La Palabra

En busca de… Félix Díaz, cacique qom

Con la pausa necesaria para elaborar la idea, el líder originario llegado desde Formosa explica con convicción cada uno de los aspectos que lo preocupan. Piensa en plural, habla por sus coterráneos, actúa por todos los que necesitan de su lucha diaria. Integró desde un panel el programa del Tercer Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en el mes de octubre pasado. De su trabajo social y sus preocupaciones nos cuenta en esta charla con LA PALABRA.

 

LP - Félix, creo que nunca nos imaginamos que se necesitara organizar un Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados. ¿Cómo lo ve usted que viene de los orígenes, de las raíces?

F.D. - La verdad que para nosotros es histórico este evento, que es la primera vez que se está tratando sobre la salud de la gente. Para nosotros es fundamental que el origen de los problemas de salud que tenemos es el origen de la alimentación y para nosotros es como una ventaja tener noción de lo que es comer sano porque la hemos vivido mucho tiempo, pero cuando nos despojaron los territorios, el agua, el hábitat, con el que hemos podido convivir muchos años, y hoy nos encontramos con esa dependencia del trabajo, de la explotación, y de ahí proviene el tema de no tener plata y te morís de hambre. Entonces creo que el indígena tiene que recuperar lo que es la autonomía, la medicina, la salud, en todos los aspectos y en la alimentación. Entonces nosotros tenemos bastante territorio para poder desarrollar nuestra capacidad y me asusta mucho la información que están dando los profesionales, que están preocupados, y apoyo y adhiero a esa preocupación porque es una preocupación constante de nuestra parte porque se está muriendo gente en los territorios más cuando se trata de una población indígena, no tenemos acceso a hacer un estudio más adecuado de las enfermedades que se podría prevenir, teniendo problemas de salud como el Mal de Chagas, tuberculosis, neumonía, y ahora se suma el tema de la obesidad, de la diabetes, cataratas, cáncer que está matando muchas mujeres y también el tema de la discapacidad del niño y malformación. Y eso es una situación que preocupa porque siempre el más afectado ha sido el pueblo indígena. Por ser indígenas no tenemos posibilidad de salvar los problemas que tenemos en los territorios porque tenemos que trasladar a la gente a la ciudad de Buenos Aires para poder operar del corazón, y eso se debería hacer en la provincia de Formosa y no tenemos acceso a eso. Por eso el tema de la alimentación para  mí es fundamental para frenar estar enfermedades.

LP - ¿Cuánto hay de conciencia en el pueblo originario de aquella medicina ancestral que recibió y la sabiduría que hereda de los ancestros y esta nueva concepción de la medicina urbana con desarrollo tecnológico actual? ¿Hasta dónde acepta que llegue lo nuevo y esa forma de ser a ellos?

F.D. - Creo que el trabajo ya está hecho, el tema de la colonización, de la dependencia, y eso para poder volver a reconstruir la organización indígena va a llevar tiempo, pero es necesario hacerlo. Pero la ventaja que tenemos en el interior del país, en la provincia, es la posibilidad de poder volver ese conocimiento que está en la memoria de nuestros ancianos que aún viven y que nos ayudaría mucho a darnos orientación referente a este tema, porque hay mujeres que son parteras, que pueden prevenir estas enfermedades, y que hoy lo único que buscamos es la medicina científica para salvarnos y no tenemos acceso a ella por la falta de dinero. Entonces, creo que volver a lo nuestro es un trabajo que va a ser mucho pero es necesario hacerlo porque nuestros jóvenes están como muy desorientados y tratan de salir de ese mundo indígena para ser parte de la sociedad y se encuentran con ese problema de discriminación por parte de la sociedad. Y el joven no tiene posibilidad de estudiar, de tener un oficio, una profesión para que pueda crecer, y nos encontramos con este tema grave que es el de la alimentación. Yo siempre sostenía que la mejor manera de comer sano es producir sus propios alimentos a través del esfuerzo de uno, y eso lo he vivido en mi juventud, y he podido mantener a mis hijos a través de mi propia producción, pero cuando me metí en esto en el año dos mil perdí todo eso porque me preocupa lo que está pasando porque perdí dos hijos por culpa de esta política genocida que se está implementando en la sociedad. Y creo que no son los gobernantes la solución, la solución tenemos que ser nosotros, tenemos que aportar nuestro grano de arena haciendo lo que sabemos, pero también compartir y apoyar a las organizaciones que trabajan sobre el tema para que seamos independientes, y no ser manipulados por las diferentes organizaciones que están trabajando porque el gobierno tiene todos los recursos necesarios para destruir la unidad del pueblo, se mete en las religiones, en los clubes barriales, en las ong, en los partidos políticos, o sea que está en todas partes, y es muy difícil frenar eso, pero si tenemos conciencia, creo que volver a valorar la vida, eso es fundamental para todos nosotros.

LP - ¿Qué edad tiene usted?

F.D. - Tengo cincuenta y cinco años, y mucho que hacer todavía, pero me preocupa esta situación, y ojalá que los ciudadanos que tengan conocimiento científicos, nos ayuden, y podamos trabajar juntos, para poder hacer posible que nuestra futura generación tenga un mundo más sano, más saludable y con buena alimentación.

LP - Algo más que desee agregar.

F.D. - Para nosotros, pedimos que la ciudadanía nos acompañe, y que se acerque a nosotros, así como nosotros nos acercamos a ustedes. Y tratar de dialogar para poder entendernos, y conocernos para poder confiarnos, porque si ustedes no nos confían, y nosotros no confiamos en ustedes, no podemos construir algo diferente.

por Raúl Vigini

raulvigini@yahoo.com.ar

Autor: Raúl Vigini

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