Editorial

El turismo de supervivencia

Por las restricciones impuestas por la crisis sanitaria en todo el mundo, el turismo global registró su peor año en 2020, con una caída de las llegadas internacionales del 74%, según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Los destinos de todo el mundo recibieron mil millones de llegadas internacionales menos que el año anterior, debido a un desplome sin precedentes de la demanda y a las restricciones generalizadas de los viajes. En comparación, el declive registrado durante la crisis económica global de 2009 fue del 4%. Según el último Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, el desplome de los viajes internacionales representa unas pérdidas estimadas en 1,3 billones de dólares en ingresos de exportación, una cifra que multiplica por más de once las pérdidas registradas durante la crisis económica global de 2009. En este contexto signado por la pandemia de Covid, la crisis ha puesto en riesgo entre 100 y 120 millones de empleos turísticos directos, muchos de ellos en pequeñas y medianas empresas.

En la Argentina, la actividad turística registró el año pasado una caída del 77,3% según datos oficiales del INDEC. Las salidas de residentes en el país por turismo totalizaron 905.500 y acumularon una baja interanual del 77,1%. En el mismo período llegaron desde el exterior 694.300 personas, con un descenso del 77,3%. En diciembre último se registraron 15.300 llegadas de turistas no residentes, cifra que presentó una disminución interanual del 95%. En el mismo mes las salidas hacia el exterior de residentes en el país totalizaron 52.900 turistas residentes, lo cual representó un descenso del 78,3%.

En todo el 2019, el último año en que la actividad funcionó normalmente las llegadas de turistas desde el exterior, había superado los 3 millones de personas con un aumento interanual del 11,1%, mientras que la salida de residentes en el país por turismo sumaron 3,9 millones y acumularon una caída interanual de 11,9%. Comparando estas cifras con el 2020, la salidas por turismo cayeron 82,4%, mientras que las llegadas desde el exterior bajaron un 69,8%, en cantidad de viajeros.

En este 2021, en el que se advierte una disminución en la cantidad de contagios de coronavirus, el turismo argentino disfruta de una tibia primavera que, después de tantos meses de inactividad, se transforma en un bálsamo para los flacos bolsillos de empresas y trabajadores en relación de dependencia o cuentapropistas del sector. Por caso, más de tres millones de personas viajaron por la Argentina durante el pasado fin de semana largo de Carnaval. El 75 por ciento del caudal turístico se concentró entre las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Río Negro y Neuquén, destacó el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.

La cartera aseguró de ese modo que se trató de un "éxito" el fin de semana largo y calculó que desde el inicio de la temporada ya se superaron los 11 millones de turistas. Además, destacó que el aumento en el nivel de actividad demuestra que el turismo está en marcha, entendiendo la importancia que tiene para las economías regionales del país.

De todos modos, la posibilidad de trabajar y al menos tener ingresos en la caja no significa necesariamente que las empresas del sector inicien un período de prosperidad sino que solo tratan de sobrevivir a un escenario que no tiene precedentes en cuanto a la profundidad de la crisis. De hecho, el Gobierno nacional profundizó la asistencia económica a los rubros más golpeados por la pandemia de Covid-19, entre los que se encuentran los hoteles, que en la última semana recibieron vía el programa de Recuperación Productiva (RePro II) más de 250 millones de pesos para afrontar

el pago de salarios, correspondientes al mes de enero, de más de 21 mil trabajadores que tiene el sector en 1055 establecimientos.

Golpeados no sólo por la caída del turismo interno durante 2020 sino también por la casi nula afluencia de visitantes extranjeros, los hoteles sufrieron como casi ningún otro sector el impacto negativo de las restricciones de movilidad que se impusieron a nivel global. 

A esta altura nadie se propone recuperar rentabilidad sino solamente tener el oxígeno suficiente para continuar respirando. Teniendo en cuenta que las vacunas se convirtieron en una realidad, pero que su disponibilidad marcará la velocidad de las campañas de vacunación de la población, el sector turístico se conforma con ir "paso a paso". La normalidad tal como la conocíamos no se reinstalará hasta 2022, y nadie está seguro de que así sea. Este 2021 todavía estamos a merced del virus y depende de los cuidados individuales en el uso de barbijos y el respeto de la distancia social para reducir la probabilidad de contagio. Por eso tampoco se puede planificar a mediano plazo con el turismo, puesto que la situación epidemiológica de cada momento permitirá la realización de actividad o, en cambio, forzará su suspensión. El turismo, por tanto, celebró el feriado del Carnaval pero tiene sabor a poco después de nueve meses sin poder trabajar. 




Autor: REDACCION

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