Suplemento Economía

El riesgo de olvidar a Marcelo Diamand

Recibimos por estos días el último informe económico del centro de análisis que conduce el amigo, economista profesional Eduardo Curia, bien conocido en Rafaela ya que ha estado en varias oportunidades. En una de esas inolvidables visitas, en la sala Ben Hur presentó el libro “La Trampa de la Convertibilidad” en el que había anticipado su colapso, la última más reciente en el Centro Comercial e Industrial de Rafaela.

Curia plantea que el gran tema del momento es vislumbrar si la actividad se “descongestionará” para el segundo semestre, repuntando. Plantea que sí, que hay chances, por el lado de la demanda, atento la finalización de las paritarias, que venían demoradas, aumentos de salarios que sin duda tonificarán la actividad por el lado del consumo. Tenemos, también, por el lado de las cosas positivas, que parece que el ritmo del crédito aceleró y este se sabe que es un factor facilitante-multiplicador.

Por el lado de Brasil, que es muy importante, si bien Curia reconoce que los números no son halagueños alienta la esperanza de que para el segundo semestre mejore aunque sea un poco. Por el lado del mercado mundial la buena nueva más relevante es el empinamiento del precio de la soja.

Por el lado de las contras está la situación fiscal porque no está holgada como para hacer una política anticíclica más vigorosa. El 2012 podría terminar, “sin recursos especiales”, con un déficit del 1%. Nada dramático, desde luego, pero sí que complica el juego “contracíclico”. Aclara que, en medio de una fuerte desaceleración, sería torpe esperar “déficit cero”. Menos sensato aún sería ponerse a buscar “a la europea” de reducir ese déficit en medio de este momento bajo del ciclo.

Por otro lado: ¿esa restricción para una política anticíclica no será que es un costo a pagar por la pronunciada inercia inflacionaria? El arraigo de esa inercia es tan grande, señala Curia, que ni aun con una desaceleración como la que estamos viviendo en estos meses cede la presión. Esta situación conspira contra el clima de expectativas de inversión. Por lo cual se impondría seguir un esquema antiinflacionario explícito, gradualista pero bien firme que, de una vez por todas, haga pensar a todos los agentes en términos de “la inflación esperada”. Si no, advierte, no salimos del problema. Esto, más presiones de costos, cierta estructura de precios relativos no conveniente, todo repercute en un clima de expectativas de inversión “viscosas”, caracteriza.

Ahora bien. Vistos todos estos factores de orden coyuntural y del “ciclo de negocios” Curia advierte la necesidad de mirar también lo “estructural”, la sustentabilidad del asunto, visto el autoabastecimiento energético perdido, visto como aflojaron los dólares por entrada de turistas (tanto por razones de costos internos como por la situación mundial), como el balance industrial de divisas se deslizó al terreno negativo, la situación del tipo de cambio promedio, etc.

Por más que haya un buen aporte por el lado de la soja y de la cosecha gruesa en general y que ello dé la chance de relajar para el 2013 los constreñimientos de divisas Curia advierte contra el riesgo de retornar a una situación de marcada debilidad del sector industrial que pueda volver a caer en una situación de no capacidad de autogeneración de los dólares que necesita para su desenvolvimiento sin traumas y su desarrollo.

En síntesis que los argentinos no podemos darnos el lujo de olvidar las enseñanzas de Marcelo Diamand, el gran economista industrialista argentino.


Nota: El libro de Diamand, el más importante editado por este economista, titulado “Doctrinas Económicas, independencia y desarrollo”, hemos reeditado con nuestro sello: H. Garetto Editor.

Autor: Horacio J. Garetto

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