Automotores

El Ford Bronco regresa con todo, como Sport Big Bend 1.5 EcoBoost

La historia del Ford Bronco es un fiel reflejo de la leyenda del Ave Fénix, aquél animal que –según reza la mitología– renació de sus propias cenizas. Algo similar le pasó a este emblemático modelo que el 12 de junio de 1996 marcó una fecha tristemente célebre para muchos de sus admiradores. Fue cuando se anunció el cese de su producción.
Sin embargo, desde ese mismo día se inició el “operativo retorno”: clientes, fanáticos e incluso ejecutivos de la compañía del óvalo crearon (inicialmente en secreto) la comunidad Bronco Nation, la primera de los Estados Unidos en ser reconocida y certificada por Ford, y cuya finalidad era, por un lado, celebrar y mantener el legado de este todoterreno y, paralelamente, diseñar su regreso a futuro.
Tras veinticinco años, Ford materializa el regreso del Bronco con la mirada puesta en el exitoso Jeep Wrangler. Pero, además, la firma oriunda de Michigan entendió que debía conservar la icónica nomenclatura del caballito para posicionar un producto singular en uno de los segmentos más calientes y masivos del mercado mundial. Bajo esa consigna, Ford desarrolló una alternativa menos desenfadada –denominada Bronco Sport– que se produce en México sobre la misma plataforma del Kuga, pero que en todas sus variantes ofrece tracción integral.

EN ARGENTINA
A nuestro país llega en dos versiones: Big Bend, con motor de tres cilindros 1.5 turbo-naftero de 175 CV, y Wildtrak, equipada con un 2.0 (también turbo-naftero) de cuatro cilindros y 240 caballos de potencia. En esta ocasión, evaluamos la variante de entrada de gama.
Entre los aspectos básicos están los siguientes: velocidad máxima: 194,8 km/h / Potencia: 175 CV / Consumo promedio: 12,1 km/l / Precio (preventa): u$s 44.200

VIAJE EN EL TIEMPO
Dueña de un porte que jamás pasaría inadvertido, la carrocería del Ford Bronco Sport conjuga un perfecto equilibrio entre lo retro y lo moderno. Los trazos rectos del capó y puertas, así como la gran superficie vidriada, remiten al modelo original de 1966. No obstante, algunos detalles –como la pronunciada curvatura del techo sobre el parante B– nos recuerdan a la figura “noventosa” del Land Rover Discovery.
La parrilla frontal es una adaptación actualizada del modelo clásico, con la enorme inscripción “Bronco” que toma el protagonismo en una grilla escoltada por modernas ópticas full led. Las barras portaequipajes y los diferentes zócalos y paragolpes de color negro contribuyen a afianzar su aspecto de todoterreno.
De hecho, mientras Parabrisas realizaba las pruebas de rigor, a partir de los 140 km/h notamos un silbido molesto dentro del habitáculo, que iba en aumento a medida que incrementábamos la velocidad. En contrapartida, el estilo “cúbico” convierte al Bronco Sport en uno de los modelos más grandes y espaciosos del segmento: mide 4,38 metros de largo, 1,88 m de ancho, 1,75 m de alto, y ofrece una distancia entre ejes de 2,67 metros.
La posición de manejo es naturalmente elevada, pero se puede obtener la deseada gracias a los ajustes de la columna de dirección y la butaca. Los asientos delanteros son bien mullidos y el tapizado de esta versión combina materiales textiles, agradables al tacto y de aparente fácil limpieza.
El panel de a bordo ofrece un diseño muy atractivo, alternando materiales blandos con plásticos robustos: la calidad percibida es destacada y todo parece estar pensado para durar muchos años.
Atrás hay generoso espacio para los ocupantes, sobre todo a lo ancho y a lo alto: sin sobrarle nada, el lugar para las piernas es apropiado, pero quien viaje en la plaza central deberá sortear el túnel de transmisión. Aquí los pasajeros disponen de difusores de ventilación y dos tomas USB (uno de ellos del tipo C).

LLAMATIVO
El baúl es amplio y también muy llamativo. En principio, porque la luneta puede abrirse de manera independiente para facilitar el acceso y el guardado de objetos. Pero, además, trae elementos curiosos, tales como un abridor de botellas sobre uno de los parantes, luces adicionales para cuando el portón está abierto, protecciones de goma en el piso y respaldos traseros, mientras que la tapa interna del baúl (de plástico rígido) puede plegarse y convertirse en una mesa de trabajo o camping.
Aquí hay que tener en cuenta que su posición más elevada queda a media altura respecto de los respaldos traseros, motivo por el cual todo lo que se ubique por encima no solo quedará a la vista, sino que se convertirá en un elemento contundente si el vehículo frenara intempestivamente. Ford declara 638 litros de capacidad, aunque presumiblemente contempla el volumen de carga hasta el techo.
Otro detalle negativo –y que resulta una de las diferencias respecto de la versión Wildtrak– es que en la Big Bend la rueda de auxilio alojada debajo del piso es de uso temporal.

DEBUT AUSPICIOSO
Años atrás hubiésemos sentenciado que un motor de tres cilindros era inapropiado para mover un vehículo de 1.500 kilos. Sin embargo, las bondades del downsizing hicieron que un impulsor como este 1.5 EcoBoost logre –a través de un turbocompresor y ajustes en la electrónica– desarrollar 175 caballos de potencia y entregar 26,3 kgm de torque.
Este motor (que debuta en nuestro mercado) trabaja asociado con una transmisión automática de ocho velocidades, muy obediente a las órdenes del pie derecho, aunque carece de levas en el volante e incluso de modo secuencial para una conducción más reactiva: la selectora es la ya clásica ruedita que utilizan varios modelos de Ford (como Mondeo y Kuga) a la que lleva unos días acostumbrarse.
Las prestaciones obtenidas durante nuestras pruebas fueron muy buenas para las pretensiones de un vehículo orientado al uso familiar: aceleró de cero a cien km/h en 10,1 segundos y orilló los 195 km/h de velocidad final.
Indudablemente, es en la zona media del cuentavueltas donde el conjunto motor-caja saca mejor provecho, allí se produce la mayor entrega de par y la mecánica se muestra muy enérgica: prueba de ello son los 6,8 segundos que demoró para pasar de 80 a 120 km/h.
En ruta obtuvo un rendimiento de combustible razonable (16,3 y 11,7 km/l a 120 y 90 km/h, respectivamente), aunque en la ciudad la marca bajó drásticamente hasta los 8,3 km/l, pese a que este modelo cuenta con el sistema automático de arranque y parada Start & Stop. (Fuente: Alejandro Cortina - Parabrisas - Perfil).

Autor: REDACCION

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