De repente, un golpe inesperado alteró la tranquilidad del bar de la estación de servicio ubicada en la esquina de avenida Santa Fe y Urquiza. El hecho ocurrió, dicen los testigos, hace al menos diez días. Pero dos videos se viralizaron este martes a gran velocidad entre los celulares de los rafaelinos y estallaron los comentarios.

Primero fueron los curiosos quienes preguntaron sobre los protagonistas de la escena. “Uy, qué piña! Por qué le pegó así? Y de atrás…” fue la primera reacción de muchos al ver el primer video. Después aparecieron los audios con descripciones, algunas breves y otras con “lujos de detalles”, sobre la situación que rompió la paz de la mañana. Cuando los nombres de la víctima y del agresor fueron confirmados, llegaron las conclusiones y los juicios de valor.

En ese primer episodio viral, de un minuto y 26 segundos de duración, se observa un sector del bar en el que sobresale una mesa ocupada por siete hombres con celulares sobre las mesitas unidas, vasos de agua y el ejemplar de un diario. Uno de los parroquianos miraba su celular, otro hablaba por teléfono y tres parecían dialogar. Mientras tanto, alguien se va y un joven casco de moto y celular en mano ingresa al área de mesas y sillas.

Al cuadro de la acción ingresa a toda velocidad una persona que con la mano izquierda toma el diario y al girar con la derecha golpea violentamente la cara de uno de los hombres que se encontraba sentado en el grupo de amigos. El agresor abandona el lugar raudamente, en tanto la víctima se toma la cara y se deja caer lentamente sobre otra silla, en tanto el resto de la mesa parece indignarse por el ataque. Todos se levantan y permanecen en estado deliberativo, como sin poder creer lo sucedido, en tanto comienzan a asistir a la víctima que sufrió un corte a la altura de la ceja.

¿Y qué sucedió después?. La pregunta lógica se planteó en los grupos de WhatSapp. “El que se apropió del diario pasó de un segundo a otro de agresor a víctima”, respondieron los testigos en los numerosos audios explicativos, por lo que había que imaginar la escena.

Sin embargo, apareció un segundo video viral grabado por otra cámara ubicada en el bar de la estación -de un minuto y 39 segundos de extensión- que dejó todo claro. En el primer tramo se observa el salón con prácticamente todas las mesas ocupadas en una normalidad absoluta. Hasta que el agresor, que estaba solo en una mesa con libros, se levanta, deja su gorra y camina hasta salir del cuadro. En un momento, todos los parroquianos giran su cabeza para ver hacia una dirección (fue cuando se registró el arrebato del diario y el golpe en la cara). El atacante vuelve a entrar en escena y camina hacia su mesa, perseguido a gran velocidad por un hombre más joven que lo increpa y comienza a lanzar golpes una y otra vez, aumentando la “conmoción” en el bar”.

El agresor ahora víctima atinó a resistir ya recortado sobre el sillón que está en línea a la pared, en tanto otras personas comienzan a intervenir para separar la pelea, entre ellas un empleado de la estación. Fueron poco más de 20 segundos de súper acción hasta que volvió la calma.

La mayoría de las mesas quedaron vacías por el alboroto.

Al rato, llegó un móvil policial. El hombre que primero agredió y después fue atacado intentó irse sin llamar la atención hasta que alguien lo advirtió. De todos modos, nadie quiso hacer la denuncia.

Pero como también llegó el servicio de emergencias 107 para revisar al hombre con el corte en la ceja, el personal de la sanidad debió reportar el incidente a la policía, que debió regresar y esta vez sí efectuar las actuaciones correspondientes.

Diez días después, la pelea por el diario era un recuerdo. Hasta que se viralizaron los videos y la historia volvió la primera plana.