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El gran regreso de los Carnavales Rafaelinos: un festejo inolvidable

Fiorella Martina - Luego de un año en pausa, con la pandemia de Covid-19 de telón, los Carnavales regresaron a la ciudad el lunes 28 de febrero dentro de la agenda Verano Acá, gestionada por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rafaela. Si algo demostraron las agrupaciones locales que se presentaron, es que esta interrupción les dio más fuerza, más motivos para salir a la calle, para alegrar con su ritmo, música y movimiento a todo el público rafaelino y de la zona. Con respecto a esto, el secretario de Cultura, Claudio Stepffer, manifestó “estamos muy felices y satisfechos con este regreso de los Carnavales, era una edición muy significativa y era muy importante llevarla a cabo porque marcó el regreso a las calles de esta fiesta tan querida, luego de la suspensión de 2021”.
Los canteros de Avenida Lehmann, entre calles Romitelli y Mazzi, sitio donde se ubicaron los Carnavales este año, se llenaron de gente codeándose para ver el gran desfile central. Familias, niños arriba de los hombros de sus padres agitando porras de colores, abuelas con sus nietos, grupos de amigos; todos aplaudían, alentaban a las comparsas y batucadas que vibraban al compás del bullicio. Desde las tribunas y desde las sillas que se colocaron para que se pueda apreciar el show de la forma más ordenada posible, se sentían los silbidos y los gritos alentando.
Previo al ingreso, se ofrecían carteles para escribir y fueron varias las personas que se acercaron a la mesa para llevarse uno especial. “Carnaval toda la vida”, “Festejemos los carnavales con alegría”, “Por la paz en el mundo”. Desde animar hasta reflexionar por los conflictos actuales que sacuden al mundo, los carteles se alzaron durante la noche con los brazos bien en alto.
De a poco se podía escuchar el avance de las batucadas, de las bailarinas que demostraban su destreza sobre zapatos de taco alto. Los colores de sus trajes, amarillo, violeta, azul y rojo fuego encendían el lugar bajo los reflectores que los iluminaban. Las lentejuelas, los brillos y las piedras brillaban, denotaban un trabajo minucioso de diseño y confección. “La noche de Carnaval es solo la punta del iceberg, porque hay un gran trabajo de muchos meses que no se ve, y que estas agrupaciones llevan adelante en diferentes barrios, con los ensayos y en la confección de trajes”, observó el funcionario.
Fue impresionante el sonido de los bombos, de los silbatos, los instrumentos que se agitaban y se golpeaban con el ritmo que caracteriza a este gran festejo. La gente bailaba, marcaba con sus pasos, parecía imposible quedarse quieto con las batucadas de fondo.
Las cámaras captaron las sonrisas, los aplausos y la energía que allí se vivió. Los globos se agitaban al son del viento, la espuma volaba hasta llegar a la ropa, la piel. Los niños corrían y jugaban entre ellos, mientras sus padres disfrutaban el espectáculo y también los puestos gastronómicos. Se podía sentir el humo de los choripanes, lo dulce de los pochoclos y las jarras de gaseosa que varios llevaban en la mano. A la espera de comprar estos productos, la fila era larga. Algunas cantinas estuvieron a cargo de las agrupaciones que, de este modo, lograron recaudar un buen monto gracias a la concurrencia de los ciudadanos.
Vai Tambor fue la primera agrupación que salió a escena y desfiló con su ritmo particular delante del público. Cabe destacar que este es el primer año en que participan ya que se creó durante el 2021, cuando aún la pandemia imposibilitaba este festejo. Con los nervios propios de una nueva experiencia, brillaron bajo la algarabía de la gente que los alentaba y los animaba.
Junto a ellos desfilaron Pasacalle Trival, formado por artistas profesionales del circo de rosario que se hicieron presentes también en este festejo tradicional para alegrar con sus malabares y acrobacias que asombraban al público hasta dejarlos boquiabiertos por su gran destreza.
Luego llegó Kimbara con sus trajes diseñados bajo la temática del videojuego de lucha Mortal Kombat. Quienes estaban a cargo de los instrumentos también bailaron, sorprendiendo con sus movimientos mientras tocaban los tambores y sostenían un ritmo armonioso. Kimbara nace el 8 de agosto de 2017 en el barrio 17 de octubre, de la mano de su director Maximiliano Falconi, quien venía de dirigir otra batucada de la ciudad en conjunto con su mujer Cintia Novalanek, hoy flamante pasista de la batucada. Con su hermano Alexis Falconi, con quien integraron varias batucadas de Rafaela, decidieron formar un grupo de batuqueros, de la mano de su pasillero Facundo Farías, dando forma así, a este gran proyecto.
Estuvieron allí Los Napia, una compañía teatral dedicada al teatro clown. Desfilaron con su enorme dragón verde flúor e hicieron partícipe a niños y familias, haciéndolos bailar.
La comparsa Anyalí brilló con su temática de bosque encantado, sus halas de hadas, sus plumas y sus trajes de colores. En su tercer año de participación en el Carnaval Rafaelino, la comparsa trabaja diariamente para seguir creciendo junto a sus creadores Carolina Plotino y Luis Kempfen y todas las personas que forman parte de esta gran familia Anyalera.
La batucada Quimey, quienes se definen como “Los constructores del Carnaval”, se hicieron presentes con un show digno de destacar. Su labor ciudadana es muy comprometida. La mirada de Quimey está orientada y enfocada en los jardines de infantes, los más chicos, los barrios más humildes, comedores, merenderos, asentamientos, niños y grandes con capacidades diferentes, a los abuelos en los geriátricos y a la gente en general. Actualmente es reconocida a lo largo y ancho de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero; representando a Rafaela y el barrio Fasoli en carnavales, fiestas patronales, pubs, boliches bailables y distintos eventos de jerarquía.
La comparsa Mahavirá presentó su Noche de Gala junto a su batería de samba, mostrando algo diferente y sorprendiendo con su maquillaje, su baile y su gran puesta en escena. Mahavirá nace el 31 de octubre de 2004. En sus 15 años de continuidad, participaron en distintos carnavales y encuentros provinciales, nacionales e internacionales. A lo largo de todo el año realizan sus ensayos en el Playón del Parque Villa Podio, bajo la dirección general de Matías Grazioli; con el trabajo de vestuario y diseños de María Fernández y Fabiana Sicurella.
Por último, Trentahuen cerró la noche con sus máscaras y gorros gigantes que los destacaron, una temática especial y llena de vida. Es una agrupación dirigida por Leo Aguilar, acompañado de sus pasistas: Magalí Bravo, Mario Meloni y Franco Demarchi. Fue creada en el año 2008 con un grupo de amigos de la infancia, haciendo honor a su nombre: Chicos divirtiéndose.
Los Carnavales Rafaelinos permiten visibilizar los proyectos y agrupaciones de gran relevancia artística y cultural, dado que además, constituyen espacios de contención para infancias, adolescentes y adultos. Como expresó el secretario de Cultura, Claudio Steppfer: “conllevan mucho trabajo, mucha ilusión, contención, unión, solidaridad e identificación. Las agrupaciones se dedican todo el año a sostener y potenciar sus comparsas y batucadas”.
Finalmente, Stepffer reconoció y agradeció la labor de las agrupaciones que participaron, como así también del público que concurrió, e hizo especial mención al personal de la Secretaría de Cultura y a la colaboración indispensable de las áreas municipales de Electrotecnia, GUR, Protección Civil, Servicios Públicos, Transporte Público y Protección Vial y Comunitaria, que permitieron que los Carnavales Rafaelinos 2022 se desarrollaran adecuadamente.

Autor: REDACCION

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