El mundo del automóvil se
congrega desde ayer en Detroit, ávido por los vehículos
autónomos pero presionado por Donald Trump, que quiere que los
coches vendidos en su país sean hechos por estadounidenses.
La 29ª edición del Salón Automóvil de Detroit se perfila como
un emporio de nuevas tecnologías que son indispensables para los
coches del mañana.
Google, que desde 2009 trabaja en vehículos autónomos, dará a
través de su filial Wayme el puntapié inicial oficioso a este
tradicional encuentro que será abierto al público el sábado 14,
tras cinco días reservados a la prensa y profesionales del sector.
Aunque mira al futuro, la industria está pendiente del
presente. Está llena de dudas sobre lo que puede ocurrir cuando el
20 de enero Trump se instale en la Casa Blanca con la promesa casi
obsesiva de fomentar el "Made in USA" (Hecho en EE.UU.).
Trump amenazó con gravar las importaciones de China y México y
con renegociar, o directamente romper, el TLCAN, el tratado de
libre comercio que une desde 1994 a Estados Unidos con Canadá y
México.
"Jamás se vio esto", dijo Alan Deardoff, especialista en libre
comercio de la Universidad de Michigan.
"Se corre el riesgo de desorganizar la logística y cadenas de
aprovisionamiento y aumentar los costos de fabricación y,
finalmente, el precio de los coches", añadió.
General Motors, Ford y Fiat Chrysler "tendrán que revisar toda
su estrategia mexicana", lo cual puede hacerles perder
competitividad, sostuvo Matt DeLorenzo, analista de Kelley Blue
Book.
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CUESTIONES ETICAS
Por otro lado, el aumento de las tasas estadounidenses de
interés, que torna más caros los créditos al consumo, puede dañar
al mercado de los automóviles que viene brillando en los últimos
tres años.
Los fabricantes estadounidenses vendieron en 2016 la cifra
récord de 15,55 millones de autos, lo que significa 0,4% más que
el año anterior.
Ford acaba de anular una inversión de 1.600 millones en México
para construir allí una planta y espera invertir la mitad para
aumentar la capacidad de sus fábricas en Estados Unidos y
desarrollar autos eléctricos y autónomos.
"Para que los empleos vuelvan a Estados Unidos se precisará
mucho más que renegociar el TLCAN", advirtió Robert Scott del
centro de estudios Economic Policy Institute.
Los vehículos autónomos, ricos en tecnología y que en
consecuencia exigen mano de obra altamente calificada, son una
fuente de empleos, sostendrán los empresarios del sector en el
Salón de Detroit.
Más de 300 expositores están anunciados y entre ellos se
cuentan nóveles empresas que quieren mostrar productos con
tecnologías conectadas y autónomas pensadas para asegurar un
manejo más fácil y seguro de los autos.
No se esperan grandes anuncios sobre los autos clásicos.
Fiat
Chrysler brillará por su ausencia y Volkswagen, que trata de
superar el escándalo de sus autos con motores trucados, planea
presentar un vehículo de su gama eléctrica y autónoma.
General Motors presentará el utilitario Chevrolet Traverse,
mientras que BMW desvelará otro utilitario, el compacto BMW X2, y
la nueva Serie 5.
Los grandes fabricantes están abiertos a hablar sobre los
vehículos autónomos. Es el caso, por ejemplo, de GM y Toyota, que
tienen previsto referirse a ese tema.
"En los últimos doce meses se aceleró la carrera" entre los
fabricantes de vehículos y los gigantes de Silicon Valley por ser
los primeros en el mercado, dijo Karl Brauer, analista de Kelley
Blue Book.
La tecnología autónoma está en el estadio de "manos libres" y
se acerca a la etapa de "ojos libres"; o sea conducir a ojos
cerrados y sin ninguna intervención humana, dijo Brian Fitzgerald,
experto de Jefferies.
Ambos analistas coinciden en que las situaciones estudiadas por
los desarrolladores de las tecnologías son cada vez más complejas
e intentan responder, incluso, a problemas éticos: qué haría el
auto si tiene que optar entre la vida de su ocupante o la de un
peatón que cruza inopinadamente la calle?