Por Matías Fontanetto*
El Mercosur cumplió 30 años con datos históricos que evidencian la reducción de los intercambios comerciales entre Brasil y Argentina, donde sus principales socios muestran estrategias opuestas en cuanto a la inserción internacional del bloque. Desde sus orígenes a la actualidad, ambos países han transitado ciclos de económicos que dificultaron la integración comercial.
Hace tres décadas el PBI de Brasil era el doble del argentino, en la actualidad lo cuadruplica, recibe 12 veces más inversiones extranjeras directas que la Argentina. Además en su macroeconomía, Brasil ha controlado la inflación bajo un esquema de inflation targeting, manifestándose las diferencias entre Brasil y Argentina con respecto al sendero de desarrollo de largo plazo, que sumado a los disensos políticos, ponen en duda la eficacia del Mercosur como mecanismo de promoción comercial de sus estados miembros.
A mediados de los 90´ el comercio dentro del bloque representaba un 25% de participación en el comercio externo total de los socios. Pero a contramano de lo que se podía esperar, dicha participación se ha ido reduciendo. Esto último se explica porque los países miembros exportan principalmente commodities agroindustriales -que han registrado incrementos en sus precios- fuera del bloque mientras que al interior de la zona se mantiene un flujo de comercio de bienes industriales.
Con ventas externas totales creciendo en cantidad y valor y las exportaciones interbloque que mantienen sus precios estables, se fue perdiendo la participación de ventas de bienes industriales en relación a los agroindustriales. Además la irrupción de China como principal abastecedor de bienes industriales frenó el incremento de flujo comercial de estos productos en el interior del Mercosur.
La Argentina redujo su participación en las importaciones de Brasil desde el 11,2% en 2001 hasta el 6% en 2019, mientras que China incrementó esa participación desde el 2,4% al 19,9%. Por su parte, Brasil pasó de representar el 35,8% de las importaciones totales de Argentina en 2005 al 20,5% en el 2020. Además, el 30,7% de las exportaciones totales de Argentina estaban dirigidas a Brasil en el año 1997, pero en el 2020 dicho porcentaje alcanzó el 14,4% solamente.
En lo referente al comercio de bienes industriales, en 2007 Argentina importó el 32% de sus compras desde Brasil y en 2019 el 20,8%. Del mismo modo, el 6,8% de las importaciones industriales del Brasil eran de origen argentino en 2007 y en 2019 ese porcentaje cayó al 5,4%, siendo el sector automotor el más importante entre ambos países.
En las recientes reuniones virtuales diplomáticas realizadas en conmemoración al 30° aniversario del tratado de Asunción, Brasil y Uruguay han reiterado la postura de incrementar la inserción económica del bloque en el mundo a través de dos medidas: reducción paulatina y unilateral de los aranceles por un lado, y la celebración de nuevos acuerdos de libre comercio, apuntando al ya firmado entre Mercosur y la Unión Europea.
Lamentablemente, se han presentado una serie de obstáculos en la propia Unión Europea, sobre todo en lo referido a la protección de su sector agropecuario. Además estos dos países proponen continuar las negociaciones ya iniciadas con Canadá, Corea del Sur y Singapur. En la vereda opuesta se ubica la visión Argentina que prioriza la incorporación de Bolivia como miembro pleno del grupo, manifestando su principal interés en el avance en la integración latinoamericana.
Uruguay y Brasil buscan flexibilizar el Mercosur para que cada país pueda firmar acuerdos con independencia de sus socios, de manera de convertir al bloque en un área de libre comercio, reduciendo el arancel externo común con el objetivo de atraer nuevas inversiones. La Argentina se manifestó en contra de esta postura, apoyando las protestas de los sectores industriales de los países miembros que temen una mayor participación de China en el bloque en detrimento de sus producciones nacionales.
Las diferentes visiones políticas de los miembros estancan el crecimiento futuro del Mercosur, los distintos senderos de crecimiento de sus principales socios, las descoordinaciones en sus políticas macroeconómicas y una mayor participación de China como abastecedor industrial en toda América Latina han afectando el comercio interno del bloque económico. A 30 años de su creación, el Mercosur parece haber perdido el norte político que impulsaron los presidentes Alfonsín y Sarney en sus inicios.
(*) Licenciado en Economía. Analista en Inversiones.