Su creación fue en el año 1991. Un coro al que pertenecíamos se desmembró, un grupo se sumó a un coro ya existente y tres de sus miembros no acordamos con ese cambio, por lo que consideramos era la pérdida de una identidad de grupo coral, marcada sobre todo por la independencia institucional, el repertorio y el número de integrantes. El repertorio que deseábamos hacer no era para un coro masivo. En esa situación, que no fue fácil de sobrellevar, analizamos si podíamos integrarnos a alguno de los numerosos coros de nuestra ciudad, algunos que ya habíamos integrado ya no nos atraían por razones varias. Así fue que un día nos preguntamos "¿Y si hacemos uno?" y al pensar quién podría dirigirlo no encontrábamos la persona que deseábamos. Entonces surgió la idea de funcionar con directores invitados, lo que no existía para los coros aunque sí para las orquestas, y allí comenzó la "aventura", la "rareza".
Por qué ese nombre
Buscamos un nombre que tuviera que ver con pueblos originarios, aunque teníamos claro que ese nombre no tenía que condicionar el tipo de repertorio que haríamos, porque la idea era hacer con cada director el repertorio de su preferencia. Compramos un diccionario quechua y comenzamos a buscar y buscar, sin demasiado conocimiento ni referentes que nos orientaran, y llegamos a "armar" un nombre con una libre acepción de vocablos en la idea de "ser o existir con el canto" (Taki= canto, el sufijo an= con y cay= ser o existir)
Los objetivos que nos propusimos
Pretendimos un coro que pudiera hacer todo tipo de repertorio, pero no por sumatoria de obras sino por conocer y profundizar en ellas. Buscar en cada director la especialidad en el repertorio, una manera de generar espacios para la formación de los cantantes, ductilidad en el manejo del repertorio. También buscábamos que el director solo se dedicara a la música, por lo que inicialmente -y a diferencia de prácticamente todos los coros- teníamos una directora estable que en realidad oficiaba como preparadora de obras para el director invitado, y un productor que se ocupaba de toda la logística de ensayos y de conciertos. En general los directores están acostumbrados y resignados a hacer desde la fotocopia hasta pasar la escoba en el lugar de ensayo, conseguir salas de concierto, etcétera. Pretendimos romper con esto y que el director hiciera solamente música, ni siquiera pasar las partes, solo llegar y comenzar su tarea de interpretación de repertorio.
Quiénes iniciaron la patriada original
De los tres que quedamos como "disidentes" del coro al que pertenecíamos, solo quedamos en la actualidad Ely Burba, directora y Julio Villarroel, productor. El inicio, luego de un mes de pensar en qué haríamos musicalmente, fue que en un fin de semana convocamos a ex alumnos, amigos, conocidos, y logramos comenzar con un primer ensayo el 8 de mayo de 1991, con doce integrantes, tres por cuerda.
Con qué repertorio decidimos abordar la música
Encontrar el primer director invitado no fue tarea fácil; conversamos con varios y no encontramos cabida para esta propuesta de ser "director invitado", había una fuerte apropiación por parte de los directores de los coros que dirigían. A veces ni siquiera se nombraban en relación a la entidad que los cobijaba sino que eran identificados con el nombre del director -"es el coro de X"-, con el agravante de que si “X” se iba de una entidad a otra, se llevaba los integrantes del coro -cosa que sigue sucediendo en la actualidad-. Tampoco se entendía que el director no iba a pasar partes, quizá ni iba a hacer la técnica vocal. Pero en esas charlas tomamos contacto con el maestro Leonardo Waisman que cuando le contamos la idea, hizo una amplia sonrisa de aprobación y en breve nos entregó unas obras magníficas para estudiar. Nos dijo que en el lapso de dos meses volvería de un viaje que tenía programado, para trabajarlas, y allí empezó la gran aventura, que se continuó con muchos otros directores invitados, algunos de ellos de prestigio internacional, y de otros países.
En qué momento se inició la fundación
Luego de tres años de iniciada la actividad y ya habiendo realizado varios proyectos nos encontramos que no teníamos una estructura institucional que nos identificara y a la vez nos permitiera abordar otros proyectos de mayor magnitud. Con el invalorable apoyo y generosidad del maestro Julio Fainguersh, a la sazón director del Coro Nacional y presidente de la Fundación Coral Argentina, y la asistencia del contador Raúl Nisman generamos los Estatutos de la Fundación Takian Cay cuya Acta Fundacional se firmó el 8 de mayo de 1994, exactamente a tres años del primer ensayo del coro.
Qué abarca e incluye la propuesta de Takian Cay
Es una propuesta amplia que ha tenido lógicamente los vaivenes de los coros y las instituciones en veintinueve años de funcionamiento. Actualmente abarca la Agrupación Coral de Cámara Takian Cay, el grupo de adultos mayores “Todavía Cantamos”, el programa radial “Sosteniendo Utopías”, el grupo de estudio “Hacia una educación musical con identidad cultural”, que entre otras cosas organiza bienalmente las Jornadas de Actualización y Perfeccionamiento en Educación Musical “Virgilio Tosco”, coordina la actividad cultural del Ministerio de Ciencia y Tecnología y lleva adelante el Coro de empleados de dicho ministerio. Esporádicamente realiza conciertos y recitales, cursos, conferencias con profesionales que no son miembros estables de la Fundación. En otro tiempo ha realizado trabajos con niños, originalmente el proyecto “Cusinacu, un lugar para el juego y el canto”, talleres con temáticas puntuales para niños, también un particular coro de niños llamado “Takitos” y talleres para niños de 3 y 4 años: “Takititos”.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Takian Cay