Mientras las ambiciones independentistas de la región de Cataluña, que avanzaron incluso hasta el borde de la secesión de España, han perdido intensidad luego de sufrir un duro revés en el ámbito judicial y político ante el rigor del Gobierno central, esta semana adquiere protagonismo otra de las regiones del país europeo que buscó conformar un estado propio: el País Vasco.
La diferencia fue la lucha armada que estableció desde 1959 a través de la organización separatista vasca ETA, que a través de la violencia, los secuestros y los atentados procuró sembrar un clima de caos e inseguridad como medio para alcanzar su independencia de Madrid.
Los primeros días de mayo serán históricos para el País Vasco y España porque se concretará la disolución de esta organización terrorista en el marco de un proceso de paz liderado por el Grupo Internacional de Contacto (GIC). Precisamente, el próximo viernes en la ciudad francesa de Cambo -les- Bains, cerca de Bayona, se formalizará la extinción de esta banda que sembró el terror durante casi 60 años. ETA dijo la semana pasada que anunciará su disolución durante el primer fin de semana de mayo en el País Vasco francés, mediante una declaración "muy clara" aunque esto no significa que se diluyan las metas independentistas de los vascos, aunque sí se traduce en continuar la lucha por otros medios: la política y la diplomacia en un ámbito de paz.
ETA pidió la semana pasada perdón a las víctimas por el "grave daño" causado durante su lucha armada por la independencia del País Vasco, un gesto previo a su esperada disolución, aunque sus disculpas dirigidas sólo a los afectados "sin responsabilidad" en el conflicto generaron polémica en España.
Responsable también de secuestros y extorsiones, Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad en lengua esukera) se limitó a pedir perdón específicamente a aquellas víctimas "que no tenían una participación directa en el conflicto". "A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón", señaló el texto divulgado el viernes por el diario vasco Gara.
Creada en 1959 bajo la dictadura de Francisco Franco, ETA se apresta a cerrar un capítulo negro de la historia de España, después de que el grupo renunciara hace siete años a la lucha armada por la independencia del País Vasco y Navarra. La organización atentó por primera vez en 1969. El historial de asesinatos, ataques con bomba, extorsiones y secuestros dejó un balance de 829 muertos atribuidos a la organización separatista, el último de ellos en marzo de 2010.
Si bien ETA va camino a su disolución, la "herencia" de su lucha es palpable en España y en especial en el territorio vasco. Una de ellas tiene que ver con los miembros de la organización separatista que permanecen encarcelados bajo un estricto régimen.
En tal sentido, el sábado pasado miles de personas se manifestaron en Bilbao, una de las principales ciudades del País Vasco en el norte de España, para pedir mejores condiciones de detención para los integrantes de la banda separatista.
Entonando "presos vascos a casa" y ondeando banderas del País Vasco, los manifestantes pidieron que los presos sean trasladados más cerca de su región de origen, porque se encuentran en cárceles a cientos de kilómetros de distancia de esta zona. Quienes participaron de la marcha reclamaron al gobierno español que autorice el traslado de presos de ETA al País Vasco para que sus parientes ancianos puedan visitarlos.
La mayoría de los presos de ETA están sujetos al régimen de detención más estricto en España, que les permite caminar de tres a cuatro horas por día en el patio de la cárcel, pero sin permiso de salida. Al respecto, el partido independentista vasco Sortu dijo: "Es urgentemente necesario abolir la dispersión, permitir que los presos enfermos regresen a casa".
Más allá de estos crecientes planteos, el gobierno español dejó en claro que no cambiará su política hacia los presos vinculados a un grupo que también llevó a cabo secuestros y extorsiones en nombre de su lucha armada por la independencia del País Vasco y Navarra. Según Forum Social, una asociación que reúne a los familiares de los presos, alrededor de 300 miembros de ETA cumplen condenas en cárceles de máxima seguridad de España, Francia y Portugal en tanto que aproximadamente un centenar está prófugo.
Si finalmente la organización se disuelve, entonces se cierra una etapa negra en la historia moderna de España y se abre un nuevo período en el que se consolida la paz, aunque eso no significa que buena parte de la población del País Vasco considere que lo mejor es la emancipación de España.