Editorial

El tiempo de las paritarias

Como ya es tradicional, al inicio de cada año se anotan en la primera hoja de las agendas públicas la cuestión "paritarias", esa instancia de negociación salarial que en este caso tiene a los gobiernos nacional, de provincias o municipios de un lado del mostrador y a los gremios de estatales, docentes y trabajadores municipales del otro. La consigna es lograr acuerdos para que el sueldo alcance para cubrir las necesidades básicas de una familia. Pero en países con alta inflación como la Argentina la discusión paritaria se puede convertir en un auténtico mal de cabeza, porque los estados admiten que el salario debe ser digno pero en ocasiones choca con sus magros recursos. Se establece, por tanto, una pulseada para tratar de encontrar un equilibrio entre lo que la Nación, una provincia o un municipio está en condiciones de pagar y lo que requiere un trabajador. A veces la falta de acuerdos en el proceso de negociación conlleva la realización de medidas de fuerza como elemento de presión. 

En este escenario, el Gobierno nacional puso en marcha recientemente la paritaria nacional docente con cinco gremios que terminó, al menos en su primera cita, con resultados satisfactorios aunque todavía resta la propuesta oficial que es la que suele generar discordias. Habrá que esperar hasta ese momento para hacer un balance sobre el diálogo. Por lo pronto, lo que han buscado los funcionarios de todos los niveles es erosionar el sistema de actualización automática del salario en función de la inflación medida por el INDEC, lo que se conoce en términos cotidianos como 'cláusula gatillo'. 

En la provincia de Santa Fe, donde rige este mecanismo tanto para los estatales provinciales, los docentes y los empleados de municipios y comunas, se busca instalar la idea de que las cajas públicas ya no pueden seguir el ritmo de una actualización directa en base al índice de precios al consumidor. Incluso el responsable de las finanzas públicas calificó como "perverso" al sistema de cláusula gatillo. El Gobernador y el Intendente de Rafaela tampoco han manifestado su apoyo a esta fórmula que buscó defender el poder adquisitivo del salario y han sugerido que es necesario encontrar otro modo. De todas formas, es el Gobierno nacional el que viene haciendo un esfuerzo por desacreditar la cláusula gatillo y por instalar una nueva metodología, como una revisión trimestral, lo cual puede ser la herramienta que proponga la provincia de Santa Fe y los municipios y comunas cuando, en los próximos días, comiencen a negociar los sueldos de sus empleados. 

La provincia de Buenos Aires convocó a los sindicatos docentes para este lunes, lo cual podría convertirse en una referencia o un espejo para encaminar las negociaciones en Santa Fe, donde los distintos sindicatos no dan por perdida la cláusula gatillo y por ahora, si no los convencen, están decididos a defender el instrumento. 

Hace un par de semanas, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) recordó que la paritaria docente nacional es un ámbito de negociación colectiva entre el Ministerio de Educación nacional, el Consejo Federal de Educación y las entidades gremiales docentes con representación nacional. Desde el año 2007 hasta el 2017, esta paritaria nacional tenía facultades para negociar condiciones laborales y un salario docente mínimo nacional. El anterior gobierno, en el año 2018, estableció que la discusión salarial no es materia de la paritaria nacional y que el salario mínimo docente en todo el país será el Salario Mínimo, Vital y Móvil más un 20%.

En su informe, puntualizó que de acuerdo al artículo 5° de la Constitución Nacional, la educación básica es responsabilidad de las provincias. En virtud de esto, los docentes son empleados públicos provinciales y, por lo tanto, son las provincias las responsables de pagar sus salarios, agregó. Ante la incoherencia establecida en el 2007 de que la Nación fijara los salarios que tienen que pagar las provincias, se instrumentó a manera de paliativo un mecanismo a través de cual la Nación “ayuda” a pagar parte de las remuneraciones de los educadores.

En el documento, Idesa lamentó que los últimos datos sobre salarios docentes publicados por el Ministerio de Educación nacional correspondan al 2018. Pero tomando esta información y actualizándola a precios actuales, se observa que en el 2015 el salario docente promedio de todas las provincias era de $42 mil, mientras que en el 2018 era de $36 mil, o sea, una caída del 14% en términos reales. Además, en el 2015 la parte del salario docente que pagan las provincias era de $40 mil, mientras que en el 2018 era de $34 mil, es decir que se registra una caída del 15% real. En tanto, la parte del salario docente que paga la Nación era de $ 2.040 en el 2015 y pasó a $ 2.200 en el 2018, o sea un incremento del 7% en términos reales.

Tras este análisis, Idesa consideró que restablecer la potestad del Ministerio de Educación y los sindicatos docentes nacionales de fijar el salario docente es una medida perjudicial.

 






Autor: REDACCION

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