El venidero 28 de abril se llevará a cabo la Asamblea General Ordinaria en el Club Sportivo Ben Hur, donde el dato más relevante pasa por la renovación de autoridades. En este caso de manera efectiva en el cargo más importante como es la presidencia de la entidad, tras el anuncio realizado por el Contador Néstor Zenklusen que dejará dicha función por motivos de salud.
La incertidumbre sobre quién será finalmente su sucesor se mantiene por estos días. Las reuniones de Comisión Directiva son generalmente los lunes cada 15 días y esta semana no está programada, motivo por el cual el lunes 24 sería la última previa a la mencionada Asamblea.
En un escenario ideal, lógicamente quien asuma la presidencia ya debería estar interiorizándose del panorama del Club para asumir sabiendo las necesidades y requerimientos principales de la institución, y dónde poner las prioridades en cuanto a las disciplinas más importantes. Esto por el momento no ocurre.
El nombre que trascendió, por una opinión personal del propio Zenklusen cuando se produjo la reunión donde anunció que no seguirá por otro período, fue el de Gabriel Gentinetta, quien trabaja en la Subcomisión de Basquet Femenino. No obstante, su negativa inicial por motivos laborales y ocupaciones personales se mantiene. Ayer, consultado por LA OPINION, Gentinetta ratificó esta situación más allá de su deseo de seguir colaborando con la institución, aunque no desde la presidencia.
EVITAR EL DEJA VU
En estos días que restan para el 28 de abril, la dirigencia benhurense deberá encontrar los caminos que eviten repetir una situación de las más difíciles en lo institucional para el Club, como fue en 2008. A mediados de ese año, luego del descenso futbolístico de la B Nacional al Argentino A, y cuando todavía jugaba la Liga Nacional de Básquetbol, pero dentro de una ya evidente crisis económica, hubo varios cuartos intermedios Asamblea tras Asamblea ante la falta de consenso entre representantes de cada disciplina.
En esa oportunidad se produjo el primer alejamiento de Zenklusen del Club, manteniendo sus funciones en la Mutual como lo hace desde muchísimos años, siendo elegido presidente Juan Carlos Gramaglia.
La crisis en los años inmediatos siguientes se profundizó, primero perdiendo la categoría y la plaza en el basquet profesional, y luego descendiendo al hoy Federal B en fútbol. Zenklusen regresó en 2011, reacomodó organizativamente en parte la entidad, pero en este período han reaparecido muchas complicaciones relacionadas al día a día. La que más ruido ha hecho es el cierre de la pileta climatizada, al menos por el momento. Y se sabe que si bien se han cancelado varios juicios de esa época, otros están todavía latentes sin haberse llegado a una solución.
En lo deportivo, el panorama es por contrapartida alentador. En fútbol desde la llegada de Gustavo Barraza recuperó el protagonismo y tras el subcampeonato a fines de 2016, está la expectativa que con la posible reestructuración del Federal A el Club sea invitado a militar en esa categoría. El resto de las categorías, en tanto, tiene un buen andar en el ámbito liguista, y en el basquet también se ha mejorado considerablemente luego de la debacle de unos años.
Con distintos grados de responsabilidades, los dirigentes -que como en todas las instituciones cada vez son menos- deben evitar que el estancamiento afecte otra vez al Club. Como una década atrás, se escuchan opiniones sobre ciertos renunciamientos incondicionales y totales, no parciales, como una necesidad impostergable para el regreso de potables colaboradores que apuntalen el resurgimiento de la entidad.
Hoy no están deportes profesionales de por medio, la obtención de recursos se hace difícil y es prioritario sumar gente en todas las áreas. Quedan unos días por delante hasta la Asamblea para que no haya un deja vu y Ben Hur encuentre su mejor rumbo. Esperemos se concrete.