Por Matías Fontanetto

En noviembre la economía americana comenzó a mostrar los primeros síntomas de enfriamiento debido al rebrote del Covid y la reinstalación de cuarentenas para frenar la circulación de personas. El traspaso presidencial se da justo en el momento en que los indicadores de nivel de actividad y de empleo comienzan a padecer los efectos de nuevas restricciones, lo cual manifiesta la necesidad de lograr un acuerdo en el Congreso para aprobar el nuevo paquete de ayuda fiscal del 2021, descontándose la continuidad de la política monetaria expansiva por parte de la FED para el año próximo.

La discusión en el Congreso pasa por una cuestión de magnitud, si bien tanto demócratas como republicanos tienen en mente una cifra cercana a los USD 0,916 billones, esto representaría un 4% del PBI para el 2021. La demora en la aprobación del paquete radica en que algunos analistas plantean que dicha cifra no sería suficiente para paliar los efectos de la crisis en el año próximo, ya que el programa aprobado en abril de este año (Cares Act) fue de USD 2,5 billones (13% del PBI), es decir 3 veces superior al que está en discusión.

El proceso de vacunación podría llegar a requerir varios meses, inclusive se estima que se demore todo 2021 en poder alcanzar las dos dosis por persona. Aún se desconoce la intensidad futura del rebrote durante el invierno y las cuarentenas a aplicar por cada estado, es por este motivo que el estímulo fiscal a aprobar podría parecer insuficiente si se considera lo ocurrido en el 2020.

Los indicadores económicos de Diciembre han puesto a los congresistas en apuro, el reloj sigue corriendo y el acuerdo fiscal podría llegar tarde, considerando el receso navideño. El informe de solicitudes semanales de desempleo alcanzó su máximo desde septiembre, los pedidos aumentaron desde los 137.000 a los 853.000 mil en la primera semana de diciembre. Esto último indicaría que las nuevas restricciones aplicadas sobre bares, restaurantes, hoteles y negocios en general están provocando pérdidas de empleos, dificultando la recuperación del mismo.

Según la encuesta de hogares que considera la totalidad total de la población, la cantidad de ocupados disminuyó en noviembre 74.000 trabajadores, desde 149,8 millones en octubre a 149,7 millones en noviembre. Según esta encuesta, entre marzo y abril el número de ocupados se contrajo en 25,4 millones, de los cuales se recuperaron 16,3 millones entre mayo y octubre, por lo tanto restaría recuperar 9 millones de ocupados para llegar a los niveles pre pandemia de febrero.

En cuanto a la población económicamente activa, la misma disminuyó en 4.000.000, de los 164,5 millones de personas en febrero a los 160,4 millones personas en noviembre, si se tiene en cuenta que la población total aumentó en 160.000 mil (alcanzando los 261,08 millones), se puede inferir que 3.840.000 personas dejaron de buscar empleo estando desempleados, lo cual explica la caída en la tasa de actividad desde el 63,3% en febrero al 61,5% en noviembre.

Con referencia a la tasa de desempleo, dicha tasa se ubicó en el 6,7% en noviembre, desacelerando su ritmo de caída mensual desde abril, cuando tocó el máximo de 14,7%. Se espera que diciembre se mantenga en torno a los 6,7% alcanzados en noviembre, lo cual evidenciaría el estancamiento en el mercado laboral producto de la nuevas restricciones aplicadas y es por este motivo que el congreso siente la presión por aprobar el nuevo paquete de ayuda fiscal, en principio resultaría insuficiente si fuera en torno a los 4% del PBI.

En resumen, los rebrotes de casos y las restricciones a la movilidad de las personas comenzaron a afectar a los indicadores económicos en E.E.U.U. La economía americana evidenció en Noviembre su estancamiento con la publicación de los datos del empleo, quedando a la espera de la aprobación el paquete de ayuda fiscal para el 2021. A priori el mismo sería insuficiente debido a su tamaño, es aquí donde radica la demora y las negociaciones para su aprobación.