Editorial

El poder adquisitivo

En las últimas cuatro décadas, el poder adquisitivo del salario, considerando tanto los del sector público como el privado,  perdió el 48 por ciento.  Un dato realmente contundente, que surge de un trabajo publicado en el suplemento de economía del diario Clarín, con la firma de Oscar Martínez, dando cuenta que el análisis fue efectuado a partir de 1975, época en la cual los 100 pesos que se ganaban equivalían en términos de poder de compra a 52,64 pesos de hoy.

En tal sentido las estadísticas resultan irrefutables, ubicándose más allá de las discusiones políticas, de décadas ganadas o décadas pérdidas, pudiéndose apelar en tal sentido a una frase contundente en ese sentido pronunciada por el entonces presidente Juan Perón: "la única verdad es la realidad". Esta situación de constante decadencia en el poder adquisitivo de los argentinos arrancó durante la presidencia de Isabel Perón con el "Rodrigazo", se acentuó con la dictadura militar a partir de 1976, tuvo altas y bajas durante la presidencia de Alfonsín , mantuvo una línea levemente descendente durante los dos mandatos de Carlos Menem, volvió a profundizarse durante el breve gobierno de De la Rúa y aunque tuvo un repunte fue escaso durante los últimos años de Néstor y Cristina Kirchner, ubicándose en poco más de la mitad del valor adquisitivo que tenía el peso hace cuarenta años. Todos entonces tuvieron parte de responsabilidad en este proceso que impactó negativamente en los trabajadores, quedando expuesto en este rápido repaso, durante el cual se produjeron innumerables situaciones tanto políticas como económicas.

Los datos de este informe fueron tomados de un trabajo realizado por el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales, según lo puntualiza el autor, mostrando que tal como se consigna en el párrafo anterior, el poder adquisitivo del salario en estas cuatro décadas estuvo casi siempre en declive, salvo algunas pocas ocasiones en que mostró un repunte que duró muy poco, o bien estancamiento. Dentro de ese período los dos descensos más bruscos fueron en el ya referido Rodrigazo y durante las hiperinflaciones de los años 1989 y 1990. Situación que volvió a reiterarse en el año 2001 en la salida de la convertibilidad. Desde entonces hubo una pequeña recuperación hasta que en 2011 comenzó nuevamente a flaquear, lo cual se nota más en los dos últimos años.

Algunos de los factores que mayor grado de impacto tuvieron en los salarios, fue por ejemplo que ahora se debe pagar por bienes y servicios que con anterioridad se obtenían de manera gratuita, pudiendo mencionarse como los principales la educación, la salud y la seguridad. Cuestión esta que tiene mayor incidencia en los asalariados de los segmentos medios hacia arriba. También aparece dentro de estas razones el hecho que los alimentos han tenido un índice mayor de inflación que el resto de los bienes en los últimos años, y como los aumentos de ingresos no acompañaron de igual manera los procesos inflacionarios, el desequilibrio se nota con mayor contundencia.

Se explica en el análisis de situación, el requerirse la opinión de especialistas en el tema, que un tercer elemento que puede haber participado en la caída del poder adquisitivo es que el crecimiento económico de estas años es el resultado de los bajos salarios, lo cual constituye un tema de polémica, por el diferente enfoque que se escucha desde el oficialismo, pero si en lugar de argumentaciones políticas se recurre sólo a los números y las estadísticas, queda claro que la caída del 48% del poder adquisitivo en estos últimos 40 años a algún lugar debe haber ido. Por otra parte, en ocasiones se confunde diciendo que crecen los salarios cuando en realidad la que crece es la economía, yendo a las ganancias de las empresas. La devaluación de 2001 fue un ejemplo a tener en cuenta, cuando comenzó a crecer la economía pero sin traslado a los salarios.

Se sostiene además que el crecimiento industrial que se vino dando en nuestro país para sostenerse requiere cada vez más de tercerización y salarios en negro, justamente lo que el gobierno trata de desterrar. Justamente por estas características, la creación de nuevos empleos se produce en los rubros con salarios más bajos, o bien, sin estar regularizados. 

Autor: REDACCION

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