Editorial

El liderazgo perdido

La Argentina dejó de ser hace años la locomotora del tren del crecimiento de América Latina y ahora ni siquiera aparece como el último vagón de la formación sino que directamente se quedó en la estación recesiva, con múltiples problemas que ni siquiera el relato oficial puede disimular. Así, el discutido concepto de "década ganada" acuñado por el Gobierno para sintetizar los logros de la gestión kirchnerista entre 2003 y 2013 quedó en desuso por la realidad y los indicadores económicos, inclusive aquellos elaborados por el poco confiable INDEC, cuyas estadísticas parecen ser manipuladas sin demasiado cuidado por las formas. 

Por estos días, a la recesión con inflación que impera en la economía nacional se suma una larga lista de dificultades como la escasez de dólares para los importadores y las dudas en torno al verdadero nivel de reservas disponibles en el Banco Central, las tensiones propias de las paritarias y el impuesto a las Ganancias que afecta a trabajadores. 

Un estudio de la consultora Ecolatina, que pertenece a Roberto Lavagna, posible ministro de Economía de un eventual Gobierno de Sergio Massa, revela que nuestro país pasó de liderar

el crecimiento de América Latina en la primera mitad de la década

pasada a ubicarse entre las naciones en fase recesiva en los

últimos años. Al respecto, puntualiza que entre el 2003 y el 2007 Argentina fue el país latinoamericano que más

creció, con un 7,8 por ciento promedio, tras la debacle sufrida en

el 2001 y la devaluación.


Al mismo tiempo advierte que después de años de crecer a tasas elevadas, la economía se

estancó durante el segundo mandato de Cristina Kirchner. El relevamiento, que tuvo en cuenta el comportamiento de la

economía de todas las naciones latinoamericanas, detalla que entre el 2008 y el 2011 la economía argentina sólo pudo crecer

un promedio del 2,6 por ciento a medida que se adoptaban más y más medidas

intervencionistas y se profundizaba la fuga de capitales ante la mayor desconfianza y la telaraña de regulaciones.


El informe de la consultora agrega que entre 2012 y 2015 el Producto Bruto argentino no sólo se

desaceleró, sino que retrocedió en promedio 0,8%, algo inédito

desde la salida de la convertibilidad.

Entre las razones para ingresar en una fase recesiva, Ecolatina

enumera el cepo cambiario, que restringió el acceso a las divisas,

la caída de la inversión y un mayor costo de vida, que consultoras

privadas ubican en torno al 40% para el 2013 y 2014. Asimismo, el estudio también responsabilizó por la fase recesiva al

"retraso cambiario" que afecta principalmente a los sectores exportadores y la reaparición de los déficits gemelos,

tanto fiscal como comercial.


El reporte menciona, además, el "default parcial de la deuda

reestructurada y el retroceso mundial en el precio de los

commodities, que impactó fuerte sobre uno de los principales

recursos del país, que continúa siendo dependiente de la soja.


Al realizar las comparaciones con lo que sucedió en la región, sostiene que entre el 2003 y el 2007 el crecimiento de las economías

latinoamericanas había sido liderado por Argentina, Venezuela,

Uruguay y Chile. Sin embargo, entre 2012 y 2015 la tabla se invirtió, y la Argentina y

Venezuela quedaron al final, y son los dos únicos países en

recesión en latinoamérica.


Así, en estos últimos años el crecimiento fue liderado por Uruguay,

Perú y Colombia, países que aplican políticas mucho más amistosas

hacia los capitales para atraer inversiones, y que además muestran menos traumas políticos.

Así, la Argentina que desde hace casi doce años está gestionada por el kirchnerismo, completa una pendiente donde su economía

fue de mayor a menor y dejará abierto un gran desafío para el

gobierno que sucederá al de Cristina Kirchner a partir del 10 de

diciembre próximo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) puntualizó en enero pasado que la economía argentina retrocedió 0,4 por ciento el año pasado. Y sus expectativas para este 2015 no son alentadoras, ya que considera que se mantendrá un escenario de recesión, inflación y limitaciones para acceder al financiamiento externo y pronosticar una caída del 1,3 por ciento. "Lo que vemos es una economía con caídas en varios indicadores importantes de la economía. Industria, construcción y comercio minorista, entre otros", había expresado el responsable para América latina del organismo, Alejandro Werner. Así las cosas, en Argentina será difícil sostener el modelo en base al consumo más allá de los esfuerzos del Gobierno de "aguantar" sin cambios bruscos en su último año en el poder. 

Autor: REDACCION

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