El turismo representa una de las industrias, sin chimeneas claro está, que no detiene su crecimiento en todo el mundo. Todos, con mayor o menor firmeza, con mayor o menor poder adquisitivo, quieren salir de su aldea y conocer otros lugares. Se ha instalado como un anhelo colectivo el hecho de viajar, conocer otros paisajes y otras culturas. Hacer turismo en bonitas playas de Brasil o el Caribe, pasear por ciudades extraordinarias como Nueva York, París, Londres, Roma o incluso Rio de Janeiro o descubrir el pasado en las pirámides egipcias o el emblemático Machu Pichu. O bien aventurarse en escenarios naturales increíbles como el Perito Moreno, las Cataratas de Iguazú, el noroeste argentino o la selva africana.
Así, a partir de esta naturaleza de las personas por salir en busca de lo desconocido crece el negocio del turismo. Y cada país, región o ciudad busca insertarse en el mapa del turismo receptivo después de hacer una introspección y mirada creativa mediante definir que ofrecerá al turista. De todos modos, en Rafaela se parte un poco de atrás en esta cruzada por desarrollar el concepto del negocio porque no hay un río como en Santa Fe, Paraná o Rosario ni hay sierras como en Córdoba ni mucho menos playas. Por tanto, la pregunta es de qué manera se puede potenciar una cadena que tiene como eslabones imprescindibles a la hotelería, a la gastronomía y al Estado pero que puede sumar a instituciones que forman parte del calendario de eventos.
De alguna manera, Rafaela tiene una deuda pendiente en la materia porque no ha podido consolidar un programa consistente entre el estado local ni las entidades y empresas interesadas, más allá de las buenas intenciones. Pero después de varios años está más cerca de darle forma al objetivo mientras en paralelo se han consolidado eventos que distinguen a la ciudad y la región. Las carreras en el Autódromo Ciudad de Rafaela del Club Atlético, encabezadas por la categoría más popular del deporte mecánico nacional como lo es el Turismo Carretera, proyectan a la ciudad a nivel nacional, como lo hace desde hace más de 15 años el Festival de Teatro en las vacaciones de julio o la muestra agropecuaria, industrial, comercial y de servicios de la Sociedad Rural. Los Carnavales Rafaelinos, el Torneo Infantil del Club Atlético de Rafaela o incluso los partidos de que el primer equipo de esta entidad disputa en el marco del torneo de la Primera Nacional representan otras banderas rafaelinas que aportan al concepto de una ciudad que puede apostar al turismo receptivo.
La semana pasada se concretó el Congreso de Turismo y Desarrollo 2019 en el Complejo Cultural Viejo Mercado, una instancia de necesaria capacitación y planificación para avanzar en el diseño de ese plan turístico compartido en Rafaela y la región, en épocas donde gradualmente se instala la visión de un Area Metropolitana, esto es que esta ciudad no puede proyectarse sin integrarse a la región y viceversa.
Hace seis años que el Municipio, la Agencia ACDICAR y el Centro Comercial e Industrial promueven el proyecto para generar una oferta para el visitante. Saludablemente se han incorporado a este desafío la Universidad Católica de Santiago del Estero- sede Rafaela, Caphrebar (nuclea a hoteles, bares y restorantes), INTA, la Cámara de Agencia de Viajes y Paseo del Centro que le dan mayor consistencia al entramado institucional, lo que aumenta las posibilidades de éxito. Pero no sólo busca definir una propuesta para quien llega a la ciudad sino también recrear una conciencia turística entre nosotros, sus habitantes, para de alguna forma darle valor al proyecto, aportar al menos amabilidad, gentileza y buenos modales como parte de un destino turístico y ciudad anfitriona de diversos acontecimientos.
El desarrollo industrial puede ofrecer a la configuración de un circuito productivo y el ser cabecera de una de las cuencas lecheras más importantes de Sudamérica a generar una ruta de la leche, que ya se ha puesto en práctica en un plano de integración regional al menos en modo de prueba.
Para cerrar el análisis, basta remitirse a las recientes estadísticas del INDEC: los viajeros hospedados con fines turísticos durante julio pasado alcanzaron a 4,8 millones de personas, lo que significó una mejora interanual del 6,9%. Según la Encuesta de Ocupación Hotelera, que releva 49 localidades en todo el país, en julio pasado ingresaron desde el exterior 928 mil turistas, con una mejora interanual del 16,3%.
Las actividades turísticas de residentes en el país alcanzaron a 3,9 millones de personas y significó también una mejora interanual del 4,9%. El total de viajeros hospedados fue 2 millones, 7,3% más que el mismo mes del año anterior y cantidad de viajeros residentes hospedados aumentó 5,0% y la de turistas provenientes del exterior se incrementó 19,1%.
La actividad turística es una de las pocas que se mantiene a flote en el actual contexto recesivo. Mientras que el PBI acumuló en la primera mitad del año una contracción del 2,5% anual, la actividad de hotelería y hospedaje creció 1,5%.