Suplemento Economía

El GPS económico 2022

Se derriten los pesos y no es por el calor, en las próximas líneas les ofrecemos un GPS de lo que es la economía en este complejo año que empezamos a transitar.

Nuestro país posee el mismo producto bruto, es decir, produce la misma riqueza que producía hace más de una década, conjuntamente su población se incrementa. Por dicho motivo los habitantes son más pobres que las generaciones anteriores, dato que corroboramos cuando vemos en los índices de pobreza crecientes.

La inflación del año que terminamos superó el 50%, mientras que la devaluación del tipo de cambio (oficial) apenas supera el 22%. Esto nos indica que una de las fuentes de crecimiento del país, el sector exportador, pierde contra la inflación, ya que sus costos internos superan a la suba de sus ingresos. Cada uno de nosotros puede hacer el mismo ejercicio en su actividad, comparar la suba anualizada de sus ingresos, con la suba de sus costos, o el índice de inflación general, a falta de uno más adecuado. Este sencillo análisis nos dirá si nuestro poder adquisitivo es menor o mayor del que teníamos en el periodo anterior. Sin hacerse ilusiones, ya que el resultado es pérdida para la gran mayoría de nuestros compatriotas.

Para normalizar este flagelo inflacionario la conducción económica debería, adecuar el tipo de cambio oficial al índice de precios, eliminar los subsidios a las tarifas públicas y aumentar la tasa de interés. Actualmente la tasa de interés continúa por debajo del índice de inflación, lo que desincentiva el ahorro y con ello la inversión, sin estos no tendremos crecimiento y empleo.

A pesar que enunciamos que el ajuste de tarifas es necesario, ya que parte de motivo de los cortes de luz, falta de caudal de agua y caída de servicios de internet, tienen que ver con esto, no vemos posible que se adecuen fácilmente, ya que por un lado, dada la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, las tarifas adecuadas a la realidad serían impagables para éstos y además traerían más inflación por suba de costos a las empresas. Si tomamos los actuales precios de tarifas con subsidio y vemos los pedidos de aumento que se están realizando en las audiencias públicas, podemos observar que las subas solicitadas están en el orden del 30 y 35%, lo que nos da un piso de aumento de costos para el 2022, aún continuando las mismas subsidiadas y controladas.

También observamos que a nivel internacional hay suba de los commodities agrícolas, principalmente el maíz, que se encuentra sostenidamente en un valor superior al 80% de sus precios históricos. Esto nos trae subas en la canasta básica del país, ya que éste es la base de la generación de proteínas cárnicas, carne de vaca, pollo, cerdo. Situación agravada también por la sequía que afecta al cono sur del mundo.

El GPS económico que debemos seguir en 2022 nos indica que la inflación no se detendrá, aún bajando el déficit fiscal y la emisión monetaria, tendremos las expuestas subas de tarifas y alimentos. Argentina tiene un problema inflacionario que podemos denominar estructural, por supuesto que su origen es monetario, es decir, financiamiento del gasto público vía emisión monetaria sin respaldo, pero existen rigideces que hacen dificultosa la salidas de este sistema. Imaginen la novelesca situación donde nos levantemos una mañana y la conducción económica del país decidiera retirar de golpe, todos los subsidios que otorga a las tarifas públicas, cómo el valor de estos es similar al actual déficit fiscal, de manera inmediata desaparecería la necesidad de emitir para para cubrir déficit, cuadrándose el presupuesto de gastos, con ingresos genuinos. Pero esta situación traería subas de energía eléctrica, gas, combustibles, agua, entre otros servicios públicos, las tarifas se convertirían en impagables para la mayoría de los usuarios, habría una estrepitosa caída de demanda y con ello muchos desequilibrios más que probablemente llevarían a que la baja de la inflación se vería mucho más complicada que la convivencia con la misma.

Para salir de este embotellamiento y arreglar los muchos desequilibrios que posee el país, es necesario un plan económico que fije un norte y las medidas para llevarlo adelante. Debe arreglarse con el FMI y cerrar el frente financiero, ordenando vencimientos y consiguiendo nuevos accesos a los mercados internacionales de crédito. También hay que bajar impuestos distorsivos para fomentar las inversiones de manera de ampliar la base contributiva y el empleo, generando más riqueza que pueda distribuirse mejorando la vida de cada argentino. Hasta tanto, seguiremos surfeando en una economía inflacionaria.


#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler


 

Autor: Guillermo Briggiler

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