Nadie puede dudar que las ventajas comparativas del campo argentino le otorgan una excepcional competitividad para producir cereales, oleaginosas, leche y carnes con altos rendimientos que siempre pueden mejorar a medida que se incorpora tecnología y se aumentan las superficies de explotación. El complejo agroindustrial continúa siendo el principal generador de divisas a pesar de la caída del precio de los commodities y de una coyuntura no tan favorable en el país a partir de la elevada presión impositiva, el incremento de los costos y el retraso cambiario.
Así, entre los buenos resultados de la campaña actual, la caída de ingresos a partir de una baja en los precios de los commodities y el aumento de los costos, el campo espera con grandes expectativas las elecciones presidenciales de este año y en especial el discurso y las propuestas de cada uno de los candidatos. En tal sentido, el sector agropecuario duplicó sus costos en dólares desde el 2000, en rubros como salarios del transporte, gasoil y maquinaria agrícola, lo que anticipa una disputa entre productores y propietarios de la tierra, según un informe elaborado por la Fundación Mediterránea. De acuerdo al documento, para un precio de exportación de 370 dólares la tonelada, similar al actual, el próximo gobierno se encontrará con una reserva de 3.700 millones de dólares en manos de los productores, disponible en la medida en que se den condiciones atractivas para su venta.
El informe que fue confeccionado por el economista Juan Manuel Garzón indica que el conflicto entre productores y propietarios de la tierra en el ciclo agrícola 2015-2016 se evidencia en que para el caso de un establecimiento testigo los alquileres deberían ajustarse un 30%-40% en términos reales para que "la rentabilidad permita continuar produciendo". Asimismo, considera que "una estimación conservadora indica que en 2016 las existencias de soja excederán por 10 millones de toneladas el nivel que puede considerarse normal".
Según Garzón, el campo "puede aportarle nuevos ingresos y mayores divisas al próximo gobierno. Pero para que ello suceda resultará clave la propuesta económica de las nuevas autoridades". Al respecto, de acuerdo con el análisis, la producción agropecuaria ha perdido atractivo luego de la baja de precios externos y el fuerte crecimiento de los costos locales. Se trata de una inversión de riesgo (el clima siempre puede jugar una mala pasada), por lo que la rentabilidad esperada debe compensar ese riesgo y además ser competitiva con respecto a otras inversiones, "particularmente las financieras".
El productor que produce en campo alquilado, salvo que disponga de un acuerdo muy favorable con el propietario de la tierra, no llega a tener una rentabilidad lo suficientemente competitiva en la coyuntura del presente. "Para recuperar rentabilidad se requiere de una suba de los precios internacionales o de una baja de los costos económicos locales", resaltó el especialista en el documento de Fundación Mediterránea.
El documento revela que los costos económicos locales, medidos en moneda dura, se encuentran en niveles récord de los últimos 15 años. Una forma de mostrar esto es "comparando la evolución de insumos y productos que hacen a los costos productivos y de transporte en relación a la evolución del tipo de cambio oficial". Los salarios en el sector de transporte aumentaron un 1.630% comparando la remuneración promedio de 2000-2001 y lo que se terminará pagando en este 2015 una vez que se completen las paritarias, suponiendo un ajuste del 28%. El otro componente clave de los costos de transporte, el gasoil, muestra una variación incluso mayor con un 1.817% tomando como referencia precios de Buenos Aires. Las maquinarias agrícolas, "tomando una muestra de distintos equipos de origen nacional e importado, se han encarecido en promedio un 1.693%". La carga impositiva sobre la tierra, "incluyendo impuesto inmobiliario y demás tributos creados a partir de fondos varios, ha aumentado en Córdoba un 1.715%. En este mismo período el tipo de cambio oficial sólo ha crecido un 790% y el precio que recibe un productor por la soja en el mercado de Rosario un 1.014%", evaluó.
En ocasión de clausurar el Congreso de Confederaciones Rurales Argentinas que se realizó en la ciudad de Santa Fe, el presidente de esta entidad, el rafaelino Rubén Ferrero, subrayó que "un gobierno que asfixia al sector productivo con la mayor presión fiscal de la historia y al mismo tiempo condena a las provincias a mendigar recursos, deteriorando su autonomía y destruyendo el sistema federal". Su pensamiento es compartido en gran medida por las organizaciones representativas del sector y por miles de productores. "Estamos convencidos de que necesitamos un cambio", dijo Ferrero.
El campo siente que pese a su importancia para el desarrollo de la economía nacional nunca fue tenido en cuenta por el Gobierno, sin siquiera preservar canales de diálogo mínimos. Y que si implementan las políticas adecuadas, el sector podría dejarle mucho más al Estado.