Editorial

Empleos y salarios

El amplio informe difundido hace poco por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), no sólo da cuenta de los 5,6 millones de niños pobres -uno de los datos más relevantes- y del avance de la pobreza, sino que además ofrece un análisis del período 2010/2016, durante el cual los ingresos del salario, tanto formal como informal, experimentaron un retroceso de 7,9% promedio, aunque los mayores índices fueron desde 2013 en adelante con 10%, siendo los más afectados los trabajadores con relación de dependencia.

Justamente, este aumento de la pobreza e indigencia que se ha venido registrando estos últimos años tiene una directa relación con este bajón del poder adquisitivo del salario, que impactó con mayor fuerza a los trabajadores informales, quienes se desempeñan en subempleo inestable, y que en su mayoría viven en asentamientos precarios.

El informe de la UCA sobre el apuntado ciclo de 6 años, sostiene que "en líneas generales, los ingresos reales medios se muestran por debajo del costo de vida durante todo el período. En forma similar ha evolucionado la retribución laboral horaria, lo cual implica que los trabajadores no pudieron incrementar las horas trabajadas para obtener un salario mensual más elevado. En definitiva, durante 2010-2016, a pesar de los momentos de relativa bonanza, las condiciones de heterogeneidad en la estructura productiva y el funcionamiento segmentado del mercado de trabajo continuaron fragmentando las oportunidades de inclusión social".

Todo vino complicado en esa media docena de año, pues junto a la pérdida de poder adquisitivo del salario también marchó en forma simultánea un avance de la precarización laboral, habiéndose llegado al punto que sólo el 41,4% de las personas ocupadas en relación de dependencia o por cuenta propia se desempeñan en empleos plenos de derechos laborales y sociales. Proyectado esta situación a todo el país, tendríamos que sobre un total de 17 millones de trabajadores sólo 7 millones tienen empleos plenos, mientras que los 10 millones restantes tienen trabajos precarios o sub empleos inestables. A estas cantidades se debe agregar 1,5 millón de desocupados, con lo cual completamos la radiografía laboral de la Argentina.

Dentro de esta perspectiva global, la pobreza aumentó al 32,9%, lo cual ocurrió a pesar de la alta cantidad de programas sociales en ejecución. Además, el 34,2% carece de obra social debiendo recurrir al sistema público de salud, cantidad que se eleva al 45,5% entre los que viven en el Gran Buenos Aires, lugar en el cual aparecen los índices más complicados tanto en lo laboral como en cuanto a la pobreza.

La precariedad laboral viene avanzando sostenidamente en los últimos 5 años, afectando a la mitad de los trabajadores en general, entre ellos al 30% de los asalariados y 70% que lo hacen por cuenta propia, microemprendedores y patronales, a los que en el informe se califica como "sobrantes para el modelo de crecimiento vigente".

Se destaca en el análisis que no hubo una generalizada destrucción del empleo ni deterioro significativo del salario, pero en cambio sí hubo un importante incremento de la subocupación e inestabilidad laboral, acompañados por más precarización del trabajo informal.

Quienes enfrentan el mayor riesgo de empobrecimiento son los segmentos medios bajos e informales del mercado laboral. Es decir, no solamente quienes apenas logran evitar la indigencia y requieren por lo tanto para su subsistencia la asistencia social y el acceso a algunos de los programas en ejecución, sino también a todo una amplia gama que vive en el abismo de la pobreza merced al desarrollo de pequeños emprendimientos familiares, trabajos por cuenta propia o empleos precarios. Sectores que no están siendo asistidos ni recibiendo protección frente a la retracción del consumo, el aumento de precios y el riesgo de despido o bien por la caída de actividad. Es que en este sector no llegan los aumentos por paritarias, ni las tarifas sociales, ni el salario familiar, mucho menos los programas sociales. Justamente de aquí, de la clase media baja, están surgiendo los nuevos pobres que van engrosando esa franja social tan temida.

Autor: REDACCION

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