La Palabra

En busca de… Daniela Bernini, diseñadora industrial

LP - ¿De qué manera decidiste cuál iba a ser la carrera universitaria a cursar?

D.B. - Había empezado a hacer el ingreso en la UTN Rafaela para ingeniería civil. Iba por lo más práctico de construcción, y estaba entre arquitectura, ingeniería civil y no sabía si existía la que después elegí -diseño industrial- que era una carrera relativamente nueva. MI mamá me compró una guía de carreras universitarias del país, me puse a ver, llegue a esa, me puse en contacto con un amigo que tenía un allegado estudiando eso en Buenos Aires. Y era más o menos la idea que yo tenía y quería hacer. No tenía mucha idea al principio pero cuando empecé el cursillo en Córdoba me terminó de cerrar y me gustó.

LP - ¿Qué te interesaba de esa carrera?

D.B. - Lo práctico. Era cuestiones de dibujo, de ser un poco más creativo, tenía poca teoría. Mi papá quería que sea abogada, me trajo libros, pero no era lo mío.

LP - ¿Cómo te resultó el ingreso a la universidad?

D.B. - El ingreso a la universidad fue en dos mil siete y en ese momento era nivelatorio. Ingresabas, hacías un cursillo, tenías que rellenar unos cuadernillos prácticos y según lo que hacías, te nivelaban. Entrar era fácil, mantenerse no, porque éramos pocos alumnos, ahora son muchos.

LP - ¿Y cómo viviste el transcurso de la carrera?

D.B. - Y… al principio era chica, estaba en otra ciudad, al principio no le daba mucha importancia. Sí, le dediqué mucho los últimos años. En tercer y cuarto año veíamos muy cerca eso de hacer la tesis, entonces ahí fue todo más fuerte con la facultad. También me volví a Rafaela por un problema de salud y me atrasé un año y medio.

LP - ¿Qué tratamiento particular tiene la tesis?

D.B. - Terminás cuarto año, tenés que aprobar todas las materias, y al siguiente empezás con la asesoría de tesis, sin cursar. Pensás un tema, lo empezás a desarrollar, vas a la primera consulta, eso se va dando una vez por mes. Eso te lleva el tiempo que vos determines. Tenés que automotivarte porque si no, no llegás nunca al final. A nosotros nos llevó un año y medio. Ese fue el objetivo con mi compañera Carolina Castagna y empezamos en febrero de dos mil trece y terminamos en julio de dos mil catorce.

LP - Y un día comienza el trabajo con Rasti.

D.B. - Sí. No eran así las piezas, fueron cambiando, lo conversamos con el diseñador de ellos. Siempre por correo electrónico. Ellos tenían una visión más comercial, nosotros queríamos un producto completo, que en una caja vengan varias piezas, y que ellos pudieran armar todo lo que quisieran.

LP - ¿Está en el comercio?

D.B. - Recién ahora. Desde hace algunas semanas está a la venta.

LP - ¿Cómo se trabaja con una empresa tan emblemática en este tipo de juegos?

D.B. - Tuvimos varias reuniones espaciadas, esporádicas, y después casi todos los días vía correo electrónico con el diseñador. Pero si no fuera por la mano enorme que ellos nos dieron esto no estaría. Y el hecho de que tenga el logo de Rasti en la caja suma mucho mas, porque es la calidad Rasti.

LP - ¿Qué informa la caja contenedora para el comprador?

D.B. - Las características básicas del contenido y cantidad de piezas. Lleva el símbolo de la accesibilidad universal recomendando el producto, otros que colaboraron como RedActivos, el logo de Rasti.

LP - ¿Qué lugar ocupan ustedes en este proyecto de un producto que ya está en el mercado?

D.B - Somos quienes lo desarrollamos, ellos los que lo fabricaron y desarrollaron matrices, los que pusieron el capital.

LP - ¿Llevaron el tema y el trabajo a alguna parte?

D.B. - Fuimos invitadas a un congreso de docencia para educación especial en Tucumán. Lo presentamos en una ponencia, se interesaron por comprarlo y aun estaba en prototipo. Ahí la presidenta de una fundación muy importante nos hizo un video como para validarlo. Nos invitaron de “Emprende Inndustria” en Córdoba a mostrar lo que se hizo. Eran varios casos de éxito que fueron apoyados por el Ministerio de Industria, Comercio y Minería de esa provincia.

LP - ¿Qué resultados tuvieron con la pasantía de México?

D.B. - Fue una capacitación. Estuvo bueno porque nos mostraron lo que es la “startup”. Teníamos capacitaciones en planes de negocios, en “modelo canvas”, que nosotros en la facultad no veíamos, y nos ayudó mucho por ejemplo a armar un modelo y agregarle valor. Es una fase más comercial la que nos enseñaban. Fuimos todos los ganadores de los diferentes ejes: nosotras de inclusión, había de educación y ecológicos. Nosotros estábamos para practicar y recibíamos muchos consejos de cómo podíamos optimizar la oferta, la comunicación, la comercialización.

LP - ¿Cuál es tu reflexión personal por haber participado de esta experiencia?

D.B. - Aprendimos mucho, y nos dimos cuenta de que lo que nos enseñan en la facultad es muy distinto al hecho del día al día en la práctica. Nos ayudó muchísimo la facultad a entender lo que es el proceso de diseño peo en Argentina tenés que negociar mucho. Y el hecho de no saber todo de todo -comercialización, marketing, contabilidad- te complicaba. Pero en sí aprendimos muchísimo al viajar, capacitarnos, juntarnos con el dueño y el diseñador de Rasti, con “Emprende Inndustria”, adquiriendo conocimiento que no teníamos.

LP - ¿Y ver el producto en la caja listo para usar?

D.B. - Y… estábamos muy contentas. Ahora nos pasó un poco la emoción pero cuando lo vi… Porque haciendo las piezas había cuestiones de dimensiones que si le erraba en algún número, en alguna tolerancia, no encastraba. Y cuando llegué a Córdoba y vi que estaba todo perfecto, dije: bueno, ya está.

LP - ¿Cuál es el futuro que esperás de esta historia?

D.B. - La idea que hablamos con mi compañera del proyecto es que estaría bueno que si esto se vende bien te podés sentar a diseñar otras cosa también. Lo que sí se complica como a todos los diseñadores es la cuestión del financiamiento porque no tenemos ni una Pyme, ni una fábrica, y necesitás dinero para poder diseñar. Si no hubiésemos tenido esa cantidad no se podía lograr nada. Pero hay posibilidades, el estado te ayuda también si el proyecto es interesante. Es cuestión de insistir y de no aflojar en esto porque se van a cumplir cuatro años y lleva tiempo aunque haya automotivación. Es importante que un diseñador logre tener un producto en el mercado. Y más aun con este objetivo.

por Raúl Vigini

raulvigini@yahoo.com.ar 

Presentación en sociedad del proyecto de inclusión en la web de Rasti

Rasti presentó el sistema constructivo “OyM - Orientación y Movilidad”, un juego de estimulación para niños con discapacidad visual que permite replicar con dichas piezas de encastre, espacios y ambientes en tres dimensiones, para facilitar su movilidad dentro de ellos. Este producto ha sido desarrollado en conjunto con las diseñadoras industriales Daniela Bernini y Carolina Castagna y donde el equipo de Rasti aportó sus conocimientos y recursos para el diseño y desarrollo de las matrices de inyección, el packaging y articuló con RedActivos el proceso de envasado del producto terminado, generando una triple alianza Rasti-RedActivos-emprendedores.

Autor: Raúl Vigini

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