Son días emocionantes para Lamborghini: en 2017 logró su récord de ventas (3.815 coches, el triple de 2010) y, por primera vez, sus ganancias superaron los 1.000 millones de euros. Pero lo mejor está por llegar: después de duplicar la superficie de la planta de Santa Agata Bolognese en Italia, Lamborghini está lista para duplicar su capacidad a más de 7.000 coches/año. Todo gracias al Urus, creador del segmento Super Sport Utility Vehicles (SSUV).
El Urus responde a todo lo que asociamos con el ADN de la marca, desde el diseño hasta las proporciones, desde el rendimiento del motor hasta las prestaciones.
Sus más de cinco metros de largo, y 2,2 toneladas de peso no se interponen entre él y registros como pasar de 0 a 200 km/h en 12,8 segundos, llegar a los 305 km/h de punta y necesitar sólo 33,7 metros para detenerse desde 100 km/h.
Y todo con la legitimidad de reclamar el título de inventor de un nuevo tipo de automóvil: el Urus es un coche de súperlujo que apunta a satisfacer la creciente demanda del mercado y será el Lamborghini más vendido de siempre. Con diferencia.
Para crearlo, la marca recurrió al banco de órganos del Grupo VW, al que pertenece.
Los italianos seleccionaron la plataforma MLB Evo que usan Audi Q7, Bentley Bentayga, Porsche Cayenne y VW Touareg y luego crearon sus promiscuas líneas alrededor del talento de Mitja Borkert del Centro Stile, un alemán de 43 años llegado de Porsche.
El Urus no se parece a nada visto antes, debido a sus inusuales proporciones, líneas exteriores y peso contenido que se logra con el uso de materiales ligeros (en especial, aluminio).
En Lamborghini los motores son algo diferencial, pero aquí no hay V12 ni V10. Por primera vez se usa un turbo, el V8 4.0 litros de Audi y Bentley, pero los italianos lo han desarrollado magníficamente, logrando 650 caballos y 850 Nm desde 2.250 a 4.000 rpm. Para lograr mucho par motor a bajas vueltas, algo muy conveniente en un SUV de gran talla, las turbinas actúan en paralelo minimizando el retardo; y para bajar el consumo y las emisiones, se pueden desconectar cuatro cilindros a velocidades de crucero o cuando se libera la presión del acelerador.
Como la sonoridad también alimenta la emoción, la acústica se ha perfeccionado para cumplir con los requisitos de un Lamborghini, pero teniendo en cuenta también que los Urus se utilizarán a diario, a diferencia de los superdeportivos Aventador o Huracán. Además, el conductor estará obligado a compartirlo a veces con hasta cuatro pasajeros, por lo que aquí y allá hubo la necesidad de aceptar compromisos por el bien de la comodidad y de la conveniencia, palabras que son totalmente misteriosas en el mundo de Lamborghini. (Fuente: El Mundo Motor).