Por estos días en que Rafaela está celebrando el 133 aniversario de su fundación, o formación, como se prefiera, se encuentra compartiendo los actos una delegación de la pequeña localidad española de Carcabuey, devolviendo una visita anterior de los rafaelinos, con lo cual queda consolidada con los más fuertes y profundos vínculos el hermanamiento entre ambas localidades.
Se trata de la tercera vinculación de estas características que tiene Rafaela, habiendo sido la primera de ellas con la alemana Sigmaringendorf, localidad natal del colonizador y fundador de la ciudad Guillermo Lehmann, provocándose con posterioridad esa misma hermandad con la población italiana de Fossano, con vinculación de la corriente inmigratoria que tuvo Rafaela y esta región, apareciendo esta tercera y mucho más reciente hermandad con Carcabuey, una pequeña localidad española de algo menos de tres millares de habitantes, de la cual muchos oriundos emigraron a Rafaela hace ya varias décadas, dejando aquí las raíces para una descendencia no sólo numerosa sino profundamente integrada a la comunidad rafaelina.
Antonio Osuna Ropero es el alcalde que encabeza la delegación carcabulense, junto a otras autoridades y habitantes de la localidad, quienes vienen participando activamente de toda esta serie de actos y agasajos compartidos por la representatividad local encabezada por el intendente Luis Castellano.
La confraternidad se trasluce en cada una de las instancias, en cada contacto, en cada encuentro compartido por carcabulenses y rafaelinos, que ofrecen la posibilidad de esta instancia novedosa, grata y reconfortante, en el marco de estos festejos de los 133 años de Rafaela ciudad.
Destacando este acontecimiento adhirió la Legislatura de la provincia de Santa Fe, con una declaratoria de interés por la visita de la gente de Carcabuey con los motivos referidos, destacándose en ocasión de la visita cumplida a esa sede "la importancia que tiene este hermanamiento que refleja nuestra identidad, siendo por ello lo que se pretende es destacar el aporte de los inmigrantes españoles que trajeron su experiencia, trabajo y esfuerzo contribuyendo al progreso de la región", según fue destacado por el diputado Roberto Mirabella, responsable de la iniciativa de esta declaración.
Más allá de este encuentro, que trasciende lo cultural y social, se destaca el posicionamiento que Rafaela consigue apuntalar en el mundo cada vez más fuerte y con mayores razones, lo cual equivaldría a puntualizar una larga serie de razones. Como por ejemplo que desde aquí, con su producción y sus plantas fabriles se exportan productos y manufacturas a unos 85 países del mundo, y que en este caso preciso de los hermanamientos se tienen consolidadas estas uniones con Sigmaringendorf, Fossano y Carcabuey, representando a tres países del Viejo Mundo como Alemania, Italia y España que mucho tienen que ver con los orígenes de Rafaela y todo su posterior desarrollo hasta nuestro presente.
La gente de Carcabuey se llevará sin dudas el mejor recuerdo de Rafaela, siendo las vivencias de este primer encuentro aquí, nada más que los cimientos de una relación que se irá fortaleciendo con el tiempo, lo que constituye una aspiración compartida. Lo cual, con seguridad, irá enhebrando muchas otras actividades, que alcanzarán lo cultural, social, educativo, comercial y en todas aquellas instancias que ofrezcan la posibilidad de compartir experiencias y consolidar posibilidades de desarrollo, en todos los sentidos.
Estos días, estas horas, y hasta el momento de la despedida del próximo sábado, continuarán los actos y el aprovechamiento integral para consolidar una amistad que va mucho más allá de lo personal, incluso de lo humano, desarrollándose en el presente y proyectándose hacia el futuro, con la fuerza y energía que tienen los hechos positivos, surgidos de las buenas intenciones.
Vayan entonces desde aquí nuestros más efusivos saludos, enmarcados en los buenos deseos, para todos estos visitantes de Rafaela, quienes han sido los receptores y generadores de este hermanamiento con Carcabuey, una localidad definitivamente incorporada en el entramado de nuestra propia historia.