Internacionales

El Papa le reclamó más protagonismo a Europa

ESTRASBURGO, FRANCIA, 26 (AFP-NA). - El papa

Francisco llamó el martes a los dirigentes de una Europa

"envejecida" a asumir un mayor protagonismo en el mundo y reclamó

políticas más solidarias con los pobres y los inmigrantes ilegales. 

En dos discursos que sorprendieron por el tono abiertamente

crítico, el papa argentino comparó a Europa con una "abuela" y le

pidió que vuelva a ser una "referencia para la humanidad".

Y tras constatar las tensiones políticas persistentes en

Europa, el pontífice, descendiente de inmigrantes italianos,

pidió a este continente "replegado en sí mismo" no caer "en las

tentaciones del pasado" y asumir un papel protagónico inspirado en

los valores cristianos.

Un fuerte y prolongado aplauso de los eurodiputados, de pie durante casi tres minutos, saludó el discurso del papa Francisco en el Parlamento Europeo, en el que exhortó a los dirigentes europeos a "acoger y

ayudar" a los inmigrantes ilegales, en momentos en que los

partidos xenófobos de extrema derecha ganan terreno en las

elecciones más recientes de varios países, incluyendo Francia y

Gran Bretaña.

"No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un

gran cementerio", dijo el papa argentino, en referencia a los

inmigrantes que llegan desde África.

"En las embarcaciones que

llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres

que necesitan acogida y ayuda", señaló.

La primera visita del papa Bergoglio a la ciudad sede de las

instituciones legislativas europeas duró apenas cuatro horas. Pero

el Sumo Pontífice no perdió el tiempo: vino a hablar y lo hizo sin

pelos en la lengua. "Los grandes ideales que forjaron Europa

parecen haberse perdido", deploró.


UNA ANCIANA INFERTIL

"Desde muchas partes, se recibe una impresión general de

cansancio y de envejecimiento, de una Europa anciana que ya no es

fértil ni vivaz", dijo el papa argentino ante un Parlamento

europeo que lo aplaudió, aunque entre bambalinas algunos

lamentaron un discurso "agresivo".


El viaje a Estrasburgo fue la segunda visita efectuada por un

papa al Parlamento Europeo, tras la realizada por Juan Pablo II el

11 de octubre de 1988, un año antes de la caída del muro de

Berlín, cuando Europa todavía estaba dividida en dos bloques.


Francisco advirtió ante la Eurocámara que "junto a una Unión

Europea más amplia, existe un mundo más complejo y en rápido

movimiento. Un mundo cada vez más interconectado y global, y, por

eso, menos eurocéntrico. Sin embargo, una Unión más amplia, más

influyente, parece ir acompañada de la imagen de una Europa un

poco envejecida y reducida, que tiende a sentirse menos

protagonista en un contexto que la contempla a menudo con distancia".


"Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa

atemorizada y replegada sobre sí misma", dijo el Santo Padre, que

reclamó en cambio "una Europa protagonista".

Previsiblemente Francisco se pronunció contra la eutanasia y el

aborto. Retomando otro de sus temas favoritos, el obispo de Roma

dedicó buena parte de su discurso de más de media hora ante el

Parlamento europeo a impugnar la "cultura del descarte" de la

economía liberal y los "estilos de vida un tanto egoístas,

caracterizados por una opulencia insostenible y a menudo

indiferente respecto al mundo circundante y sobre todo a los más

pobres".


"Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa

es la soledad, propia de quien no tiene lazo alguno", dijo

Francisco. "Se ve particularmente en los ancianos a menudo

abandonados a su destino, como también en los jóvenes sin puntos

de referencia y de oportunidades para el futuro".


En una breve conferencia de prensa celebrada en el vuelo de

regreso, Francisco se refirió también a las amenazas que padece el

mundo y condenó el "terrorismo" perpetrado por grupos extremistas

así como "el terrorismo de Estado" que provoca "víctimas inocentes".

"Cuando las cosas empeoran, la violencia sube, el Estado se

siente en el deber de masacrar terroristas y por ello con

frecuencia golpea a inocentes", explicó.

"Es la anarquía a alto nivel, peligroso", comentó.

En los extremos del espectro político, la mera presencia del

papa en el hemiciclo molestó a los más radicales, por considerarla

contraria al principio de laicidad.

Autor: REDACCION

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