Las crecientes dudas en torno al nivel de las reservas que están en poder del Banco Central de la República Argentina alimentan distintas especulaciones sobre la calidad de la información que brinda la entidad que regula el sistema financiero en el país. Es que en la medida que el Gobierno mantiene intervenido el INDEC, una medida implementada desde febrero de 2008, toda información estadística que proporciona queda automáticamente bajo sospecha. Así sucede con la inflación, con los datos de la pobreza, de la indigencia y la desnutrición infantil y también con el nivel de empleo. Es decir, se advierte una práctica sistematizada para manipular la información recabada para distorsionar la realidad, ocultando aquello que no favorece los intereses del Gobierno y realzando aquellos que sí lo hacen.
Desde esta perspectiva, para disimular sus recurrentes crisis de reservas, el Central bien podría adoptar tácticas similares. Un reciente estudio de la consultora Economía & Regiones ofrece pistas en esta dirección al sostener que la entidad que preside Alejandro Vanoli "está sobredimensionando artificialmente el stock de sus reservas para preservar la estabilidad financiera con el objetivo de llegar con poder y gobernabilidad al 10 de diciembre próximo" cuando concluya la segunda gestión de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta.
La consultora afirma que el "maquillaje de las reservas se potenció el año pasado cuando se activó el swap de monedas con China y empezó a contabilizar como reservas el dinero del pago de la deuda depositado por Argentina para el normal pago de bonistas", que sumados alcanzan los 4.400 millones de dólares y que por razones legales no han salido de la bóveda del Banco Central. De todos modos, no constituyen activos del Banco, por lo tanto si se resta esa cantidad a los 31.229 millones de dólares que la entidad declara como reservas, entonces las mismas caerían a 26.874 millones. Así que en este punto otra vez emerge una distorsión de las cifras con el objetivo de mejorar artificialmente una realidad que no es nada favorable para los intereses del Gobierno.
El escenario empeora, agrega Economía & Regiones, si se descuentan la deuda contingente con el Bank International Settlements, el Banco de Francia y los depósitos en dólares del público que se encuentran encajados en un 100 por ciento en la cuenta que los bancos tienen en el BCRA, las reservas líquidas en dólares que efectivamente son activos de la autoridad monetaria apenas llegan a 16.366 millones de dólares.
Al responder la pregunta sobre por qué el país pierde gradualmente sus reservas, expresa que principalmente porque el Gobierno las utilizó para pagar la deuda pública a partir de la mal denominada política de desendeudamiento, la cual no se tradujo en una reducción del pasivo sino tan solo en un cambio de prestamista. Es decir, se optó por la deuda con el BCRA, lo que genera "fuertes problemas financieros, monetarios y económicos en lugar de recurrir al mercado de capitales para financiar infraestructura y reprogramar deuda". Además, con los sucesivos déficits de las cuentas públicas, el desendeudamiento es una falacia y la deuda pública continúa en crecimiento.
Para dimensionar el problema, Economía & Regiones asegura que el gobierno nacional gastó o utilizó reservas líquidas del BCRA por 54.091 millones de dólares entre 2003 y 2014, la llamada década ganada. Así, a cambio de préstamos en dólares la entidad ya suma títulos públicos en cartera por 56.309 millones de dólares cuando en el 2002 tenía solo 2.655 millones de esa misma moneda.
Mientras tanto, las acreencias vinculadas con
el Tesoro Nacional pasaron de representar el 13,3% del activo del
Banco Central en 2004 a 66% en 2014, según apuntaron los economistas
Marcelo Capello, Néstor Grión y Pedro Degiovanni del Ieral de la
Fundación Mediterránea.
Los especialistas explicaron que si el Gobierno hubiera
"normalizado las relaciones financieras con el exterior y
refinanciado en el mercado los vencimientos de deuda externa,
entonces el nivel actual de las reservas del BCRA se situaría en
torno a los 85 mil millones de dólares, en lugar de los 31 mil
millones actuales".
"Descontando compromisos de corto plazo y los encajes de los
depósitos en dólares, el nivel de las reservas en términos netos
cerró 2014 en 16,9 mil millones de dólares", estimaron con una cifra muy cercana a la que calculó Economía & Regiones.
Tras este análisis, se entienden las razones por las que el Gobierno decidió restringir los dólares para los importadores. El Informe Económico Semanal
del Banco Ciudad destacó que después de los tres días finales de
la semana pasada en los que rigió un virtual cierre del mercado de
cambios para los importadores, el Banco Central habilitará compras
de dólares para pagar importaciones.
Para los especialistas "se trata de un escenario no muy
halagador en el que el gobierno debe transitar desde ahora hasta
diciembre, tratando de administrar la escasez de reservas sin
agravar de manera drástica la deteriorada situación del sector
real de la economía".