Editorial

El peor ataque terrorista

El mundo asiste en estos días al vigésimo aniversario de los atentados terroristas que provocaron la caída de las Torres Gemelas en Estados Unidos y, simultáneamente, dispararon cambios en el orden mundial. El 11 de septiembre de 2001 un total de 19 hombres secuestraron cuatro aviones comerciales estadounidenses cargados de combustible que se dirigían a diversos destinos de la costa oeste y los utilizaron como armas para embestir edificios emblemáticos del país, como las célebres torres de Nueva York y la sede de la CIA, una ola de ataques que concluyeron con 2.977 muertos.

Estas acciones terroristas, impulsadas por el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, se desarrollaron en las ciudades de Washington, Nueva York y en las afueras de Shanksville, en el estado de Pensilvania.

Las crónicas de la historia remarcan que en el World Trade Center (WTC) en el bajo Manhattan de Nueva York, 2.753 personas murieron cuando los vuelos secuestrados, el 11 de American Airlines y el 175 de United Airlines, fueron estrellados intencionalmente en las torres norte y sur, o murieron como resultado de los atentados. De los que perecieron durante los ataques iniciales y los colapsos posteriores de las torres, 343 eran bomberos de Nueva York, 23 eran policías de la ciudad y 37 eran agentes de la Autoridad Portuaria, de acuerdo a datos de la CNN. Además, en el Pentágono ubicado en Washington, 184 personas murieron cuando el vuelo 77 de American Airlines, que había sido secuestrado, se estrelló contra el edificio. Mientras que cerca de Shanksville, 40 pasajeros y miembros de la tripulación a bordo del vuelo 93 de United Airlines fallecieron cuando el avión se estrelló contra un campo después de que los pasajeros y la tripulación intentaron retomar el control de la cubierta de vuelo.

Actualmente, 1.647 de los 2.753 restos de víctimas del WTC han sido identificados, según la oficina del médico forense. Al respecto, en la última semana se informó que dos nuevas víctimas de los atentados a las Torres Gemelas fueron identificadas mediante pruebas de ADN. 

Otro frente actual que se desprende de los ataques tiene como ámbito a la Justicia. El juicio contra cinco hombres acusados de participar en los atentados del 11 de septiembre, que avanza lentamente en las comisiones militares de la bahía de Guantánamo y fue varias veces demorado, la última por el coronavirus, se reanudó el último martes con un nuevo juez en una corte de alta seguridad en la base naval estadounidense en territorio cubano.

A la enorme e invaluable pérdida en vidas humanas, los atentados al corazón del estilo de vida americano también dejaron consecuencias económicas. Se estima que la operación terrorista para planificar y ejecutar los ataques del 11S costó medio millón de dólares en tanto que la pérdida económica estimada durante las primeras 2-4 semanas después del colapso de las torres gemelas, así como la disminución de los viajes aéreos en los próximos años, tuvo un impacto económico negativo de US$ 123.000 millones. A esta friolera se suman otros US$ 60.000 millones en concepto de costo estimado por la destrucción del sitio del WTC, incluido el daño a los edificios circundantes, la infraestructura y las instalaciones del metro neoyorquino.

Para finalizar, los ataques impulsaron una reorganización de los servicios y agencias vinculadas as la seguridad nacional de los Estados Unidos. El gobierno de ese entonces dispuso la fusión de 22 agencias gubernamentales en una sola. Desde el 11S de 2001, el temor que la historia vuelva a repetirse está latente en un mundo en el que las tensiones no se han reducido, mucho menos desde el regreso de los talibanes al gobierno de Afganistán.












Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web