TACLOBAN, FILIPINAS, 18 (AFP-NA). - El papa Francisco
mostró este sábado su solidaridad a los supervivientes de
Tacloban, ciudad de Filipinas devastada por el supertifón Haiyan
en 2013, diciéndoles que "Dios no los había abandonado" y después
regresó a la capital precipitadamente ante la llegada inminente de
una tormenta tropical.
En un gran terreno cercano al aeropuerto apenas reconstruido,
bajo el viento y la lluvia, y vestidos con chubasqueros de
plástico amarillo, decenas de miles de fieles se congregaron para
escuchar las palabras del papa argentino, que mueve a las masas
desde su llegada al país el jueves.
Visiblemente emocionado, el Sumo Pontífice, que había llegado
al aeropuerto de Tacloban poco antes de las 09H00 locales (01H00
GMT), anunció que no leería su discurso en inglés y que al no
hablar inglés, se expresaría en su lengua materna, el español.
Los peregrinos aclamaron a Francisco, que como ellos, vestía un
impermeable, en su caso transparente, sobre su sotana blanca.
Tras la misa, continuó su programa, pero las precipitaciones y
el viento, que se intensificaron al cabo de las horas, lo
obligaron a regresar a la capital filipina.
"Cuando vi desde Roma esta catástrofe, sentí que tenía que
estar aquí y enseguida decidí hacer el viaje (...) Quise venir
para estar con ustedes. Un poco tarde, me dirán, pero estoy. Para
decirles que Jesús es el Señor y que Jesús no defrauda", aseveró.
Tacloban fue el epicentro del supertifón, conocido en Filipinas
como Yolanda, que en 2013 provocó 7.350 muertos y desaparecidos,
así como enormes daños en las infraestructuras en una de las
regiones más pobres del país.
Unos 14 millones de personas, alrededor del 15% de la población
nacional, viven en la zona arrasada, dedicada a la agricultura y
la pesca. "Lo que me viene al corazón, por lo que he venido, es para
deciros que Jesús no abandona jamás", afirmó.