Suplemento Economía

El problema no es la pandemia

El problema no es la pandemia, tampoco es la deuda. Estos son agravantes del inconveniente de fondo que tiene Argentina. Uno de los grupos tenedores de deuda argentina más importante, amenazó con presentarse en tribunales, y si lo hace veremos a una dama en lugar de la imagen de decrépito del Juez Griesa, Loretta Preska, pesadilla de Guzman y juez del distrito de Nueva York, donde recaerán las demandas de los bonistas defaulteados. Sin embargo, dada la cercanía de las posiciones entre, la oferta realizada por el gobierno y el pedido realizado por los bonistas, y teniendo en cuenta que se muestran los dientes, pero nadie se levanta de la mesa de negociación es muy probable que veamos pronto un apretón de manos, o un choque de codos, y trato hecho.

Hablamos del verdadero problema, Argentina tiene que levantar el ancla, el ancla de la ideología, liberarse y volver a ser un país de personas libres que buscan vivir haciendo negocios sanos y con beneficios a todas las partes, que es lo que le permitirá a la sociedad crecer y avanzar.

El verdadero problema de los últimos años es la falta de crecimiento de nuestra economía. Aquí es donde debemos ver que políticas económicas venimos aplicando que nos traen como consecuencia, estancamiento y falta de crecimiento, cuáles son las políticas que expulsan inversiones y cuáles son las que se aplican en países exitosos, de manera de copiarlas, siempre con nuestro toque para adaptarlas a nuestra argentinidad. Ver también cuales usan aquellos países a los que no queremos parecernos, por estar sumidos en pobreza y falta de libertades. Utilizar el voto para priorizar aquellos candidatos que nos orientan hacia las políticas de países que crecen y no volcarnos hacia aquellos políticos que nos proponen modelos que demoran nuestro crecimiento.

Cuando la economía de un país crece genera empleo, saca gente de la pobreza, disminuye el gasto público por la vía de menores necesidades de subsidios y aporta, vía impuestos, mayores ingresos al Estado. El crecimiento económico de los individuos hace libres a las personas, permitiéndo despegarse de Estados mandones que te entregan dinero, que no se generó en el proceso productivo y como consecuencia, suben los precios de las mercancías con su accionar calculado, quitándote lo que te otorgaron.

Argentina, no crece desde hace una década y la larga cuarentena tampoco ayuda mucho. Estamos sumidos en un círculo, ya conocido, de emisión de dinero para cubrir gasto público, inflación y devaluación posterior para licuar ese gasto, empobrecimiento de la población, destrucción de empleo, aumento de gasto público para atender genuinas demandas sociales y volver a empezar un escalón más abajo. La solución a esto es lIbertad y crecimiento, lo contrario del asistencialismo opresor. Los motores del crecimiento son, inversiones y exportaciones, estas son las dos cuentas que generan dólares genuinos para el país, por lo que debemos ir tras ellas. Sin acuerdo con los bonistas, no vendrían inversiones a Argentina, ni de extranjeras ni locales. No habría préstamos a largo plazo y será más difícil comercial con el mundo, a la vez que se nos complicaría lograr competitividad, sin puertos nuevos, sin rutas nuevas y una logística más costosa. El proceso de expropiación de Vicentin, tampoco ayudaría a que el capital diga presente.

Al hablar de crecimiento no podemos quedarnos solo en el plano material, hay que hacer crecer la educación y salud espiritual de nuestro país, la Nación que dio un Papa al mundo, debemos ver más allá del horizonte temporal, la vida no solo es comer, trabajar y descansar, eso hacen los animales. Nosotros debemos trascender, renovar esta tierra, especialmente porque somos frágiles y la vida terrena se termina. A todos nos gustaría hacer grandes cosas, pero solo podemos hacer las pequeñas, que se convertirán en grandes al cabo de toda una vida. Trabajemos por el crecimiento de la Nación, vayamos por todo, por el crecimiento espiritual y económico.


#BuenaSaludFinanciera

#HaciendoNuevoTodo

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler

Autor: Guillermo Briggiler

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