Editorial

El futuro nuclear

La mayor potencia nuclear del Viejo Mundo, Alemania, está modificando sus planes futuros inmediatos con relación al uso de esta clase de energía, como directa consecuencia de lo ocurrido tiempo atrás en Fukushima, luego de la seria afectación que tuvo la central atómica emplazada en ese lugar de Japón debido al violento terremoto y tsunami que afectó esa región, deteriorando gravemente los reactores al punto de provocar fugas radiactivas que todavía ahora no fueron solucionadas íntegramente, y con una diseminación de altos valores contaminantes que seguramente se mantendrán por varios años.

Desde ese momento, las centrales nucleares entraron en un severo cuestionamiento, volviéndose además a reflotar lo ocurrido en Chernobyl, cuando por errores humanos y de falta de mantenimiento se produjo un desastre sobre el cual todavía hoy se pagan las consecuencias. Es que, tanto por fallas humanas como por causas de fenómenos naturales como ocurrió en Japón, queda bien claro que el control que ejerce el hombre sobre los elementos atómicos tiene sus límites, y que en caso de caer en descontrol los daños serán seguramente muchísimo más importantes que los beneficios que ahora proporciona el contar con la energía de esas plantas. Es cierto que muchos países que no disponen de combustibles como petróleo y gas, ni la posibilidad de ríos para hacer represas, dependen en gran medida de las  centrales nucleares como fuentes generadoras de energía, pero el peligro -como quedó claramente expuesto- es enorme, y son las mismas poblaciones de varios países de alto nivel de desarrollo los que han comenzado a cuestionar seriamente la existencia de las plantas nucleares, ya que consideran que es bastante parecido a vivir sobre un polvorín, y que nunca son suficientes todas las medidas que se dispongan en materia de seguridad. Lo imprevisible es justamente eso, inesperado y por lo tanto imposible de contener, tal como ocurrió recientemente en Fukushima.

El 22% de la energía que utiliza Alemania es proporcionada por las 17 centrales nucleares que hay en su territorio, y hace muy poco tiempo con antelación al desastre en Japón, se había decidido desde el Gobierno prorrogar hasta el año 2032 la vita útil de todas esas plantas. Sin embargo, se produjo ahora un vuelco fundamental en la política nuclear, a partir de la enorme presión ejercida por los alemanes, habiéndose resuelto y anunciado formalmente que los 7 reactores de mayor antigüedad y uso fueron parados y no volverán a ponerse en funcionamiento, y que otros siete que les siguen en orden se irán parando de ahora hasta 2021, en tanto que los 3 más nuevos seguirán utilizándose hasta 2022.

De tal modo, en un plazo de diez años Alemania abandonará definitivamente el uso de la energía nuclear, la cual viene siendo reemplazada desde hace tiempo, bastante antes que el desastre de Japón. Una de los sistemas más usados es la energía eólica, la cual en este mismo momento produce más megavatios que la nuclear, estando ya dispuesta una muy fuerte inversión para ir acelerando el proceso de generación de energías renovables, como por ejemplo la instalación en toda la parte norte de Alemania, donde hay muy fuertes vientos, de parques eólicos gigantes. Desde el Gobierno se les asegurará a las empresas un precio de venta de la electricidad que haga rentables a esas plantas, que por ahora son muy costosas, pero que sin lugar a duda son las fuentes más seguras para el futuro.

Pero además, los germanos tienen otro serio problema por resolver, que esperan hacerlo dentro de estas modificaciones en sus políticas, como lo es la electricidad producida por planta alimentadas por carbón, de las cuales sale el 43% del total de energía que consume el país. El carbón no sólo es altamente contaminante, sino que además tiene un factor capaza de producir los gases de efecto invernadero que dañan la capa de ozono y provocan el recalentamiento de la tierra, con todas las gravísimas consecuencias que están viéndose, entre ellas y como claro ejemplo, el deshielo de los dos casquetes polares.

 Lo de los alemanes es una verdadera avanzada en materia de decisiones a futuro, que seguramente irán siguiendo muchos otros países, también apremiados por las presiones de sus habitantes. Ojalá que el mundo se aliste dentro de esta tónica, ya que es la única que puede salvaguardar el mundo para el futuro.

Autor: Redacción

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