La Palabra

El fútbol editado

El primer libro “Fútbol sin trampa”, es una conversación con César Menotti, hecha en el 86 y que descubre el pensamiento de Menotti en su totalidad.

Algunos conceptos del entrevistado que incluye el libro:  

- “Los ejercicios de cada día los debe buscar el entrenador mirando a su equipo”.

- “Los jugadores de mi equipo deben saber que en futbol hay mensajes o códigos para resolver jugadas, que naturalmente solo ellos deben conocer, porque si las saben todos dejan de ser útiles. Se trata de mentir. De anunciar que voy a recibir en la izquierda  y girar para la derecha. Mi compañero debe saberlo. Y eso hay que entrenarlo”.

- “Lo primero que hay que hacerle entender al dirigente de este fútbol en el cual nos manejamos habitualmente, es que uno, además de entrenador, es el asesor futbolístico de la comisión directiva del club. Uno debe ser el responsable de la parte económica del fútbol en cuanto a adquisiciones. No podés decirle a un dirigente que compre cinco o seis jugadores si sabes que con eso estás comprometiendo la economía del club”.

- “El pizarrón es estático. No me da la respuesta del equipo. En el campo la tengo”.

- “¿Qué dejé en Barcelona? Sobre todo, convicciones”.

- “Hay un sector del periodismo que si juegan Boca-River, por ejemplo, empiezan el partido con la camiseta de River, pongamos. Cuando River va perdiendo se pone la de Boca. Si el asunto está confuso se pone una blanca y espera el silbato final para saber el resultado. Al final seguro que tiene puesta la camiseta del que gana”.

- “Cuando Oriana Fallaci estuvo en la Argentina dijo algo muy importante:‘no existen dictaduras sin una prensa cómplice’”.

- “Hasta en los medios más repugnantes hay periodistas capaces y honestos”. 

“La intimidad del fútbol” apareció diez años después, y se trata de la exposición de conceptos de fútbol, que destaca la grandeza del juego y las miserias del entorno.

 La pasión. Cuando había “wines” eran locos
Posiblemente el jugar pegados a la raya, algo aislados de los demás, tal vez porque se la daban a ellos y los dejaban solos con su suerte, o más probablemente por ningún motivo, solo por casualidad, la cosa es que cuando en Argentina existían los punteros, que llamábamos wines, extremos en España, eran casi todos de un carácter muy peculiar. Eludían hasta las normas habituales de vida y se ganaban un apodo que era más bien un elogio: loco. Los había muy famosos, como el loco Bernao, o el loco Corbatta, y también los modestos de los barrios, y todos ellos tenían en común la capacidad de hacer lo más sorprendente, para bien y para mal.
De todos los locos que conocí, o que vi jugar, les quiero hablar de quien quizás haya sido el más loco o el más genial: René Houseman. El loco Houseman se escapó de todos los moldes, y no solo en el fútbol. Vivía -y vive- como jugaba: por inspiración. En él no había nada preparado ni programado. Siempre salía por donde nadie lo esperaba. En la cancha y en la vida.
El Gitano Juárez, fuente inspiradora de todo el menottismo, incluyendo a Menotti, llegó a decir de él que era más genial que el mismo Pelé, “porque Pelé dentro de su permanente creatividad, finalmente hacía lo que uno podía sospechar, por más difícil que fuera”, decía el Gitano, “en cambio Houseman inventaba lo que no estaba escrito en ninguna parte. E inventaba siempre, en cada jugada, en cada pelota de cada partido”.
Menotti, que fue su entrenador, me dijo que en 1973 cuando René recibía la pelota en los últimos 25 metros, no había alternativas, era penal o gol. Iba a decir que era un gambeteador nato, pero en realidad fue mucho más que eso. Claro que gambeteaba, y con una facilidad inexplicable. Los dejaba dados vuelta a los defensores, pero no paraba ahí la cosa. En todo caso, la gambeta era solo una parte de la jugada que siempre sorprendía. Houseman redujo el asombro a un hecho natural y cotidiano.
Tuvo tres o cuatro años de apogeo, después, con la misma naturalidad con que llegó, se fue alejando, sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo. Hay una anécdota que quizá lo explique un poco: Un sábado por la tarde, René no aparecía por la concentración de Huracán y Menotti se empezó a poner nervioso. Una hora más tarde le dice a Poncini, “acompáñame que ya sé dónde debe de estar”. Llegaron al bajo Belgrano, donde vivía en esa época (1972-73) y en una de las canchitas del barrio se estaba jugando un partido, rodeado de la gente del lugar.
El Flaco mira y no lo ve. Se estaba tranquilizando cuando de pronto lo encuentra en el banco de suplentes. Se acerca, le toca el hombro y le pregunta: “René, ¿qué haces acá, viejo?”. “¿Qué hago acá?”, contestó Houseman, “fíjese en el titular, es un fenómeno”. El pensó que Menotti le reprochaba su suplencia en el equipo del barrio y no su ausencia en la concentración de Huracán, para jugar al otro día un partido oficial.
 

“¿Y el fútbol dónde está?”, se publicó en México y Perú. Son también conceptos, mezclados con anécdotas del barrio y reflexiones políticas.

La obra está dedicada “a los que luchan contra la injusticia de la globalización para que todos entendamos que un mundo mejor es posible”. El prólogo a cargo de  César Luis Menotti, expresa “Angel Cappa sigue luchando por defender el juego, y desde la esperanza y conocimiento, con sensibilidad y coraje plantea ideas, denuncia las grandes mentiras”. Algunas ideas expuestas: “La lógica empresarial ha convertido al entrenador en un empleado flexibilizado y a los jugadores en divos cada vez más alejados del juego y más próximos a las cuestiones comerciales”. “El fútbol está en el fútbol, no en el entorno. Por eso no le queda otro futuro que volver a su pasado para seguir siendo lo que fue y lo que todavía es. A pesar de todo”. “El fútbol es inexplicable cuando es gol”. Así como la frase de Jacques Cousteau: “El sistema de mercado como en el que vivimos hoy, es lo que más daño le hace al planeta, porque todo tiene un precio, pero nada un valor”.

 “Hagan Juego”, es la recopilación de conversaciones que tuve con varios jugadores, exjugadores y entrenadores: Alfredo Di Stéfano, Pep Guardiola, Juan Román Riquelme, Fernando Redondo, Gonzalo Higuain, Pablo Aimar, Fernando Hierro, y varios más. Publicado por Deportea en Argentina.

 Como entrenador es mucho más fácil llegarle al crack o al que sabe jugar bien porque siempre escucha, es inteligente. El que tiene la postura de crack y no lo es, ése sí es complicado. Porque ése no quiere escuchar, siempre quiere aparentar que sabe todo”, le expresé a Riquelme. 

 “También nos roban el fútbol”, de reciente aparición en España y Argentina escrito con mi hija María que es periodista, es un trabajo de investigación encargado por la editorial Akal. El avance neoliberal nos quita derechos fundamentales como la sanidad, la educación, los servicios sociales, el deporte y también el fútbol. El negocio convierte todo en una mercancía. Y en el caso del fútbol la intromisión del dinero sustituye sus valores por la lógica empresarial, que puede resumirse en la tan repetida frase “hay que ganar como sea”.

En este libro yo me limité a marcar las pautas por donde había que investigar, y a escribir tres o cuatro artículos referidos sobre todo a la incidencia del dinero en el juego. Mi hija hizo el resto, donde queda en evidencia la tremenda corrupción de los dirigentes a nivel internacional. Es una tarea meticulosa donde cada afirmación está avalada por un documento. Hay también espacio para la esperanza, que pasa por recuperar lo que es nuestro. En el caso del fútbol, los clubes son de la gente no de los dirigentes, que en todo caso están para gestionar y ayudar.

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