Editorial

El juego de las expectativas

La histeria de los mercados internacionales sumado a las fragilidades de la economía argentina insumió a nuestro país desde finales del primer semestre del año pasado en un tobogán que a distintas velocidades nos sumerge en las profundidades sin tener la certeza de que ese pozo tenga un final, al menos por las señales que devuelve el momento. Todo está teñido de negativismo y la desconfianza aumenta por la incertidumbre a partir del proceso electoral ya en marcha para la renovación del Gobierno. Parece mentira que las expectativas, es decir anticipar lo que puede suceder dentro de seis meses, causen tanto daño a la economía real y asfixie a las familias argentinas, sumiendo a muchos en el desempleo y en la pobreza. Así se trata esto, un supuesto experto estima un resultado electoral, también proyecta cómo podría ser el gobierno de un candidato o de otro, y en función de eso decide los fondos de inversión y los famosos mercados deciden qué hacer con su dinero en el país desencadenando con esto la crisis. En este escenario se mueve el látigo maldito para nuestra economía tal como lo es ahora el dólar, que también refleja especulaciones de esos mercados, porque hay que dejar en claro que la demanda principal no descansa en los pequeños ahorristas que buscan protegerse de la inflación sino en aquellos considerados inversores institucionales. 

Y como Argentina tampoco brinda garantías absolutas sobre poder cumplir con sus obligaciones en materia de servicio de la deuda, entonces todo se vuelve mucho más inestable, volátil, imprevisible, términos acuñados para explicar en parte la tormenta que hace crujir a las empresas, a las instituciones y a las personas, con mayor o menor rigor. 

Por este contexto de que nadie sabe qué puede pasar, la Argentina es el país que más ha incrementado su nivel de Riesgo País en la región, con un 123% interanual en el último año, multiplicando por cinco a Venezuela, donde subió un 21,9%, según un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda. 

Para colmo las perspectivas no son alentadoras en el corto plazo. Por ejemplo, siete de cada diez empresarios y profesionales encuestados vinculados a la industria de la construcción cree que esa actividad se mantendrá o disminuirá en los próximos doce meses. Según una encuesta privada, sólo el 16% de los encuestados considera que habrá un crecimiento de la actividad, de acuerdo con los resultados del 16° Estudio de Opinión Construya, donde participaron profesionales del sector. De acuerdo con el sondeo, el 43% de las personas consultadas cree que la actividad se mantendrá igual mientras que para el 35% que disminuirá según el Indicador de Expectativas del Estudio de Opinión Construya, que mide cómo evolucionará la actividad de la construcción en los próximos doce meses a nivel nacional. 

En lo que hace a mediciones ya no de lo que puede pasar en el resto del año sino de lo que ya sucedió, en la provincia de Santa Fe el Indice Compuesto de la Actividad Económica reveló que en febrero último la economía provincial creció un 0,2%. No es mucho pero que termine en positivo no deja de ser una pequeña caricia para el alma santafesina. De todos modos, si se considera el indicador en función de lo que acontenció en el último año, arrastra un retroceso del 7,4%. No asombra porque es lo que estamos viendo todos los días con esta o aquella medición, pero no deja de preocupar.

En tanto, a nivel nacional la actividad económica sufrió en febrero una baja interanual del 4,8% y acumuló su décima caída mensual consecutiva, al tiempo que cerró el primer bimestre del año con una contracción del 5,3%, informó el INDEC. Según las cifras del Estimador Mensual de Actividad Económica, en febrero último, respecto de enero, el indicador registró una leve suba del 0,2%.  

Como en el juego y el humor de los chistes médicos, hay una noticia buena y una noticia mala. El EMAE medido con relación al mes anterior llegó a los tres períodos consecutivos de variaciones positivas, pero en la medición interanual alcanzó diez meses de contracción y en el último semestre los registros negativos se ubicaron por encima del 4%.

Con un tono casi forzado de optimismo, voceros del Ministerio de Hacienda resaltaron el tercer mes de crecimiento consecutivo en la comparación contra el período anterior y señalaron que esa trayectoria "consolida la visión de que el piso de la recesión se habría alcanzado en noviembre". Señalaron las fuentes que la caída del 4,8% de febrero se debió "a que la comparación es con niveles muy altos del índice, previos al comienzo de la recesión". Recordaron los crecimientos de diciembre del 1% y de enero de 0,6%, y señalaron que desde el último mes del año anterior la economía se recuperó casi 2%. Los voceros proyectaron que "en los próximos meses seguiremos observando caídas interanuales y habrá que enfocarse en los datos mensuales sin estacionalidad para confirmar que la economía sigue en recuperación". Ojalá.


Autor: REDACCION

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