Por Miguel Pettinatti
Querido lector: no sé si por una mala costumbre o por dañina comodidad, pero suele ser frecuente, y casi habitual, que una mayoría de personas se lamenten del estado del tiempo, de la política, de los gobernantes, de los empleadores y de otros asuntos semejantes.
En ciertos casos, o por mucho quejarse, se cambiarán las cosas, como sucede con el tiempo, con la estatura, con el color de la piel , y tantas realidades que con como son y lo serán aunque haya protestas.
En otras circunstancias, con disconformidad, no solamente nada se cambiará para mejor, sino que, además podría favorecerse el empeoramiento.
Dicho desde otro aspecto, a los males - que son reales-hay que aplicarle remedio o no sacarle brillo..
La falta de solidaridad. La incomprensión. Los abusos de los poderosos. La inmoralidad de ciertas leyes ( aborto), el acomodo, la lisonjería, la usura, la prepotencia, y otras parecidas hierbas venenosas, cuya lista es ilimitada, no se le erradican, si no es con el antídoto adecuado que poseen aquellos que aspiran con la esperanza, a un mundo más humano.
No hay que esperar soluciones por decreto o mágicas, de consultar a un chamán parapsicólogo;- esto último no viene de Dios-; sino que cada uno ponga la confianza en Cristo Jesús, entonces, desde su propia realidad, tiene el deber y el poder de mejorar todo lo que está a su alcance, así , por ejemplo: si yo quisiera: todos los domingos podría ir al encuentro de Jesucristo Eucaristía - misa-, Si yo quisiera: podría criticar menos y amar más. Si yo quisiera: podría perdonar de corazón a mis hermanos. Si yo quisiera: podría construir puentes no muros. Si yo quisiera: podría respetar las normas de tránsito. Si yo quisiera: podría mejorar mi conducta . Si yo quisiera: podría cuidar toda la naturaleza. Si yo quisiera: podría ordenar los valores y darle prioridad a las virtudes, entonces comenzaría a vivir la verdadera felicidad. Si yo quisiera: podría ser más humilde y reconocer que no lo sé todo ni mucho menos, y tendría la posibilidad de aprender algo más... Hago alto aquí porque la lista de, si yo quisiera es muy extensa.
Por último: Si yo quisiera podría buscar la voluntad de Dios, para cumplirla con alegría, ya que la gracia de Cristo Jesús está siempre pronta para ayudarme y vivirla con paz y amor que no se encuentran en otra parte. Si yo quisiera en vez de perder el tiempo en lamentarme, podría amar a Jesucristo y al prójimo por amor a Jesús, y al mundo cambiarían muchas cosas. ¡Si yo quisiera... mucho también depende de mi respuesta.
Exhortación del Apóstol Pablo: que los bendiga el Dios de la paz y amor, que rescató entre los muerto a Cristo Jesús, nuestro pastor supremo de las ovejas por haber derramado la sangre de la Alianza eterna: que les haga adquirir todo lo que es perfecto, para que así cumplan su voluntad, pues él pone en nosotros lo que le agrada por Jesucristo. A quien sea la gloria eternamente ( Hebreos 13,20-21) Jesús enseña: Yo soy el camino la verdad y la vida. Felices los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. Amén.