios se empiezan a quedar sin financiación porque las empresas auspiciantes se vuelcan a las redes sociales. Hoy en día hay crisis en todos los medios y no sé para dónde van a ir.

LP - Tenés un trabajo variado.

L.A. - Me encanta el lenguaje audiovisual, el formato, escribir guiones periodísticos, del estilo documental, lo sigo haciendo. Cuando puedo lo hago para informes en el noticiero encuentro otros lugares. Hice un programa de tango que fue uno de los primeros en televisión y la idea era una mirada del tango actual. La radio me convocó en La red el año pasado. Y además tenés que vivir, y a mí me gusta vivir.

LP - ¿Cómo es un día de tu rutina?

L.A. - Depende qué día, pero en general me levanto temprano porque entro temprano al noticiero. Sobre la marcha nos enteramos lo que vamos a hacer según los temas del día. A veces cambiamos de lugar sobre la marcha. Una vez que termina la jornada de trabajo y salgo del canal, voy a dar clases que me divierte un montón y me encanta. Si me queda tiempo repaso algo o preparo. Me gusta el trabajo, hay temas que me gustan más que otros. Como todo, la vida tiene sinsabores. Pero me pasan cosas lindas.

LP - Una anécdota de tu profesión.

L.A. - A mí me gusta mucho Stevie Wonder, cuando vino a la Argentina me tocó ir a cubrir la conferencia de prensa. Estaba eufórica. Trabajé de fan pero me hice la periodista. Había muchas revistas especializadas y yo iba por el noticiero así que no le podía preguntar algo demasiado específico. Hacía poco que habían elegido a Francisco como papa y se había dado la muerte de Mandela en ese tiempo. Le pregunté cuál era su impresión respecto del papa, y me respondió muy amablemente. Después fui al recital y cuando hacía referencia a sus músicos y demás dijo “porque en estos días me preguntaron respecto de cuál era mi impresión acerca del papa argentino”. Y le dije a mi amigo con el que había ido, en el medio del estadio de Vélez: ¡esa pregunta se la hice yo! Fue muy emocionante. Y por supuesto tengo el video grabado.

Raúl Vigini

raulvigini@yahoo.com.ar

Autor: Raúl Vigini

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